Akihito fue el primer emperador japonés en renunciar al trono en 200 años, pero no ha sido el único en la historia de Japón. Aquí te contamos la razones de la abdicación, quién es el heredero y otras curiosidades sobre el relevo imperial de la monarquía hereditaria más antigua del mundo.

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30 de abril de 2019, 8:19 AM
30 de abril de 2019, 8:19 AM
 

El emperador Akihito es el primer monarca japonés en dejar el trono en más de 200 años.

A los 85 años, se le ha otorgado un permiso legal para abdicar después de decir que se sentía incapaz de cumplir su función debido a su estado de salud y su avanzada edad.

Su hijo, el príncipe heredero Naruhito, ascenderá al trono del Crisantemo el miércoles 1 de mayo, dando comienzo a una nueva era.

El emperador en Japón no tiene poder político, pero es un importante símbolo de la unidad nacional.

Al contrario que sus predecesores, Akihito será recordado por su proximidad con el pueblo japonés.

Durante su reinado ha mostrado gran empatía por las personas enfermas y los que han sido víctimas de grandes desastres, como las afectadas por el terremoto y posterior tsunami de 2011, donde sus gestos hacia el pueblo le hicieron ganarse el cariño de muchos.

Gente a las afueras del palacio imperial de Tokio
 
Pese al mal tiempo, mucha gente acudió a las puertas del palacio imperial de Tokio, donde tuvo lugar la ceremonia privada de despedida de Akihito.

La ceremonia de despedida de un miembro de la familia real japonesa está llena de rituales y simbolismos.

El primero de ellos ocurrió durante una ceremonia privada en el palacio Imperial de Tokio, donde Akihito informó de su abdicación a los ancestros mitológicos de la familia imperial de Japón.

Pero hay algunos elementos importantes que te ayudarán a entender mejor la relevancia de esta abdicación.

1. Un evento único

La ceremonia de despedida The Taiirei-Seiden-nogi o ceremonia principal de la abdicación de Su Majestad el Emperador tuvo lugar en la sala estatal de Matsu-no-Ma del palacio Imperial de Tokio.

Estaban presentes, unos 330 asistentes, además la emperatriz Michiko y el emperador Akihito, que concluyó la ceremonia con un discurso e el que agradeció al pueblo japonés su apoyo durante sus 30 años de reinado y deseó "paz y prosperidad" para el país.

Pese a las ceremonias de despedida de este martes, Akihito seguirá siendo emperador hasta la medianoche. El miércoles por la mañana el príncipe heredero Naruhito heredará los tesoros imperiales en su primer acto como emperador.

2. Las razones para abdicar

Akihito será el primer monarca japonés en renunciar voluntariamente al trono desde 1817.

En un excepcional discurso que pronunció en 2016, dijo que temía que su edad le dificultara el desempeño de sus deberes e insinuó que quería retirarse.

"Cuando considero que mi nivel de condición física está disminuyendo de manera gradual, me preocupa que me resulte difícil cumplir con mis deberes como símbolo del Estado", fueron sus palabras..

Los sondeos de opinión mostraron que la gran mayoría de Japón simpatizaba con el deseo del emperador de retirarse y, un año después, el parlamento promulgó una ley que hizo posible su abdicación.

3. Quién heredará el trono

El príncipe Naruhito se convertirá en el 126 emperador de Japón, y llevará oficialmente al país a la nueva era Reiwa, marcando el final de Heisei, la era que comenzó cuando Akihito ascendió al trono en 1989.

Naruhito, de 59 años, fue a la universidad en Oxford (Inglaterra) y se convirtió en príncipe heredero cuando tenía 28 años.

Naruhito durante un acto en 2018

Getty Images

El príncipe heredero, Naruhito, tiene 59 años y fue educado en Oxford (Inglaterra).

En 1986, según información de agencias, conoció a su esposa, la princesa heredera Masako Owada, en una fiesta de té. Se casaron en 1993.

La única hija de la pareja, la princesa Aiko, nació en 2001. Sin embargo, la ley actual de Japón impide a las mujeres subir al trono, por lo que no será la heredera de su padre.

Su tío, el príncipe Fumihito, es el primero en la línea sucesoria, seguido por su primo, el príncipe Hisahito, de 12 años.

4. Un festejo excepcional

Las habituales vacaciones de primavera de Japón, llamadas "semana dorada", se han extendido a un periodo excepcional de 10 días este año para conmemorar la ascensión del nuevo emperador.

La abdicación se ve como un asunto casi festivo, en contraste con lo que sucedió cuando Akihito sucedió a su padre hace 30 años. En esa ocasión el país estaba de luto por la muerte del emperador Hirohito.

Esta vez, la gente se ha ido de vacaciones, al cine o simplemente se ha quedado en casa para ver la ceremonias de abdicación que fue retransmitida en vivo.

Muchos dijeron que extrañarían al emperador que se marcha, que ahora tendrá el título "Joko", que significa "gran emperador".

Hombres japoneses marchan con la bandera nacional cerca del palacio imperial.

Getty Images

Pese a que la monarquía apenas tiene poder en Japón, es un símbolo de la unidad del país.

"Creo que la gente ama al emperador", dijo Morio Miyamoto a la agencia de noticias Reuters. "Su imagen es la de una persona que alenta y está cerca de la gente, como hizo tras los desastres de 2011".

"El emperador trabajó muy duro durante 30 años, así que espero que la entrega del bastón al nuevo emperador se realice sin problemas", declaró Mikiko Fujii a la misma agencia.

"Estoy triste, pero también estoy esperanzada con la próxima era. Espero que sea un período pacífico y tranquilo para la segunda mitad de mi vida", dijo Masatoshi Kujirai en su camino hacia un santuario sintoísta para marcar el día.

5. Un papel de representación y unidad

La japonesa es la monarquía hereditaria más antigua del mundo. Las leyendas se remontan a alrededor del 600 antes de Cristo.

De hecho, los emperadores japoneses solían ser vistos como dioses, pero el emperador anterior del país, Hirohito, el padre de Akihito, renunció públicamente a su divinidad al final de la Segunda Guerra Mundial, como parte de la rendición de Japón.

Fue el emperador Akihito quien ayudó a reparar el daño a la reputación de Japón después de la guerra.

Los emperadores anteriores rara vez interactuaban con el público, pero Akihito redefinió el papel y ha llegado a ser conocido por su compasión.

En 1991, dos años después de que ascendiera al trono, Akihito y la emperatriz rompieron con las normas y se arrodillaron para hablar con las personas afectadas por una erupción volcánica en Nagasaki.

Sus interacciones con personas que padecen enfermedades crónicas como la lepra, que tradicionalmente han sido marginadas en Japón, también marcaron una ruptura con la actitud de otros emperadores en el pasado.

El emperador Akihito y la emperatriz Michiko con personas afectadas por el tsunami de 2011.
Reuters
El emperador Akihito y la emperatriz Michiko reuniéndose con las personas evacuadas tras el tsunami de Japón de 2011.

Además, Akihito asumió el papel de diplomático, se convirtió en un embajador no oficial de Japón y viajó frecuentemente a otros países, una labor con la que se espera que continúe Naruhito.

Y aunque esta sea la primera abdicación en 200 años de historia, realmente no es algo tan extraño. Según la emisora estatal de Japón, la NHK, aproximadamente la mitad de los emperadores o emperatrices del país han hecho lo mismo, y sucedió con frecuencia desde el siglo VIII hasta el siglo XIX.


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