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3 de junio de 2019, 4:00 AM
3 de junio de 2019, 4:00 AM

¿En qué contexto se tomó la decisión de implementar la ley seca de los miércoles?

Entre 2007 y 2010 fueron los peores años para esta población, por los altos índices de inseguridad que estábamos viviendo; los vecinos buscaban a los medios de comunicación para informar sobre asaltos a plena luz del día, más aún por las noches cuando en varios sectores, donde proliferaban los locales de expendio de bebidas alcohólicas, eran considerados zonas rojas.

¿Pero qué delitos soportaba la gente?

Se dieron varios casos de violación sexual contra menores en edad escolar y otras más, donde las víctimas eran universitarios; asesinatos y otros, que sacudieron a la sociedad en su conjunto quedando esos hechos impunes a la fecha. La universidad tenía un índice preocupante de deserción estudiantil y a eso se sumaba la falta de nuevos estudiantes, incluso comprometiendo el cierre de varias carreras. Ese aspecto recién fue considerado por varias de las organizaciones vivas de la región tomando en cuenta que Llallagua es una localidad civil y su principal movimiento económico giraba en torno a los estudiantes universitarios que llegan del interior del país.

¿Cómo evalúa la aplicación de la normativa?

Hemos pasado por altas y bajas en cuanto a la aplicación de la ley seca de los miércoles y la restricción de horarios en la semana, ha sido difícil para todos adecuarse. Imagínese el impacto de las restricciones para una población que vive a flor de piel las costumbres culturales e históricas de una región minera y de repente aparezcan restricciones hasta con tus eventos sociales y familiares.

Pero por el bien de toda la sociedad de Llallagua todos tuvimos que adecuarnos, cuesta pero se puede, lo estamos logrando paso a paso.