El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, generó una nueva controversia al decir que la guerra contra el narco ya terminó. Pero la disputa de carteles y la presencia militar en las calles persisten, como en años anteriores.

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1 de febrero de 2019, 6:33 AM
1 de febrero de 2019, 6:33 AM
AMLO en una conferencia de prensa.
Getty Images
Uno de los comentarios de AMLO durante una reciente rueda de prensa causó controversia.

El comentario duró unos segundos. Pero fueron suficientes para desatar una nueva polémica sobre la seguridad en México.

Casi al terminar la conferencia de prensa del 30 de enero, un periodista le preguntó al presidente Andrés Manuel López Obrador: “¿Se acabó la guerra contra el narco?”.

“No hay guerra” respondió el mandatario. “Oficialmente ya no hay guerra. Nosotros queremos la paz”.

La frase de López Obrador surgió cuando explicaba la estrategia de seguridad de su gobierno, que busca reducir la violencia y homicidios más que capturar a grandes capos.

Pero la declaración desató controversia en pocas horas. Algunos cuestionaron que se pretendiera dar por terminado el conflicto con una declaración a periodistas.

“No se puede el borrón y cuenta nueva”, dijo el analista en seguridad Alejandro Hope.

“En el gobierno hay una lógica de tabla rasa, quiere dejar atrás el pasado y construir el país de cero, pero esto no se puede”, comentó Hope al diario Excélsior.

Otros como el periodista Ciro Gómez Leyva preguntaron cuál guerra pretende terminar el presidente.

“Los criminales siguen ahí y si no se les derrota allí seguirán”, dijo en la televisora Imagen.

“Esa guerra terminará cuando el 90% de los mexicanos vivamos en paz, tranquilos, seguros”.

Militares en las calles

Más allá del debate, lo cierto es que en los dos meses del actual gobierno el escenario es muy parecido al de años anteriores.

Policía en Ciudad de México, agosto de 2018.
Getty Images
Desde hace años, efectivos militares participan en las labores de seguridad pública en México junto a otros cuerpos de seguridad, como la policía.

El Ejército y la Marina todavía encabezan las principales operaciones contra el tráfico de drogas.

En zonas como Tamaulipas en el noreste, Michoacán en el occidente o Guerrero en el sur, la vigilancia de carreteras y comunidades es, fundamentalmente, de militares.

Para relevarlos de esas tareas López Obrador propuso una Guardia Nacional.

Es una corporación formada por las policías Militar y Naval, así como parte de los elementos de la Gendarmería y la Policía Federal.

La Cámara de Diputados aprobó el decreto para su creación, pero hace falta el visto bueno del Senado donde se pospuso el debate sobre el tema.

Parte del problema es que los diputados eliminaron un artículo transitorio del decreto original. Algunos legisladores advirtieron que ese texto prolongaría de manera indefinida la presencia militar en las calles.

Soldado de la Marina mexicana.
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La Guardia Nacional reclutará agentes entre policías federales, navales y militares.

El texto de la controversia dice: “De manera excepcional, en tanto la Guardia Nacional desarrolla su estructura, capacidades e implantación territorial, la Fuerza Armada permanente prestará su colaboración para la seguridad pública”.

López Obrador pidió al Senado que reintegre ese artículo. Pero los legisladores del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido en el gobierno, ven difícil hacerlo.

No hay fecha para discutir el tema. Mientras, el combate al narcotráfico sigue en manos de militares.

¿Terminó la guerra?

Un elemento adicional es que la guerra entre carteles por algunas zonas del país aún se mantiene.

Uno de los casos más recientes ocurrió en Tamaulipas el pasado 9 de enero, cuando militares encontraron a 21 personas asesinadas.

Según la Procuraduría General de Justicia del estado, la masacre se debió a una disputa de los carteles del Golfo y del Noreste.

Desde hace un par de años los grupos mantienen una sangrienta disputa por controlar las rutas de narcotráfico en la zona conocida como Frontera Chica, vecina de Estados Unidos.

Otro sitio donde la violencia no cesa es el balneario de Cancún, en el sureste del país. El 20 de enero, por ejemplo, siete personas fueron asesinadas por sicarios.

Alberto Capella, secretario de Seguridad Pública de Quintana Roo, donde se ubica el balneario, dijo que la causa del crimen fue una disputa por la venta de droga al menudeo.

En la matanza, dijo el funcionario, participaron sicarios del cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), considerado el más violento y grande de México.

Principales zonas de influencia de los carteles de la droga en 2017
BBC

Antes de la polémica por la declaración presidencial sobre el fin de la guerra, algunos cuestionaban por qué no se ha detenido a líderes de organizaciones criminales.

Fue parte de la respuesta de López Obrador antes de su controvertido comentario.

“No se ha detenido a capos porque no es nuestra función principal”, señaló el presidente.

La principal tarea del gobierno es garantizar la seguridad pública, añadió. “Eso es lo fundamental, no lo espectacular. Se perdió mucho tiempo en eso y no resolvió nada”.


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