La falta de control obliga a sus practicantes a autorregularse. Es un deporte que cada día gana más adeptos en el país. Si quieres vivir la experiencia por un viaje de 15 minutos debes pagar cerca de Bs 400

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19 de julio de 2019, 17:20 PM
19 de julio de 2019, 17:20 PM

El miércoles Brayan Vera Argandoña perdió la vida cuando volaba en parapente con un turista y terminó cayendo al vacío. La muerte de este instructor de parapente de 33 años causó conmoción en La Paz y en los aficionados a este deporte. EL DEBER se contactó con deportistas para conocer cuáles son las normas que los regulan, dónde lo practican y cuánto es necesario invertir para su práctica.

El parapente es un deporte extremo que consiste en aprovechar las corrientes del viento para planear. Para ello se utiliza un equipo similar al paracaídas, que es controlado a través de dos cuerdas ubicadas a los costados del piloto.

Regulaciones

Ante la ausencia de una legislación específica que controle los deportes extremos hay deportistas que se han organizado en asociaciones, que al final cumplen la labor como reguladoras.

En el caso del parapente, en Cochabamba y La Paz existen asociaciones que han determinado parámetros de seguridad y otorgan licencias a quienes practican este deporte y cumplen con las normas.

El parapentista Miguel Alem cree que “la autoregulación de las empresas sería controversial porque cada una podría acomodar sus normas al presupuesto o equipo con el que cuenta". "No es lo adecuado", dice.

Alem señala que hay deportistas en el país que incluso cuentan con certificaciones internacionales, pero que no tienen validez en Bolivia. Además, en el país no existe ningún programa o institución que controle que sean profesionales los que brindan este servicio. 

Si se revisa la normativa boliviana, la Ley 449 (de Bomberos), en su artículo 12, establece que las direcciones departamentales de bomberos son las responsables de "fiscalizar y controlar a través de inspecciones, así como certificar el cumplimiento de normas técnicas de seguridad a las empresas dedicadas al turismo de aventura, dentro del área de su competencia territorial". 

Al respecto, Marcelo Blanco, que integra el club de parapente AndesXtremo de Cochabamba, sostuvo que en el país se practican muchos deportes de aventura, como rappel, escalada, zip line y parapente, entre otros, cada uno con características diferentes. "No hay muchos bomberos de la Policía con la capacidad para evaluar estas actividades", señaló.

EL DEBER se contactó con Esdenka Moscoso, responsable de Control a la Actividad Turística para conocer la posición del Ministerio de Culturas y Turismo sobre legislación en este tema; sin embargo, desde la Unidad de Comunicación señalaron que no tenían el tiempo suficiente para responder las preguntas. 

Un deporte caro

La práctica de parapente tiene un costo elevado. Son cerca de 7.000 dólares que se deben invertir en un equipo biplaza, es decir, aquellos que incluyen espacio para un acompañante, pero además por seguridad debe ser renovado cada dos años.

“Quienes ofrecen estos viajes lo hacen más como un hobby o para incentivar a otras personas a participar de este deporte. Son pocas las empresas que ofrecen este servicio”, agregó Blanco.

Las personas que no cuentan con los equipos y desean participar de estos vuelos, deben pagar cerca de 400 bolivianos por 15 minutos de viaje.

 

 

Muy practicado en La Paz y Cochabamba

La práctica de parapente es muy frecuente en La Paz y Cochabamba, departamentos que por sus características tienen varios lugares de altura.

Sapanani, Tiquipaya, Vinto, Capinota, San Benito y la Laguna Wara Wara, son algunos de los lugares en Cochabamba, donde se practica este deporte extremo.

En La Paz, los parapentistas se dan cita en la zona de Yanari, Coroico, Copacabana. Los más expertos y osados realizan sus vuelos desde nevados como el Illimani o Huayna Potosí.

También se practica este deporte en Oruro y Tarija. En Santa Cruz, los parapentistas van a Mairana y Samaipata para lanzarse.

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