Los audios difundidos por el equipo de periodistas dirigido por Gustavo Gorriti revelaron prácticas corruptas y causaron un sismo en la política peruana. ¿Hasta qué punto este escándalo supone un punto de inflexión en la lucha contra la corrupción en Perú?

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14 de agosto de 2018, 11:36 AM
14 de agosto de 2018, 11:36 AM

En los últimos meses, en Perú algunas cosas parecen funcionar al revés.

Desde el 7 de julio, unos audios dejaron al descubierto que en vez de administrar justicia, unos jueces y fiscales se habían dedicado a delinquir.

En las grabaciones de conversaciones telefónicas, se escucha a altos magistrados aparentemente negociando favores como la inocencia del violador de una menor, reparto de puestos de trabajo, pasajes y entradas para los partidos de Perú en el Mundial de Rusia, comidas en restaurantes caros, y más.

Desde que se difundieron, los diálogos vienen sacudiendo la política peruana y, como si fueran un terremoto, han derribado a figuras de alto perfil.

Renunciaron el presidente del Poder Judicial (Duberlí Rodríguez), el ministro de Justicia (Salvador Heresi) y los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura, el organismo autónomo encargado de nombrar a todos los jueces y fiscales de Perú, y a otros los destituyeron y hasta inicios de agosto, la policía arrestó a 11 personas.

La página peruana de periodismo de investigación IDL-Reporteros empezó la difusión de los audios que provocaron el sismo.

Pancarta en una protesta contra la corrupción en Lima.
Getty Images
César Hinostroza y Walter Ríos, dos importantes jueces del Callao (el primer puerto de Perú) son dos de los personajes más notorios de los audios.

La investigación estuvo a cargo de Gustavo Gorriti, director de IDL; su equipo, integrado por periodistas como Romina Mella; y Justicia Viva, un equipo legal de IDL.

Gorriti habló con BBC Mundo sobre las ondas expansivas del escándalo.

¿En qué momento algunos grupos de la justicia peruana empiezan a funcionar de forma corrupta?

Las redes corruptas siempre han necesitado infiltrarse y controlar el aparato judicial, la fiscalía, para que cuando sus casos lleguen a ese fuero, puedan liberarse.

El gobierno de Fujimori y Montesinos trató de capturar al Poder Judicial, tener un control decisivo de las instancias judiciales máximas.

Ahora hay algunos cambios de protagonistas. Pero la corrupción judicial ha sido grande, se ha mantenido.

Luego de varios años, hay un sistema judicial extremadamente mediocre, donde grupos e intereses buscan apoyarse mediante un constante intercambio de favores y dinero.

Esto va desde el "pirañeo" cotidiano, como ir sacando la plata para pagarse un restaurante de lujo, para que les den entradas gratis o les ayuden con el pasaje para ir a Rusia al Mundial de Fútbol, hasta cosas mucho más serias.

Buscan mantenerse y reproducirse (en el sistema) a lo largo del tiempo, dejando en herencia determinados puestos.

Protesta en la Plaza San Martín
Getty Images
La corrupción que revelaron los audios desató fuertes protestas en Lima y otras ciudades.

Como usted dice, los mismos jueces han contado sus aparentes delitos en los audios. ¿Cree que se sentían tranquilos hablando de ellos?

Deben haber tenido mucha confianza sabiendo que en el Perú, el Poder Judicial acepta (o no) las interceptaciones (telefónicas).

Me imagino que pensaron que ningún fiscal, ningún juez subordinado a ellos se iba a atrever a poner su carrera en juego interceptándolos.

Tenían toda la capacidad (de perjudicarles la carrera), casi de un momento al otro.

(La investigación) ha requerido un gran valor, bravura por parte de los fiscales y jueces.

Gustavo Gorriti
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Gorriti es autor de libros como "Sendero: historia de una guerra milenaria en Perú" y "Petroaudios".

¿Y cree que los peruanos se han unido a esta pelea?

Ha habido mucha indignación, hubo una gran marcha contra la corrupción no solo en Lima, en muchas ciudades simultáneamente.

Pocas veces he visto el nivel de indignación que ha habido ahora. Lo único comparable con eso es el 2000 (año en que cayó el gobierno de Alberto Fujimori).

¿Pero la indignación sirvió o servirá de algo en este caso?

En 2000, la indignación de la gente finalmente derribó a Fujimori y abrió un momento altísimo de esperanza que, bien conducido, pudo haber sido un importante cambio social.

Pero se fue al diablo, a causa de políticos tan corruptos casi como lo fueron Fujimori y (Vladimiro) Montesinos (asesor del expresidente).

bandera con el mensaje
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El congreso tiene una muy mala imagen entre los peruanos.

