Los comerciantes minoristas y ambulantes continúan copando los espacios públicos. Muchos gremiales durmieron en el lugar para cuidar sus puestos

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16 de noviembre de 2017, 4:00 AM
16 de noviembre de 2017, 4:00 AM

Son las 4:00 de la madrugada y los vendedores de frutas y verduras asentados en el tercer anillo externo y calles adyacentes al mercado Abasto comienzan a recibir a las amas de casa y dueños de tiendas que acuden hasta allí para abastecerse. En los bordes del canal de drenaje una fila de camiones ofrece productos al por mayor. Son comerciantes que lograron ubicarse allí con anticipación, mientras que en el interior del centro de abastecimiento los comerciantes también están prestos a recibir a sus clientes.

Ayer, día en que la Alcaldía inició el traslado de los mayoristas al nuevo mercado y anunció que reubicaría a los minoristas y ambulantes del Abasto en esos puestos, nada cambió en el centro de abastecimiento más grande de la ciudad, excepto que desde la medianoche no se permitió el ingreso  de camiones con mercadería  y que ‘llovieron’ las quejas de los comerciantes por la falta de información con respecto al plan de traslado, incluso muchos gremiales durmieron en sus puestos de venta, ante el temor de que fueran desalojados. 

Tal como fue anunciado, los gendarmes, con el apoyo de la Policía, se ubicaron en los principales accesos al Abasto para desviar los camiones con mercadería hacia el mercado mayorista. Sin embargo, esto no afectó la venta de productos, pues varios camiones habían ingresado un día antes al lugar y  muchos comerciantes se habían abastecido con anticipación. “Estamos vendiendo productos frescos, compramos anoche  para poder atender con normalidad a nuestros clientes”, dijo María Chambi, que vende verduras en el tercer anillo externo. Los precios de los productos no subieron ni bajaron. Por ejemplo, la arroba de papa se vendía entre Bs 32 y 40, y la de cebolla, en Bs 30.

Poco a poco también se fueron  instalando los vendedores de ropa usada y nueva en el tercer anillo interno y hasta las 8:00, los asentamientos iban desde la avenida Piraí hasta el surtidor Las Palmas, abarcando más de dos cuadras.  Lo mismo ocurría en el pasillo Galaxia, donde la atención también es normal.

Control municipal
A esa hora, un contingente de funcionarios, a la cabeza del secretario de Movilidad Urbana, Rolando Ribera, llegó hasta dicho mercado para pedir a los dueños de camiones que despejen el lugar hasta la media jornada. También procedieron a cortar el ingreso de vehículos al mercado, colocando conos en la rotonda del tercer anillo externo y en los otros accesos.

Ribera dijo que se está cumpliendo con el desvío de los camiones al nuevo mercado y al ser consultado sobre los informales y minoristas, explicó que la reubicación es responsabilidad de la Secretaría de Mercados y de Espacios Públicos. “Mi función es evitar el ingreso de camiones mayoristas y se está cumpliendo”, manifestó.

El concejal Jesús Cahuana indicó que no hay fecha para la reubicación.

Durante la jornada, los comerciantes se quejaron por la falta de información y desorganización en el plan de traslado de gremiales. “No sabemos nada. Nos vamos a quedar aquí  (en la calle) porque dentro del mercado no hay espacio”, eran algunas de las quejas. Entre los mayoristas había quienes indicaron que lograron puestos en el nuevo mercado, pero por ahora seguirán vendiendo en el Abasto hasta ver qué sucede en el nuevo centro.