A la BBC le otorgaron un excepcional permiso para entrar al país y hablar con los iraníes sobre la crisis entre los gobiernos de Teherán y Washington y de las sanciones impuestas por este último.

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16 de julio de 2019, 3:44 AM
16 de julio de 2019, 3:44 AM
Iraníes
BBC
La BBC conversó con varios iraníes dentro de su país.

En un momento en el que crecen las tensiones entre Irán y Estados Unidos, la BBC obtuvo un permiso excepcional para entrar al país asiático y hablar con sus ciudadanos.

Muchos iraníes no están de acuerdo con la decisión del presidente de EE.UU., Donald Trump, de retirarse hace unos meses del acuerdo nuclear firmado por su país y varias potencias occidentales, y de imponer fuertes sanciones contra Teherán.

El corresponsal de la BBC Martin Patience estuvo en Teherán y la ciudad sagrada de Qom hablando con los iraníes sobre la crisis.

Mientras visitaba en el país, el acceso a las entrevistas estuvo controlado por las autoridades y -como sucede con todos los medios extranjeros- estuvo acompañado por representantes del gobierno a todas horas.

Este es el relato de su visita.

Las montañas de Tehran
BBC
Las montañas ofrecen un respiro del calor y la contaminación que afectan a Teherán.

Aun en los calurosos meses de verano, todavía se puede ver nieve en las altas cumbres de las montañas de Alborz que sirven de un espectacular fondo a la capital iraní.

Los suburbios más ricos están contra sus faldas, que ofrecen un respiro del calor y la contaminación que ahogan esta a ciudad de casi nueve millones de habitantes.

Durante los fines de semana, muchos iraníes -jóvenes y viejos- se adentran por los senderos de estas montañas con sus mochilas y bastones de caminar, dejando atrás la ciudad.

Pero aún en el limpio aire que se respira allí no pueden escapar las sanciones de EE.UU.

"¿Quién no está sufriendo?", pregunta retóricamente un hombre. Como si estuviera comprobando su argumento, me muestra su gancho de montañismo, que cuelga de su cinturón. Hoy día cuesta cuatro veces más que hace un año.

Donald Trump volvió a imponer sanciones contra Irán el año pasado después de retirarse unilateralmente del acuerdo firmado en 2015 por Irán y otras seis potencias mundiales.

El presidente estadounidense considera que ese acuerdo era demasiado generoso con Irán y le daba al país carta blanca para desarrollar misiles balísticos y para entrometerse en Medio Oriente.

Trump quiere aplicar la "presión máxima" para forzar a Teherán a volver de nuevo a la mesa de negociaciones. Muchos temen que se pueda generar un conflicto armado.

Irán se siente traicionado por EE.UU. y abandonado por los países europeos que todavía apoyan el acuerdo: Reino Unido, Francia y Alemania.

Hadi (de camisa roja, a la derecha)
BBC
Hadi (der.) dice que las sanciones de EE.UU. han unido a los liberales y conservadores en Irán.

La decisión de EE.UU. ha fortalecido a los iraníes de línea dura que dicen que nunca debieron confiar en Washington para empezar. Esa desconfianza hacia EE.UU. (y Reino Unido) no es nueva en Irán.

Ambos países coordinaron un golpe que derrocó al democráticamente electo primer ministro iraní en 1953.

"Nosotros los iraníes tenemos una historia muy larga y siempre le hemos hecho frente a las adversidades", dice Hadi, que opera uno de los pequeños cafés que ofrecen refrigerios a los caminantes que pasean por las montañas.

Su café está construido a medias, con una carpa como techo, pero me invita adentro para tomar té y frutas.

Hadi menciona que los estadounidenses pensaron que las sanciones provocarían disturbios y que el gobierno iraní no tendría más opción que ceder.

Sin embargo, asegura que las sanciones han hecho exactamente lo contrario, uniendo a liberales y conservadores por todo el país.

"Aquí tenemos unidad nacional y cuanto más difícil sea la situación más se unirá el pueblo".

