Los traficantes queman su propia mercadería en los pies de los cerros entre Sabaya y Huachacalla

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21 de octubre de 2018, 15:17 PM
21 de octubre de 2018, 15:17 PM

Entre Sabaya y Huachacalla el paisaje es asombroso. Los cerros nevados sobresalen y en el suelo los camélidos hacen su majestuosa obra de vida. Pero en esa distancia —que son 46 kilómetros— lo oscuro también sobresale. Al fondo del panorama, al pie de la montaña, los contrabandistas hacen rituales para que tengan éxito en su ilícita incursión. Queman parte de su mercadería como parte de una ofrenda a sus creencias.

Andrea (nombre ficticio) tiene 57 años. Vive en la comunidad Huancarani del municipio de Sabaya. Ella relata que los contrabandistas van al pie de la montaña para realizar rituales a “sus dioses” y así tener éxitos en su recorrido ilegal.

“Van y queman su propia mercadería. Dicen que queman refrigeradores, cocinas, microondas y otras cosas. Esa es su forma de hacer ofrendas a sus dioses para que les vaya bien. Luego limpian el lugar y parece que no dejan rastros”, detalla Andrea.

Un informante que fue parte de una red de contrabando confirma ese tipo de rituales. Explica que antes de iniciar el periplo van al pie de un cerro para “ofrecer” su propia mercadería. Dice que generalmente se hace cuando se transporta mucha carga y de alto valor económico.

“Esto viene de años anteriores, es de hace mucho tiempo. Pero hubo una época en la que desapareció, quizá porque las nuevas generaciones desconocían y no creían. Hoy, se ve, aunque no tanto. Generalmente lo hacen por las noches mientras parte su mercadería. Prefieren quemar un refrigerador a perder el medio millón o el millón de dólares que llevan en el camión”, relata el informante.

Sabaya sabe estos rituales, pero prefiere callar. Los militares que cuidan la zona dicen desconocer este tipo de ofrendas.