Con un amistoso la selección nacional debutó frente a un combinado de Sudamérica. El objetivo es algo más que una copa, se trata de demostrar que no hay diferencias 

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15 de abril de 2018, 6:49 AM
15 de abril de 2018, 6:49 AM

Cuando la pelota rueda cada uno de los jugadores enfrenta su propio partido en contra de los prejuicios que los persiguen en la vida cotidiana. En Santa Cruz, la selección nacional de talla baja tuvo su partido debut frente a un combinado de jugadores del resto de Sudamérica; el resultado, aseguran, es lo de menos, persiguen algo más que una copa, buscan abrirle cancha a la inclusión social.

Los promotores de todo esto, son jugadores de Argentina y de Perú. Facundo Rojas, nacido en Corrientes, era jugador de primera división en su provincia, hasta que por cuestiones físicas se vio obligado a abandonar su pasión a medidados de 2011.  

“Fue un momento difícil. Hasta que comencé a juntar conocidos con mi misma condición y ganas de jugar”, contó.

Facundo lleva años recorriendo las canchas de futsal de su país, abriéndose camino para él y para otros que, asegura, vienen detrás. Recorre las ciudades, como quien cumple un sueño, portando orgulloso el uniforme albiceleste. Después, comenzó a viajar a los países vecinos. Dice que encontró la manera de transformar aquello que muchos miran como un defecto, en un don: hacerse notar para transmitir un mensaje.

“Si entramos en una tienda o en una iglesia, seguro nos van a ver. Tenemos que usar eso. La gente a veces discrimina por ignorancia. Les tenemos que enseñar quiénes somos y de qué estamos hechos”, expresó.  
 

Fabián Chira, jugador peruano, oriundo del Callao, asegura que proviene de una tierra de futbolistas, o por defecto, de bailarines de salsa. Se define como alguien que cree que un hombre no se mide por su tamaño, sino por las ideas, los sueños y los retos alcanzados.
 

Fabián es un activista a tiempo cumpleto. En su país logró establecer los Juegos Deportivos para personas de Talla Baja, en donde se practican fútbol, voleibol, bádminton y natación, en el Estadio Nacional. 

A escala internacional, recorrió varios países junto a Facundo, el capitán de Argentina, promoviendo y abriendo selecciones a lo largo del continente. De hecho, Bolivia es la quinta selección que lograron integrar.  

Cuenta que los primeros contactos con la representación boliviana se logró a través de las redes sociales. 

“Compartimos experiencias similares. La sociedad le hace daño a la gente al no aceptarla. La retrasa. Eso me molesta. Pero creo que la única forma de 'atacar' es actuando”, explica.  

La presidenta de la Asociación de Personas con Talla Baja, Olivia Ojopi Muñoz, define la práctica del futsal como deporte inclusivo, en la medida que lleva un mensaje al resto de la sociedad de que las personas de talla baja no tienen ninguna limitación. “Tiene varias implicancias. Por ejemplo, en el campo laboral, cuando alguien va en busca de trabajo, le responden ‘¿Por qué no vas al circo o a la televisión?’ lo que les genera baja autoestima e incluso los hace desistir”, lamentó.

Eso se vence de a poco, argumenta el representante del Perú: “Vi personas que alguna vez se burlaron de mí, gritando y alentando a nuestra selección".
Orlando Cuéllar Rojas, jugador boliviano, es un apasionado futbolista. Juega desde sus cinco años y cuando se le encomendó la tarea de buscar jugadores logró reunirlos en menos de tres semanas.  

“Queremos expandirnos para que se practique otros deportes. Puede ser atletismo o natación. Sabemos que en Perú existe un paralímpico y sería estupendo que participen”, manifestó. 

El jugador boliviano destacó que el deporte servirá también para que los padres que tienen hijos con su misma condición “ya no los escondan”, y sepan de que existen personas que los pueden apoyar.

La organización
El partido de Bolivia frente al resto de Sudamérica contó con el apoyo del Servicio Departamental de Deportes del Gobierno Autónomo de Santa Cruz, el municipio cruceño, la Federación Boliviana de Fútbol y el grupo Sion.

La Asociación de Personas de Talla Baja de Santa Cruz tiene 50 afiliados y más de 100 a nivel nacional. En 2016 se aprobó la ley que declara que el 25 de octubre es el día nacional de las personas con talla baja por condiciones genéticas. Para la representante de la asociación la inserción laboral y la inclusión en la infraestructura urbana son tareas aún pendientes.