Es parte de una política de Estado que supera el mayor quiebre de los valores democráticos que cometió el actual Gobierno desde que asumió el poder en 2006, asegura el expresidente Carlos Mesa en entrevista

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11 de marzo de 2018, 10:29 AM
11 de marzo de 2018, 10:29 AM

Está convencido de que el optimismo del presidente Evo Morales no es una sensación subjetiva, sino el fruto de un trabajo responsable, serio, de largo plazo y de equipo.

El respeto del Tratado de 1904 fue un argumento de Chile en su defensa, pero la corte de La Haya señaló que no ha resuelto los temas pendientes entre ambos países, ¿en qué medida esto inclina la balanza hacia Bolivia?

Sin duda el fallo de la Corte Internacional de Justicia ante la excepción preliminar de incompetencia presentada por Chile ha tenido un carácter histórico. Sin desconocer la importancia del Tratado de 1904, la Corte estableció con claridad algo que Bolivia ha sostenido a lo largo de 118 años, que sí hay temas pendientes entre ambas naciones. Es la primera vez que un tercero, nada menos que la instancia jurídica internacional más importante del mundo, avala nuestra posición desmintiendo la afirmación de Chile de que no hay temas pendientes entre ambos.

¿La discusión estará centrada en ver si Chile tiene o no una obligación jurídica que es exigible a partir de compromisos que presidentes y cancilleres del vecino país hicieron al país?

La delimitación del verdadero objeto de la controversia: Si Chile tiene o no obligaciones para con Bolivia como resultado de sus compromisos a lo largo de varias décadas, es otra cuestión de la mayor relevancia en este proceso, pues desmontó completamente la afirmación de nuestro vecino del sur de que lo que Bolivia buscaba era desconocer el Tratado de 1904, pero algo tanto o más importante echó por tierra la afirmación chilena de que un fallo favorable a Bolivia dinamitaría el sistema internacional, cuyo pilar es la aceptación y el cumplimiento de los tratados suscritos entre Estados.

¿El hecho de que Chile alegue que Bolivia fue la que echó por tierra esos ofrecimientos será un argumento que pueden complicar al equipo boliviano?

Un alegato es eso, la presentación de unos argumentos. Chile puede intentar demostrar que fue Bolivia la responsable de que sus compromisos fueran incumplidos. Las pruebas bolivianas contenidas en nuestra Memoria y en los documentos emanados de réplica y dúplica son contundentes. Esa es la tarea que hará nuestro equipo jurídico en las presentaciones orales, que comienzan el  19 de marzo. Es un tema abundantemente estudiado. No es ocioso recordar ahora que Bolivia ha presentado como prueba varios compromisos chilenos de 1920 en adelante.

¿Fue Bolivia la que echó por tierra las negociaciones?

Ese es un tema que quedará claramente explicado por nuestro equipo jurídico en su presentación oral, cuyo fundamento son los documentos escritos presentados desde que comenzó la demanda.

¿Fue Chile el país que siempre cambió su posición respecto a este tema?

La posición boliviana ha sido inequívoca desde que en 1910 Daniel Sánchez Bustamante dijera que Bolivia no puede vivir aislada del mar y que “ahora y siempre, en la medida de sus fuerzas hará cuanto le sea posible por llegar a poseer… un puerto… sobre el Pacífico”. Los diferentes gobiernos bolivianos han seguido esa premisa y han construido a lo largo de más de un siglo las bases de la demanda presentada ante la CIJ en 2013.

¿Qué es lo máximo que podría decir la Corte a favor de Bolivia?

Chile, al responder la demanda boliviana y presentar su contra memoria, ha aceptado la jurisdicción de la CIJ, como no puede ser de otra manera, ya que es uno de los firmantes del Pacto de Bogotá de 1948. Chile afirma, además, que es una nación democrática y respetuosa de las instituciones internacionales. La CIJ es el máximo tribunal internacional, brazo jurídico de la ONU para la resolución de controversias entre Estados. Chile, igual que Bolivia, tiene el imperativo de respetar el fallo de la CIJ cualquiera sea su alcance. Es improcedente afirmar lo que la CIJ dirá en su fallo. Lo que Bolivia le ha pedido es que, dado que Chile hizo compromisos jurídicamente exigibles, resuelva que Chile debe sentarse a negociar con Bolivia para que, como producto de esa negociación, le otorgue a Bolivia un acceso soberano al mar.

