El ministro de Justicia, HéctorArce, dice que Chile perdió la brújula, que no tiene argumentos y por eso recurre a elementos subsidiarios que no son de forma

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24 de marzo de 2018, 4:00 AM
24 de marzo de 2018, 4:00 AM

Chile habló hoy sobre los efectos globales si Bolivia gana en la CIJ, ¿qué criterio le merece lo que dijo el último abogado?
Encontramos una serie de exposiciones bastante contradictorias, bastante erróneas, bastante forzadas en muchos temas. Chile, ante la contundencia de los argumentos bolivianos, desarrolla una estrategia de defensa basada en el análisis peculiar de algunos temas que no abarcan el fondo de la obligación que tiene Chile de negociar un acceso soberano, obligación que fue incumplida. De todas formas, todos y cada uno de los argumentos expresados por Chile fueron tomados en cuenta, nuestro equipo internacional, junto con el nacional, trabajó y lo haremos este fin de semana para preparar una conclusión contundente en la segunda ronda de alegatos orales, el lunes 26 de marzo. 

¿Por qué cree que nuestro país se siente confiado y seguro de que este pleito saldrá a su favor?
Por varias razones fundamentales. Primero, es una demanda fuertemente respaldada en el derecho, se basa en las grandes instituciones del derecho internacional, los acuerdos cumplidos, las prácticas diplomáticas, las promesas unilaterales. Hay varias instituciones que fueron mencionadas y desarrolladas por Bolivia en nuestra demanda, las cuales se convierten en una plataforma sólida sobre la cual se asienta el derecho boliviano. Segundo, es una demanda en la que confluyen el derecho y la justicia.

En el sentimiento de los jueces, de las autoridades siempre existe, como son seres humanos, una natural inclinación, como decía Platón y Aristóteles, hacia el valor y el sentimiento de la justicia, y la demanda boliviana no solamente está fundada en el derecho, sino que está sólidamente respaldada en la justicia: es justo, es correcto lo que el país está solicitando.

Adicionalmente, hay un respaldo innegable de la historia de los hechos, que Chile ha tratado de soslayar. En estos dos días hemos escuchado de ese país que parece ignorar la verdadera causa del problema, que es la invasión injustificada del 14 de febrero del año 1879 y lo que se denominó más adelante la Guerra del Pacífico. Hemos encontrado un Chile que pretende desconocer cuáles son las razones de los acuerdos, las negociaciones, las prácticas diplomáticas, de las promesas unilaterales que durante más de un siglo ha formado. Estamos con el derecho, la justicia, la razón y la verdad.

¿Las batallas deben ser también comunicacionales?
No, en este caso estamos hablando de derecho y de justicia, y en la corte de La Haya cuentan los argumentos jurídicos en los que mostramos la mayor solvencia, pero este es un tema que moviliza de manera extraordinaria a una nación, y ese es un sentimiento que acompaña.

¿Se puede llevar a Chile a la mesa del diálogo?
La negociación y el diálogo deben estar siempre presentes entre los Estados, deben ser elementos generales de entendimiento, de solución de los conflictos; este no fue resuelto en 1904, se mantiene vivo y debe solucionarse con un fallo justo y certero.

¿Bolivia está más cerca del mar?

Considero que estamos más cerca que nunca de volver al mar. Creo que todo lo que hemos construido los bolivianos en esta larga lucha de más de 100 años finalmente ha confluido en un punto certero, en un punto correcto, gracias a la determinación y el coraje del presidente Evo, de la nación, la política de Estado finalmente estamos acá, sosteniendo con la máxima solvencia y pidiendo justicia al más alto tribunal que ha creado la humanidad.

Los juristas chilenos decían que las resoluciones de la OEA no generan obligaciones para negociar y que las que favorecieron a Bolivia se dieron en una época en la que Chile estaba aislada por la dictadura de Pinochet...

En dos días escuchamos una serie de justificaciones que las entendemos porque es su trabajo, no tienen argumentos jurídicos válidos y recurren a otros subsidiarios, que ni siquiera son de forma, sino que dilatan, que pretenden poner piedras en el camino, pero en el caso de la OEA su carencia de argumentos se vio aún más manifiesta. Negarle valor jurídico a las resoluciones que toma la máxima entidad de integración regional es un despropósito, y más teniéndolo ahí a José Miguel Insulza, que dirigió 10 años esa instancia.

¿Cómo se preparan para el alegato final del lunes?
Estos días serán de intenso trabajo con el equipo nacional, vamos a cerrar con una presentación final en presencia del presidente Evo Morales. La presencia de expresidentes y excancilleres es de un altísimo valor para nosotros.