Los huelguistas se encuentran en el salón Túpac Katari. Los universitarios demandan Bs 600 millones más. El Gobierno dice que esa es su última oferta

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12 de junio de 2018, 6:00 AM
12 de junio de 2018, 6:00 AM

Una oferta del Gobierno de cinco puntos, con 70 millones de bolivianos como recursos extraordinarios, fue lo que rechazó ayer la mesa de negociadores de la Universidad Pública de El Alto (UPEA): casi enseguida, los 14 delegados universitarios que llegaron en la mañana se declararon en huelga de hambre en lo que denominan su décimo piquete; hasta el cierre de esta edición, el diálogo no se había reanudado.

El Gobierno ofreció cinco puntos: el primero se refiere a otorgar 70 millones de bolivianos adicionales sin afectar los ingresos de ninguna otra universidad; el segundo punto trata de una norma legal que consolide este ofrecimiento y que garantiza la sostenibilidad de la universidad.

El tercer punto ofrece movilizar 222 millones de bolivianos de la cuenta de reserva del IDH de esta universidad, pero la UPEA debe certificar ante el CEUB el número real de estudiantes. Y para eso el Gobierno ofrece toda la ayuda que se requiera.

Asimismo, en el cuarto punto, el Gobierno plantea medidas que incidan en la calidad educativa y revisar el uso de los recursos que recibe esta universidad. Finalmente, en el caso de la muerte del estudiante, afirman que coordinarán con otros órganos del Estado para la investigación.

El ministro de la Presidencia, Alfredo  Rada, acompañado de su colega de Economía, Mario Guillén, y del presidente del Senado, José Alberto Gonzales, afirmó que esa es la oferta final del Gobierno y que esperan la aceptación de los universitarios.

Reacción negativa
El rechazo a la propuesta del Gobierno, según explicó el rector Ricardo Nogales, radica en que la oferta de los 70 millones de bolivianos no garantiza el funcionamiento ni siquiera para este año y recordó que el pedido a las autoridades es de 600 millones de bolivianos, según la asamblea docente-estudiantil; para este año dicen necesitar 152 millones de bolivianos por el déficit que arrastran desde 2017 y deben atender.

Además, ellos pidieron una ley y en el documento solo se habla de una “norma legal”; los dirigentes afirman que el Gobierno no quiere hablar de una ley, por tanto el ofrecimiento de los 70 millones sería asignado por decreto, lo cual es rechazado.

Aunque las autoridades universitarias manifestaron que tienen una contrapropuesta, la misma no fue explicada a los medios y el máximo dirigente de la FUL, Iván Contreras, dijo que la contrapropuesta fue presentada hace más de tres meses, en alusión al pedido de los 600 millones.

De ese modo, y ante la falta de un mínimo acuerdo, las autoridades de Gobierno abandonaron el salón Túpac Katari de la Vicepresidencia y los delegados de la UPEA se declararon en huelga de hambre y el rector dijo que no podían llevar esa propuesta a la asamblea, que debe realizarse mañana. “Ellos van a rechazar esta propuesta y nosotros vamos a perder la cabeza”, graficó el rector Ricardo Nogales.

La protesta

Seis horas duró la negociación entre autoridades y delegados de la UPEA, luego de que el domingo se anunciara la ruptura de las conversaciones y el vicepresidente, Álvaro García Linera, se viese obligado a convocar a los universitarios a la mesa de negociación; paralelamente, el rector de la universidad dejaba una carta con la misma solicitud.

A las 9:30, cuando el vicepresidente llamaba a dialogar, los universitarios, que se concentraron en el sector norte de la ciudad, empezaban su recorrido y para eso convocaron a todas sus carreras. La marea humana descendió desde el puente de la autopista hacia el centro de la urbe.

En previsión de lo que pasó el viernes, la Policía acordonó el paso de la calle Potosí, una cuadra antes de llegar al nuevo edificio de palacio de Gobierno; pero otro grupo se acercó hasta la Vicepresidencia, que tenía un resguardo de 12 uniformados, que apenas lograron apostarse en la puerta del edificio mientras otro grupo numeroso de policías corría por la calle Colón para aparecer en el edificio asediado.

La situación se tornó tensa cuando los estudiantes arrojaron petardos y huevos a los policías, que trataban de contener la masa de forma inútil.

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