El jefe de Infraestructura y Comunicación, Franz Álvarez renunció. El vicepresidente del TSE, Antonio Costas, lo atribuye a ‘momentos difíciles’ por el cambio de directiva. Se alejaron catorce funcionarios en la gestión de María Eugenia Choque

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5 de abril de 2019, 8:35 AM
5 de abril de 2019, 8:35 AM

Lo de Franz Álvarez Gonzales fue un ‘tira y afloja’ de varios meses. Había sido destituido de su cargo como jefe de Infraestructura y Comunicación el 5 de enero por la Sala Plena del Tribunal Supremo Electoral (TSE), encabezada por María Eugenia Choque. Lo advirtió días después el vicepresidente del TSE, Antonio Costas, quien había salido de vacaciones. Lo restituyeron debido a que su esposa estaba embarazada y podía considerarse un retiro ilegal. Ayer se conoció que formalizó su renuncia irrevocable a partir del 1 de abril, por el “cambio radical de funciones” que le dieron al enviarlo a la regional de El Alto.

Así lo confirmó el vicepresidente del TSE, Antonio Costas, quien ratificó lo que denunció en enero a través de EL DEBER radio “que se estaba despidiendo personal clave”, como era el caso de Álvarez, y de Óscar Flores, por entonces jefe de Seguridad Tecnológica, y posteriormente de Jenny Padilla, quien el 10 de enero formalizó su dimisión como directora nacional de Tecnologías de la Información y Comunicación. Álvarez recibió una mejor oferta laboral y no se lo pudo retener. “Tampoco se puede obligar a la gente a que se quede. Es un momento muy difícil en la institución por la transición de la nueva directiva; hay cosas pendientes, no hemos hecho las designaciones”, dijo Costas.

María Eugenia Choque asumió la presidencia del TSE el 30 de octubre de 2018. Fue electa tras la renuncia de la vocal Katia Uriona y de José Luis Exeni, que había renunciado el 1 de octubre. Desde entonces y hasta fin año renunciaron cinco funcionarios: Jorge Fuentes, director nacional Jurídico; Lizet Sempértegui, secretaria de Cámara, Guillermo Hugo Holters, director nacional de Administración, Karina Herrera, directora nacional de Fortalecimiento Democrático y Sagrario Urgel, directora nacional de Comunicación.

En enero sumaron 12 renuncias y despidos, entre las que se encuentran Rafael Veizaga, el exjefe de Recursos Humanos; Miriam Obleas, a la secretaria de Cámara; Ilsen Arrieta, jefa de la Unidad de Transparencia; y Lucía Vargas, jefa de la Unidad de Género. Lo que se suma a los tres profesionales de informática de confianza de Costas, quien impulsa un sistema único de identificación.

El décimotercer alejamiento se cuenta en Santa Cruz, con la destitución de Roxana Ybarnegaray como directora del Sereci, el 8 de marzo, mientras que la décimocuarta es la de Consuelo Grigoriú, quien el 21 de marzo renuncia a la dirección nacional de Procesos Electorales.

Como mención aparte se registra la dimisión como vocal del TSE de Dunia Sandoval, el 30 de enero; en la oportunidad argumentó que estaba en desacuerdo “con determinaciones en contra de la ética profesional y democrática”.

Temor al fraude

A 198 días de la fecha de realización de las elecciones generales, el 20 de octubre, las renuncias colectivas despiertan susceptibilidades en las plataformas que anuncian que redoblarán esfuerzos para controlar el voto en las elecciones generales. La profesora y socióloga Mirna Yucra, de la plataforma Ríos de Pie, manifestó que esta situación se veía venir pero que no deja de sorprender. Aseguró que con la salida de Uriona y el ascenso de Choque se vio un TSE funcional al Gobierno y sostiene esta idea por el uso que se le dio a la ley de partidos políticos y la modificación de la fecha de elecciones ‘hecha a la medida’ del presidente Evo Morales.

“Seguramente van a seguir haciendo cambios drásticos. Si se fija, son en áreas que hacen el control a los votos. Nos obligará a los ciudadanos a hacer un control electoral más estricto. Nos estamos organizando. Debemos mejorar el control del voto para que no nos sorprendan, dijo.

Para el activista Eduardo Gutiérrez, de SOS Bolivia, el Gobierno ‘mueve las piezas’ para tratar de confeccionar un fraude electoral a la medida. “Lo que pasa con el TSE es lo mismo que pasó con el Tribunal Constitucional, se volvió un mecanismo de opresión para destrozar la función para la que fueron creados”, aseguró.

EL DEBER intentó comunicarse con Choque, pero no atendió las llamadas. Sobre el tema, se envió también un cuestionario con semanas de anticipación y tampoco fue respondido.

Desde lo político, el senador Arturo Murillo (UD) afirmó que el TSE “perdió credibilidad hace rato”, que es una ‘chacota’, y que debería cerrarse y dejar que los ciudadanos controlen sus votos. Añadió que considera que las renuncias se deben a que los profesionales no soportan la presión interna porque ‘les piden hacer lo indebido’.

En contraparte, el senador Ciro Zabala (MAS) desestimó la alarma. Dijo que la renuncia o destitución de funcionarios ocurre en cualquier institución; que en el TSE hubo protestas por la inscripción de militantes en los partidos y que eso pudo incidir en el relevo de la parte informática. “No merece mayor comentario la renuncia de una persona que no dio otros motivos de su renuncia más allá de que lo cansaron”, dijo.

En el TSE adelantaron que la próxima semana trabajarán en el calendario de las elecciones y la asignación de recursos. Descartaron un pronunciamiento sobre las acefalías en puestos técnicos.

PUNTO DE VISTA

"Con cada error pierden más credibilidad"

Roxana Ybarnegaray, exvocal de la Corte Nacional Electoral

Estas renuncias o destituciones no tienen justificación ni explicación. En un año electoral los vocales del Tribunal Supremo Electoral deben asegurarse que cuentan con personal especializado. Sin embargo, pasa lo contrario, algunos se van con renuncias y otros destituidos, como yo, porque nos resistimos a irnos sin ninguna justificación.

No es fácil conseguir profesionales capacitados para ocupar estos cargos. Por ejemplo, en el caso de la base de datos del Órgano Electoral se trata de sistemas que deben ser manejados por gente experimentada en sistemas. No es algo que pueda administrar un recién egresado por más brillante que sea. No se trata solamente de formación sino también de experiencia. Por lo que podemos estar hablando de una pérdida de talento humano que la institución echará en falta en su momento.

Frente a esta situación la respuesta debe venir de la ciudadanía organizada. Son los actores políticos, cívicos y sociales los llamados a hacer un seguimiento. Para eso hace falta gente idónea y comprometida. Son las organizaciones las que deben tomar la posta.

Como ciudadana, más que como exvocal, lo que puedo esperar es que se logre controlar este proceso de deslegitimar el TSE, porque puede poner en duda la transparencia de todo el proceso electoral. Los vocales del TSE deben asumir que no están gozando de credibilidad y que cualquier error que comentan profundiza esa percepción. La ciudadanía comienza a echar en falta la planificación en el manejo de la institución.