Desde mediadios de abril el escándalo, revelación tras revelación, está lejos de apagarse en la Policía. El nexo de jefes policiales con el narco ha provocado una de las mayores crisis en la institución verde olivo

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29 de abril de 2019, 18:43 PM
29 de abril de 2019, 18:43 PM

El Gobierno boliviano comenzó a bosquejar desde este lunes un plan para "refundar" la Policía, de unos 30.000 efectivos, en medio de la peor crisis de la institución por los vínculos de algunos uniformados con el narcotráfico.

"El desafío de estar frente a una institución es complejo, primero cuando hay que fundarla y luego, cuando está en crisis, hay que refundarla y eso en realidad, es la tarea inmediata, una refundación de la Policía", dijo el ministro de Gobierno, Carlos Romero, en el acto público de reconocimiento al nuevo comandante Yuri Calderón.

Calderón asumió la máxima jefatura de la Policía hace dos semanas, luego que su antecesor, Rómulo Delgado, fuera destituido. El Gobierno arguye que su salida fue por su pérdida de control de la entidad.

Empero un audio de Delgado con un subalterno filtrado a la prensa, señala que su salida se habría debido a que investigaba a otro jefe policial, Gonzalo Medina, director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de Santa Cruz, que iba a dar cobertura a un alijo de cocaína con destino en Panamá.

Luego se reveló que un traficante boliviano buscado en Brasil, Pedro Montenegro, se paseaba por la unidad de Medina y que incluso fue condecorado por sus obras de beneficencia a la policía.

Un hijastro de Medina y dos oficiales antinarcóticos fueron fotografiados en marzo en un viaje de placer en Cartagena, Colombia, pagado por Montenegro.

El caso mantiene a la Policía como blanco de una fuerte crisis, mientras el ministro Romero despliega todos sus esfuerzos para intentar poner orden.

Según Romero, la "refundación" significa plasmar una nueva visión institucional, desde el ingreso de cadetes a una academia policial y que sepan que tienen la misión de proteger los derechos de las personas.

"Nos encontramos en un proceso de profundas reformas estructurales", dijo Calderón, el nuevo jefe de la Policía, que también aseguró que el cuerpo trabajará en la implementación de un nuevo sistema de trabajo, priorizando la "ética y la moral".

La unidad dirigida por el excoronel Medina fue intervenida la semana pasada por el Gobierno y los jefes pasarán por el detector de mentiras (polígrafo).

Entre tanto, la oposición política insiste en pedir al presidente Evo Morales la cabeza de Romero, a quien consideran responsable del descontrol policial.

Otros altos jefes policiales, entre ellos un excomandante, fueron encarcelados en los últimos años por sus nexos con narcotraficantes.