En el ámbito político, ¿cree que será fácil negociar con Piñera un acceso soberano?

La valoración de una potencial negociación entre determinados interlocutores no tiene sentido en este momento del proceso.

 ¿Cómo se debe hacer para conformar un equipo posdemanda?

Con un criterio rector, asumir que la posdemanda nos obliga a todos, gobernantes y gobernados, a entender que se trata de una política de Estado en la que nadie puede retacear su contribución.

 El presidente ha expresado mucho optimismo, ¿no es arriesgado ese nivel de exitismo?

El optimismo no es producto de una sensación personal ni subjetiva, sino de un trabajo responsable, serio, de largo plazo y de equipo. Un trabajo que se inició en 2011. El rotundo triunfo boliviano en la fase de excepción forzada por Chile con un fallo categórico a favor del país es una prueba de ello.

¿Cómo ve usted la presencia de expresidentes, gobernadores y otros sectores, oficialistas y opositores, en los alegatos?

La presencia en La Haya de ciudadanos que han ocupado u ocupan cargos de importante responsabilidad pública confirma que el tema marítimo es el más importante de nuestra política internacional y es parte de una política de Estado que está más allá de nuestras posiciones políticas. Posiciones que, como todo el país sabe, son muy diferentes especialmente en lo que toca al 21 de febrero, el mayor quiebre de los valores democráticos protagonizado por el actual gobierno desde que asumió el poder en 2006.

¿Es la salida de Jaime Paz una mala señal?

Es una posición personal del expresidente Jaime Paz Zamora que yo respeto.

¿El mensaje político de unidad puede influir en alguna medida en la decisión de La Haya?

La CIJ valorará los méritos jurídicos de nuestra demanda con sus respectivos antecedentes históricos. El mensaje de unidad tiene un valor significativo ante la comunidad internacional, cuyo peso se podrá entender después del fallo.

Durante un tiempo el Gobierno dijo que usted no era necesario y ahora el vicepresidente dice que hizo un trabajo excelente, ¿lo usa el Gobierno?

Mi compromiso con el mar es inclaudicable y como consecuencia he dado y daré lo mejor de mí en la responsabilidad que se me ha encomendado.

¿Cree que el Gobierno usa políticamente a expresidentes y excancilleres en este tema?

Dado que creo que el mar es una política de Estado, la presencia de expresidentes y excancilleres no solo en La Haya sino desde que se nos convocó por primera, vez en 2012, responde a los intereses del país.

¿Cree que Evo Morales usará este tema como parte de su campaña?

Un triunfo de Bolivia en La Haya sería uno de los hechos históricos más relevantes desde que en 1910 nos trazamos el objetivo de volver a las costas del Pacífico con soberanía. Cualquier interpretación política que relativice tal acontecimiento sería inadecuada.

¿Con el fallo de La Haya termina su gestión como vocero o su concurso está garantizado en el caso de que haya un proceso de negociación?

Mi compromiso con Bolivia, sea con una responsabilidad oficial o sea como ciudadano de a pie solo tiene una fecha de caducidad, el logro del objetivo nacional ya mencionado.

El agente Rodríguez Veltzé dijo que ese proceso debe ser absolutamente reservado...

Mientras la CIJ mantenga los documentos de las partes en reserva, debe serlo, pero aquellos que ya son públicos deberán explicarse y difundirse con amplitud y sencillez.

¿Cuántas veces efectivamente se reunió con el presidente Evo Morales desde que es vocero?

Varias. No tiene caso hacer un detalle de encuentros que por su naturaleza han sido reservados, salvo en aquellos casos en que se creyó oportuno darles publicidad y explicar en conferencia de prensa sus resultados.

Se habla de que pasa informes periódicos a la Cancillería ¿en qué se basan esos reportes?

Al haber aceptado una responsabilidad, el desarrollo de mi trabajo ha sido compartido con regularidad con las tres personas que conducen la política exterior del país: el presidente, el vicepresidente y el ministro de Relaciones Exteriores, tanto por escrito como en reuniones personales realizadas al efecto.