Lejos de las montañas y abajo en la brumosa neblina de los extensos suburbios sureños de Teherán es donde las sanciones se sienten con más intensidad.

Es un laberinto de estrechos callejones y casas amontonadas unas sobre otras. Aquí es donde vive la clase trabajadora.

Una vendedora en Teherán
Getty Images
Las sanciones han sumido a muchos en la pobreza.

Ya les costaba sobrevivir y las sanciones del último año ha llevado a muchos al límite.

Los precios de los alimentos se han más que doblado y, como la economía está en crisis, muchos encuentran dificultades para encontrar trabajo y subsistir.

"No estoy seguro de lo que Donald Trump gana haciéndonos daño", comenta Zohreh Farzaneh, madre de tres hijos que dobla ropa para ganarse la vida. Recibe unos US$2 al día por su trabajo.

Ella dice que las sanciones han sumido a su familia en la pobreza y que ya no puede comprar carne ni un inhalador para su asma.

Envia a su hijo de 11 años a un centro de caridad para que por lo menos tenga una buena comida al día. La humillación que siente por tener que pedir ayuda le duele.

"Le damos gracias a Dios de que tengamos un pedazo de pan o de queso para comer", me dijo. "Por lo menos tenemos paz en Irán, no hay guerra".

Cada iraní con el que hablé en este viaje de 10 días creía poco probable de que hubiera una guerra con Estados Unidos, a pesar la la escalada en tensiones después de que Washington culpara a Teherán de atacar barcos petroleros en el golfo de Omán y derribara un dron de vigilancia de EE.UU. sobre el estrecho de Ormuz.

El ex viceministro de Relaciones Exteriores iraní Hossein Sheikholislam cree que guerra no le convendría a ninguno de los dos países.

"No va a haber una guerra. Por supuesto, es posible que alguien cometa un error. Pero no queremos una guerra", dijo.

"Y creo que el señor Trump entiende que una guerra no le favorece porque una guerra contra nosotros significa soldados estadounidenses muertos, y él no está dispuesto a que haya un funeral en Washington DC", señaló Sheikholislam.

Iraníes haciendo caminata
BBC
Hacer caminatas es un pasatiempo popular para muchos iraníes.

De vuelta en la montaña, sigo subiendo más alto, pasando una quebrada de agua cristalina.

Me encontré con una joven mujer, Nasim, que hacía una caminata con un grupo de amigos.

Le pregunté su opinión sobre el presidente Trump. Se rió. Levanto las manos, con las palmas hacia arriba, con un gesto de no saber qué decir.

Pero, entonces, me sorprendió con lo que dijo.

"Tal vez sería mejor para nosotros si hubiese una guerra", expresó.

Le pregunté: "¿Por qué querría alguien una guerra?"

"En realidad podría conllevar a un cambio en nuestro sistema de liderazgo. Podría llevar a una mejor situación. Pero si llegamos a una guerra civil, no, no sería para nada bueno", contestó.

En 2009, personas como Nasim se lanzaron a las calles para manifestarse después de la disputada reelección del presidente Mahmoud Ahmadinejad.

Se le llamó la "Revolución Verde", por el color con que se identificaba uno de los candidatos presidenciales de oposición que fue derrotado, Mir Hossein Mousavi, que ha estado bajo arresto domiciliario desde entonces.

La autoridades reprimieron con mano dura las protestas masivas e insisten en que no hay un movimiento de oposición fuerte en Irán.

Pero este es un país de muchas opiniones políticas.

Están los conservadores religiosos de línea dura, así como los liberales y probablemente una mayoría de iraníes que sólo quieren mantener la cabeza baja. Estas son las divisiones que el presidente Trump cree que puede explotar.

No hay que engañarse, son los de línea dura los que manejan este país.

Pero cuando Irán se enfrenta a Estados Unidos, la mayoría de los iraníes, conservadores o liberales, parece que ponen a su país primero.


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