¿Y qué están haciendo los grupos corruptos ahora para que otra vez todo "se vaya al diablo"?

Hay una contraofensiva, que como siempre pasa, nunca es directa, de combate, sino sinuosa, esquinada, intrigante.

La indignación del pueblo ha puesto presión.

Yo creo que ahora va a haber intentos de contaminar la investigación, de mostrar que no ha sido bien llevada, de debilitarla, poner obstáculos.

¿Como por ejemplo?

Ha empezado a haber un derrame promiscuo de audios de fuentes vinculadas con la policía y la fiscalía, y han caído en todo tipo de manos.

Algunos están seleccionando cuidadosamente los audios que puedan hacerles daño a los otros.


#GorritiFacts

Las reacciones a la difusión de los audios han sido variadas.

Por ejemplo, la página "Manifiesto" difundió un audio de César San Martín, el juez que sentenció a Alberto Fujimori a 25 años de prisión, y acusó a IDL de tener la grabación y no publicarla.

Gorriti lo negó rotundamente: "Lo puedo decir con absoluta claridad, mienten, mienten totalmente, pero para ellos aparentemente la mentira es habitual", dijo.

Paralelamente, en redes sociales algunos peruanos elogiaban humorísticamente al equipo de IDL.

Especialmente a Gustavo Gorriti. El hashtag #GorritiFacts se volvió tendencia, acompañado de frases como "Gorriti no cree en Dios, Dios cree en Gorriti"; "Cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las tablas de los 10 mandamiento de Dios, Gorriti ya las tenía en audio", "Gorriti le dice a Waze por dónde debe ir", entre otras.

¿Crees que el humor reflejado en la gran mayoría de los #GorritiFacts es como una cara distinta de la indignación de los peruanos ante la corrupción?

Como sabes, los peruanos, especialmente los limeños, guardan siempre un espacio importante para un humor que, incluso cuando es cariñoso, no deja de ser burlón. En este caso, creo que fue complementario y paralelo a la indignación.

¿Cómo me sentí? Confieso que un tanto incómodo. Aprecié mucho la calidez y cariño de la gente.

Pero me hubiera sentido mucho más cómodo con una suerte de austeridad republicana en la aprobación: una palmada en la espalda, un apretón de manos, un ´bien hecho´ y nada más.

Al fin y al cabo, lo que hicimos los periodistas de IDL-Reporteros fue cumplir nuestra misión de periodistas y tratar de hacerlo bien. No es poco, pero es nuestro deber.


¿Qué pueden hacer los peruanos para defenderse, no solo ahora, sino a largo plazo?

La indignación no puede durar indefinidamente, es necesario dar pasos importantes.

Por ejemplo, Brasil tenía un problema de corrupción similar, mayor que el nuestro.

Hubo cambios legales pragmáticos para llevar profesionales inteligentes, honestos, motivados, educados, con buenos sueldos (al Poder Judicial), y reformas para combatir el crimen.

No fue de un día para otro, pero las cosas empezaron a cambiar. La posibilidad de ser exonerado (de un proceso judicial) empezó a desaparecer.

Cuando llegó el momento de investigar casos importantes, ya era otra cosa.

Acá debe haber un grupo inicial que responda a criterios reales de conocimiento, eficacia y honestidad, que la gente honesta busque a la gente que reúna los mismos requisitos.

Peruanos en Madrid protestando contra la corrupción.
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Miembros de comunidades de peruanos en el extranjero también se unieron a las protestas.

Entonces no es del todo imposible erradicar la corrupción.

No, no, no. No es para nada imposible, solo que hay que tener la estrategia adecuada. En unos años esto puede cambiar.

Pero la corrupción también puede mutar.

La corrupción es como ciertos organismos que son muy flexibles, que tienen una capacidad de supervivencia notable, bajo cualquier circunstancia, que son adaptativos, que pueden mutar.

Cuando están frente a una fuerza muy grande no confrontan, retroceden, rodean, envuelven, intoxican.

En Brasil no ha terminado para nada la guerra (contra la corrupción). Sí, la guerra continúa, pero ha habido un avance increíble.

Protesta frente al Poder Judicial en Lima.
Getty Images

Si la corrupción muta, como una bacteria que infecta todo, ¿estás de acuerdo con la frase de un intelectual peruano que dice "En Perú, donde se ponga el dedo salta la pus"?

En muchos sitios sí, en otros no. Hay gente muy honesta, que trabaja intensamente y que busca mantener la integridad.

No hay una cultura que favorezca la honestidad, pero la honestidad sí existe.

Dentro de todas las instituciones, del Poder Judicial, tú encuentras bolsones virtuosos, de gente que no se resigna, que lucha contra esa corrupción, de gente ejemplar, donde por más que aprietes no va a saltar ninguna pus.


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