Cada día más adolescentes son persuadidos a través de las redes sociales para entregar sus cuentas bancarias a cambio de un pago. Es una de las nuevas estrategias que usan las redes criminales para lavar dinero. Este es el testimonio de una niña que cayó en la trampa.

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9 de mayo de 2018, 16:35 PM
9 de mayo de 2018, 16:35 PM
¿Has tenido en tus manos US$2.700? Ese fue el truco utilizado para convencer a Holly de que se convirtiera en una "mula bancaria".

A los 17 años y todavía en el colegio, Holly (no es su nombre real), estaba navegando en las redes sociales, cuando empezaron a contactarla. Primero por Instagram y luego por Snapchat.

Una chica le prometía pagarle una buena suma de dinero, si la dejaba usar su cuenta bancaria para "ahorrar dinero".

Aunque ella se dio cuenta que era una oferta sospechosa, eventualmente le entregó su tarjeta bancaria a un extraño que trabajaba con la mujer.

"Me mostró cómo otras personas habían ganado mucho dinero trabajando con él. Me fastidiaba con que le pasara mi tarjeta y se la terminé entregando".

Escuela secundaria
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Los
jóvenes reclutados a través de las redes sociales suelen tener menos de 21 años.

El trato era aparentemente simple. Holly tenía que recibir dinero en su cuenta y luego transferirlo a otra o sacar el dinero en efectivo y pasárselo a una persona en la mano.

A cambio, recibiría una parte de ese dinero.

Pero al convertirse en una "mula bancaria" lo que realmente hacía era lavar dinero de organizaciones criminales.

Es un delito grave en el Reino Unido y si te atrapan, puedes recibir una sentencia de hasta 14 años de cárcel.

"Es difícil postular a un trabajo"

Holly no es el único caso. Según el Servicio de Prevención del Fraude del Reino Unido (Cifas), en 2017 los bancos británicos identificaron 8.500 "cuentas bancarias mulas" pertenecientes a jóvenes menores a los 21 años.

Algunas de ellas de adolescentes de apenas 14 años.

Se trata de una tendencia creciente que solo en el año 2016 aumentó 36%.

Mujer de espalda.
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Este
tipo de fraude ha crecido rápidamente en el Reino Unido.

En el caso de Holly, el negocio no funcionó. El banco comenzó a sospechar y al final terminó perdiendo su cuenta.

Luego, cuando intentó sacar una en otro banco, no la aceptaron.

"Ahí me di cuenta que podría estar en una lista negra. Uno de ellos me dijo que había una etiqueta o mensaje en mi historial".

Esa marca, o bloqueo en el sistema bancario, la acompañará por seis años.

"Es difícil postular a un trabajo porque algunos empleos te piden tener una cuenta. Ni si quiera puedo comprar por internet", dice Holly.

Básicamente es un castigo que se le aplica a los adolescentes que cometen el error de convertirse en mulas bancarias. Pero, ¿pueden ir a prisión?

Los criminales que lavan dinero

La policía comenzó a investigar la situación el año pasado, con el objetivo de identificar a los criminales que están detrás del lavado de dinero, los llamados "chicos fraude".

El detective jefe de Unidad de Fraude y Crimen Online de la Policía Metropolitana, Gary Miles, dice que el problema está creciendo a un ritmo alarmante.

Silueta de un joven.
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La
policía buscar identificar a los criminales, más que detener a los adolescentes utilizados como mulas.

Su equipo ha enviado cartas y policías a los colegios para advertir sobre este peligro.

"No queremos que toda una generación sea condenada cuando recién está comenzando su vida y cometieron un error. Lo que queremos hacer es entregarles la información y las habilidades para que no tomen esas decisiones".

Una gigantesca cadena criminal

En el Reino Unido el concepto de "mula bancaria" se aplica principalmente a los adolescentes.

Pero en otros países, es utilizado para identificar a todas aquellas personas (o incluso empresas) que lavan dinero del crimen organizado en sus cuentas bancarias.

Por eso es difícil tener una estimación global del alcance de este fenómeno, aunque algunos expertos han advertido que desde hace años Europa es uno de los puntos críticos para el lavado bancario.

La Oficina Europea de Policía (Europol) llevó a cabo una operación a fines del año pasado que -en menos de una semana- le permitió descubrir US$36 millones en transacciones ilícitas y arrestar a 159 personas en su calidad de mulas.

Este tipo de acciones coordinadas, donde participan los bancos, no son muy frecuentes, y aunque no dan señales sobre la magnitud del problema, quizás funcionan como advertencia.

Según Europol, las mulas bancarias suelen ser personas que están en condiciones vulnerables, como por ejemplo, recién llegados a un país, desempleados o con una emergencia financiera.

Mientras que en países como Estados Unidos, las mulas bancarias están asociadas, por lo general, a quienes tienen una participación más activa en el negocio.

Siendo las mulas una pequeña parte de una gigantesca cadena criminal, se estima que el lavado global de dinero puede llegar a cerca de US$2 billones cada año, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

Mientras que según la consultora Global Financial Integrity, con sede en Washington, los flujos financieros ilícitos desde los países en desarrollo y las economías emergentes hacia el mundo desarrollado, se acerca al US$1 billón anual.

En el caso de América Latina, los países con más riesgo de exposición al lavado de dinero son Paraguay, Bolivia, Panamá, Argentina y Nicaragua, según el Instituto de Gobernanza de Basilea, una entidad no gubernamental e independiente con sede en Suiza.


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