Bolivia fue su primer destino como diplomático, hace 22 años. Conoce de cerca las consecuencias que tendrá el brexit para Europa, porque estuvo en el Reino Unido. Le interesan la literatura y el fútbol 

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5 de marzo de 2018, 6:00 AM
5 de marzo de 2018, 6:00 AM

Como buen sevillano, Enrique Ojeda Vila, embajador de España en Bolivia es hincha del Betis, aunque reparte su cariño futbolístico con equipos de Inglaterra, España y Bolivia. Le gusta seguir el fútbol para entender mejor la sociedad en la que trabaja. Hace poco estuvo siguiendo la Copa Libertadores, y dice que el Wilsterman 4-Vasco 0 hubiera sido una proeza similar a la del 6-0 del Barza cuando se enfrentó al PSG.

También es un conocedor profundo de la literatura boliviana y un convencido de que el turismo puede ser una gran fuente de recursos. Estuvo en Santa Cruz acompañando los actos de conmemoración de la fundación de Santa Cruz de la Sierra en 1561, cerca de San José de Chiquitos. Visitó Santa Cruz la Vieja, junto a la presidenta de la diputación de Cáceres (Rosario Cordero) y de la vicepresidenta de la diputación de Badajoz (Virginia Borrallo), las dos provincias de Extremadura, zona de origen del fundador Ñuflo de Chávez. 

Acompañó usted los actos por la fundación de Santa Cruz de la Sierra. 

Tenemos un vínculo histórico y real. Estas autoridades vienen con proyectos en turismo y capacitación, que hacen que ese vínculo entre Santa Cruz de la Sierra, San José de Chiquitos y el departamento de Santa Cruz, tenga una relación fuerte con Extremadura. 

 Hay trabajos que se van a realizar en el lugar, apoyados por su Gobierno. 

En el conjunto arquitectónico y patrimonial de las ruinas de la fundación de Santa Cruz la Vieja, se hará una serie de proyectos turísticos relacionados con instalación de museos para apreciar bien lo que fue esa ciudad. Como se ve ahora, al visitar ese conjunto de ruinas, fue mucho más importante de lo que se pensaba hace 10 o 15 años. Como España, además, tenemos la escuela taller de la Chiquitania, que tiene su sede principal en San José de Chiquitos. Desde hace 12 años formamos a jóvenes de todos los pueblos de la Chiquitania en oficios, labores y puestos de trabajo relacionados con el turismo y rescate del patrimonio: restauración de tallas de madera de las iglesias, gastronomía. 
El turismo es un ingreso principal para España.

En los últimos diez años hemos ido batiendo el récord de turistas. En 2017 llegamos a 72 millones de turistas, que es casi el doble de nuestra población. El turismo sostenible no se acaba. Es una fuente de riqueza, empleo y conocimiento del país. Ustedes tienen un patrimonio único y muy diverso: la Chiquitania, Samaipata. 

¿Ha visitado otros lugares de Bolivia?
He visitado el lago, Tiahuanaco, Rurrenabaque, la Amazonia, Sucre y Potosí. Me falta el salar. Estoy convencido del enorme potencial turístico de Bolivia. Quizá sea el país más diverso, junto con Brasil, en todo el subcontinente. A nivel departamental y nacional, algunas ciudades están haciendo cosas muy interesantes. Estamos trabajando en diversos proyectos de cooperación en formación de operadores turísticos. Trasladamos a algunas ciudades y municipios la experiencia española y la sinergia público-privada, tan importante para desarrollar por ejemplo turísticamente Santa Cruz, Sucre o Potosí. Las políticas públicas tienen que englobar a hoteles, restaurantes y empresas de turismo. Es una actuación en la que, si todos van juntos, todos salen ganando. 

¿Es probable que vengan inversiones privadas en turismo?
Están llegando inversiones privadas. En Santa Cruz está Air Europa, una de las principales aerolíneas europeas. Tiene un vuelo Madrid-Santa Cruz, que junto al de BOA es el único vuelo directo entre Bolivia y Europa. Además, Air Europa es parte de una cadena mundial de turismo (posee hoteles) que tiene gran interés en Bolivia.   

Desde lo público colaboramos con el Gobierno, con gobiernos departamentales o con municipios en capacitación en materia turística.  Estamos trabajando en turismo religioso. Una parte importante del patrimonio histórico boliviano es el religioso. Hay conventos, iglesias, tallas, esculturas, arte religioso, igual que en España. Eso atrae muchísimo turismo. Hay rutas en Chiquitania, Moxos, Sucre y Potosí. Colaboramos con el gobierno de Santa Cruz, en Chiquitos y con Sucre. Eso permite destinar fondos a mantener el patrimonio para valorizarlo, tenerlo abierto al público y permitir la llegada de turistas. 

