Investigadores tardaron seis décadas en saber cómo era un raro ictiosaurio cuyos restos fueron encontrados en Inglaterra. Gracias a un estudio computarizado de sus restos, los científicos revelaron su apariencia a través de una imagen digital.

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8 de enero de 2019, 14:18 PM
8 de enero de 2019, 14:18 PM

Hace unos 200 millones de años, en lo que hoy es Warwickshire (centro de Inglaterra), un reptil con forma de delfín murió y sus restos se hundieron en el fondo del mar.

El lugar donde terminó la criatura protegió su cráneo y conservó asombrosos detalles de su estructura, algo que permitió a los científicos hacer una reconstrucción digital de su aspecto.

El fósil, presentado en la revista PeerJ, ofrece una visión única de la vida de un ictiosaurio.

Se sabe que la temible criatura, que vivió hace más de100 millones de años y era similar a un delfín de la actualidad, se alimentaba de peces, calamares y probablemente otros animales marinos de su tipo.

Sus huesos fueron encontrados en los terrenos de un granjero hace más de 60 años.

Sorprendentemente, el cráneo tiene un nivel de conservación único y contiene huesos que rara vez han sido encontrados.

"Ha tomado más de medio siglo estudiar y describir a este ictiosaurio, pero valió la pena la espera", dijo el paleontólogo Dean Lomax, de la Universidad de Manchester.

¿Cómo se veía?

Gracias a los datos recopilados de las tomografías computarizadas, los investigadores Nigel Larkin y Laura Porro pudieron reconstruir digitalmente todo el cráneo.

"La tomografía computarizada nos permite mirar dentro de los fósiles. En este caso, pudimos ver largos canales dentro de los huesos del cráneo que originalmente contenían vasos sanguíneos y nervios", dijo Porro.

El ictiosauro fue identificado en un principio como una especie común, pero después de estudios detallados, los científicos lo identificaron como u nictiosaurio raro llamado Protoichthyosaurus prostaxalis.

En el pasado se han realizado estudios de grandes cráneos de reptiles marinos para reconstruirlos, pero nunca estuvieron completos.

"Pudimos editar digitalmente el cráneo original, es decir, mover los huesos y manipularlos para que estuvieran en la posición que tenían cuando el animal vivía", destacó Dean Lomax.


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