Sucedió esta tarde en La Paz. La columna fúnebre peregrinó pidiendo justicia con los ataúdes a cuestas por las sedes de la policía, de los tribunales y de la independiente Asamblea de Derechos Humanos

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31 de agosto de 2018, 16:46 PM
31 de agosto de 2018, 16:46 PM

Portando al hombro los ataúdes de dos de sus compañeros muertos a tiros en choques con la policía, cientos de cocaleros recorrieron este viernes varios kilómetros del centro de La Paz, en protesta contra el gobierno del presidente Evo Morales.

La columna fúnebre peregrinó pidiendo justicia con los ataúdes a cuestas por las sedes de la policía, de los tribunales y de la independiente Asamblea de Derechos Humanos.

Hombres, mujeres y varios niños, entre estos la huérfana de una de las víctimas, acompañaron los féretros de Eliseo Choque, de 31 años, y Carlos Vega, de 56, muertos a bala el miércoles en el poblado de La Asunta.

Ese incidente siguió a otro de la semana pasada que dejó un policía muerto y siete heridos. El gobierno dijo que los cocaleros fallecidos forman parte de un grupo de francotiradores, aunque el sindicato de La Asunta ha negado en rotundo esa versión.

En medio de petardos y una marcha fúnebre, la multitud coreaba "¡Evo asesino, Evo asesino!" y "¡justicia, justicia!".

"Estamos consternados con esta situación que nos está pasando, muy lamentable, es duro, es penoso", dijo a la AFP el dirigente de La Asunta, Pánfilo Montecinos.

Acusó a los policías de haber atacado a los labriegos que cortaban rutas, en oposición a las tareas de destrucción de plantaciones de coca excedentaria en el lugar.  

"Sólo en las películas de Vietnam se veían armas de grueso calibre", comparó.

Los cocaleros, cuya columna se reforzará el fin de semana con la llegada a La Paz de centenares de mujeres de La Asunta, anunciaron que desatarán desde el lunes una ola de protestas.  

Además de exigir la liberación de su dirigente Franclin Gutiérrez, líder en La Asunta y vinculado a grupos armados, los cocaleros piden el cese de las tareas de erradicación.

En medio de invocaciones al diálogo entre ambos sectores de parte de la Defensoría del Pueblo y de los obispos, el ministro de Desarrollo Rural, César Cocarico, dijo: "veo difícil el diálogo".