El Gobierno destacó que no frenaron el aparato productivo. Los opositores, dicen que fue contundente. 

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22 de febrero de 2018, 6:00 AM
22 de febrero de 2018, 6:00 AM

Tras el paro, los opositores festejaron la contundencia de la medida y el oficialismo lo descalificó y declararon su fracaso.

El líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, señaló que fue un paro contundente. “Fue una gran jornada, el país se paralizó porque fue un paro por el respeto al voto frente a disminuidas concentraciones del Gobierno; esto deja en claro que tienen cada vez menos apoyo”. Añadió que se demostró que el MAS ya no controla las calles, pese al aparato estatal y la policía.

El ministro de la Presidencia, Alfredo Rada, manifestó que el paro no afectó el aparato productivo del país por la poca adhesión del pueblo boliviano.

Admitió que alcanzó más presencia en Santa Cruz y Tarija, pero subrayó que no alcanzó para frenar la actividad de los productores e industrias, que trabajaron normalmente, y por eso declaró que fue un “fracaso”.

El expresidente Carlos Mesa dijo que más que los números y la contundencia “lo que está en juego es el respeto a su voluntad soberana, de la que no puede apropiarse nadie, por ninguna razón y bajo ningún argumento”.

El alcalde de La Paz, Luis Revilla, aseveró que fue un éxito porque la gente no abrió sus negocios ni salió de sus casas. “No expresaron odio ni falta de respeto a nadie, sino el respeto al voto de la mayoría que se expresó con mucha claridad en el referéndum del 21-F”.

El presidente Evo Morales, por su parte, agradeció a las “cientos de miles” de personas que se concentraron en distintas ciudades para respaldarlo. “Lo hicieron voluntariamente, para rechazar la mentira”, dijo en Charagua.

El monseñor Jesús Juárez, desde la ciudad de Sucre, señaló que “verdadera democracia y en un Estado de derecho el poder viene del pueblo”.

 

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