¿Hay diferencia en el trabajo consular en Guatemala, Bolivia y Estados Unidos?
El  trabajo de Guatemala y Bolivia es parecido. Hay una parte de atención a la colectividad española en tema de pasaportes, o en la ayuda a algún español que ha tenido problemas y va al consulado a buscar ayuda. También se atiende en la parte de los visados, aunque cuando estuve en Bolivia hace 22 años, no se necesitaba visado para ir a Europa. En Nueva York fue distinto, porque a las seis semanas de llegar ocurrió el 11 de septiembre, en 2001. El atentado a las Torres Gemelas nos cambió la vida a los que estábamos en Nueva York.

Hubo meses complicados de trabajo consular. Había miles de turistas españoles porque era fines de verano. Hubo que hacer una atención especializada en el tema de las víctimas, entre las que había tres españoles. Miles de turistas y hombres de negocio estaban en la ciudad, en ese caos que vivió en los días posteriores. Una semana entera estuvimos trabajando las 24 horas. Luego, 16 o 18 horas diarias de atención al público.  La gran diferencia fue tener que responder a esa situación excepcional. 

Hay muchos migrantes trabajando en España. Los bolivianos necesitan visa. ¿Hay un camino para que la visa no sea necesaria en el futuro?

Sí, lo hay. Lo primero es tener las condiciones técnicas para poder solicitarlo, es decir, que Bolivia disponga de una libreta de pasaporte de lectura electrónica. Eso permite detectar posibles fraudes. Bolivia está a punto de tenerlo. Es un proceso complicado, porque debe ser operativo y que funcione en todos los consulados del mundo. 

Una vez que esté eso en vigor, hay que solicitar formalmente a la Unión Europea la salida del listado Schengen, como pasó con Colombia y Perú. A partir de ahí se decide por consenso dentro del grupo Schengen (que incluye a 25 países europeos). España siempre ha dicho que cuando llegue la petición oficial boliviana, estará dispuesta a ayudar, pero primero hay que dar esos dos pasos: el técnico y la solicitud oficial.

Está bastante avanzado en la Cancillería. Es un proceso complejo en que los diversos países del grupo Schengen revisan los elementos en cuestión. España, que tiene una relación cercana, está dispuesta a ayudar. La colectividad boliviana en España está perfectamente integrada. Apoya al crecimiento y desarrollo de la sociedad española con su trabajo. Los bolivianos pagan sus impuestos. Eso es una base sólida de nuestra relación, que es histórica. Son 200.000 bolivianos que residen en España y hay 20.000 españoles que residen en Bolivia. 

Brexit. ¿Cómo puede afectar a España?

Vengo de Londres, donde estuve cinco años. Seguí de cerca el brexit. Es una situación que en Europa nadie quería, pero el pueblo británico habló, así que hay que trabajar para que cuando se produzca la salida del Reino Unido de la Unión Europea, sea lo más sencilla y menos traumática posible. 

El principal punto, entre varios, es el de los ciudadanos. Hay más de dos millones de europeos viviendo en el Reino Unido y cerca de millón y medio de británicos que residen en la Unión Europea. Hay 600.000 británicos residentes en España y unos 200.000 españoles en Reino Unido.
Hay que garantizar los derechos de estas personas, que con su trabajo y familias, tengan la seguridad de que una vez que se produzca esa salida, no va a cambiar su situación y que van a seguir gozando de los mismos derechos. 

Luego está el componente comercial, económico, empresarial y financiero. Es una negociación compleja y difícil. Son 27 países más y cada uno de ellos puede poner énfasis en un punto concreto o darle más importancia a un punto que otro. Por eso es una negociación compleja.
Creo que va bien. Lo principal son nuestros ciudadanos, a quienes nos debemos. 

La literatura es otra afición suya. ¿Qué está leyendo? 

Estuve leyendo Santo Vituperio, de Homero Carvalho. Cuando vine hace 22 años, lo único que encontré publicado en Alfaguara fue Luna de locos y me gustó. He leído a Manfredo Kempff: Margarita Hesse, Sandiablo. Hay una gran literatura en Bolivia. Conozco al último premio nacional de novela, Camila Urioste, con su novela Soundtrack. Es un glosario de términos y a partir de ellos cuenta la vida de la protagonista. Es un formato diferente a la clásica novela. Es una de las cosas que queremos explorar. Hay poca presencia de escritores bolivianos en España.
En la parte cultural de la embajada estamos viendo qué podemos hacer para impulsarlos. He leído a Paz Soldán, Giovanna Rivero, Liliana Colanzi. Hay otros escritores que no llegan a España. Hay escritores fantásticos.