En Bolivia, la oposición puso el dedo en la llaga aunque todos lamentaron la decisión de la corte. Doria Medina pidió explicaciones y Costas, una nueva etapa con otros actores

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2 de octubre de 2018, 4:00 AM
2 de octubre de 2018, 4:00 AM

El Gobierno boliviano se aferró al diálogo, anunció que no renunciará a la demanda marítima y que buscará otros mecanismos para lograr una salida soberana al océano Pacífico, mientras su equipo jurídico hizo un mea culpa. El presidente Sebastián Piñera se abrió al diálogo, pero impuso sus condiciones. La oposición pidió explicaciones al Gobierno y marcó el fin de un ciclo y el inicio de otro que requiere nuevas estrategias y nuevos actores.

Morales sustentó su declaración, emitida una hora después de que la CIJ terminó de emitir su fallo en el párrafo 176 del dictamen, que señala que “los hallazgos de la corte no deben ser entendidos como si impidiera a las partes continuar su diálogo e intercambios en un espíritu de buena vecindad” y lograr la “solución que ambas partes han reconocido como asunto de interés mutuo”.

De esta forma, retomó la vía diplomática ante el fracaso de la jurídica y, a partir de esa referencia, Morales advirtió que “si bien no hay una obligación de negociar, pero hay una invocación a seguir continuando con el diálogo”.

Morales saludó esa parte del contenido del fallo y recalcó que ese texto advierte que persiste un tema pendiente y que es de interés regional solucionarlo. Recalcó que “Bolivia nunca va a renunciar a terminar con su enclaustramiento. Sabe el pueblo, sabe el mundo que mediante una invasión hemos sido arrebatados del acceso soberano al océano Pacífico”.

Su colega chileno Sebastián Piñera, con una sonrisa en el rostro, exclamó: “La corte ha hecho justicia y ha puesto las cosas en su lugar, estableciendo en forma clara y categórica que Chile nunca ha tenido ninguna obligación de negociar una salida al mar”.

Además acusó a Morales, porque “ha creado falsas expectativas a su propio pueblo y también ha creado grandes frustraciones a su propio pueblo. Además, nos ha hecho perder cinco valiosos años en las sanas y necesarias relaciones que debe tener Chile con todos los países vecinos, incluyendo a Bolivia”, afirmó.

El agente Eduardo Rodríguez Veltzé admitió, como cabeza del equipo jurídico, que se le debe una explicación al pueblo boliviano, “nosotros habíamos trabajado bajo un esquema, una teoría, un razonamiento legal que nos permitía llegar a la Corte Internacional de Justicia señalando que esa sucesión de actos tenía un efecto vinculante” y ese esquema no funcionó, pero recalcó que eso no le ha puesto un candado a la pretensión boliviana de acceso soberano al océano Pacífico.

El vocero de la causa marítima, Carlos de Mesa, admitió también que el resultado no es el esperado, “debemos asumir nuestra responsabilidad en lo que hicimos y no funcionó en la línea que esperábamos. Pero creo que hay algo clave en lo que era y después de la demanda: es la primera vez en la relación entre Chile y Bolivia que una corte reconoce que hay un tema pendiente de mediterraneidad”, dijo el exmandatario.

El vicepresidente Álvaro García Linera resaltó primero que la CIJ reconoció tres aspectos: que Bolivia nació con una salida soberana al mar, que el Tratado de 1904 no resuelve los temas pendientes y que debe primar el diálogo para solucionar el tema.

Luego advirtió que se cerró una puerta, pero se abrieron muchas otras y que el país sabrá escoger “los mejores mecanismos en cuanto a resolución de conflictos entre estados (...) La Carta de las Naciones Unidas establece otros mecanismos, otras vías en la búsqueda de soluciones”.

Por la noche, el presidente Piñera salió en cadena nacional y complementó que Chile siempre tuvo una actitud de diálogo constructivo y de colaboración de buena fe con todos los países, y muy especialmente con los vecinos, pero remarcó que ese buen espíritu estará siempre dentro del pleno respeto de los tratados internacionales vigentes.

Entonces condicionó: si Bolivia se enmarca en ese espíritu y en esa actitud, Chile está dispuesto como siempre a reiniciar de inmediato un diálogo constructivo y de buena fe. De lo contrario, si Bolivia insiste en desconocer los tratados, el derecho internacional o esta sentencia de la CIJ y sigue confundiendo aspiraciones con derechos, buena voluntad con obligación o prolongando sus infundadas pretensiones sobre territorio, mar o soberanía chilena, ese diálogo se vuelve imposible”.

La oposición lamentó la decisión de la corte, pero le puso el dedo en la llaga al Gobierno.

El líder de UN, Samuel Doria Medina se manifestó apenado, pero recalcó: “Necesitamos una explicación de por qué llegamos a este resultado”.

Por su parte, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, resaltó que “ahora comienza un nuevo tiempo para Bolivia, que necesitará de nuevas estrategias y de nuevos actores. Un tiempo en el que la política y las relaciones internacionales tienen que imponerse por encima de cualquier vía estratégica”.

A su vez, el alcalde de La Paz, Luis Revilla, dijo que esa política de Estado debe extenderse a otras áreas.