Opinión

El incómodo Evo Morales

28 de diciembre de 2019, 3:00 AM
28 de diciembre de 2019, 3:00 AM

El accionar político de Evo Morales no solo genera malestar en Bolivia, también está incomodando en dos países que lo acogieron: México y Argentina. Ambos brindaron asilo al ex mandatario y en los dos lugares el ex presidente vulneró el Tratado sobre Asilo y Refugio Político, mediante sus redes sociales, reuniones partidarias e incluso llamadas telefónicas a nuestro país.

Evo Morales abusó de su condición de asilado en México, donde dio entrevistas, conferencias de prensa y cargó a través de Twitter contra el Gobierno de Jeanine Áñez. Quizás su peor acción descubierta fue una llamada telefónica a un dirigente y presunto narcotraficante Faustino Yucra, a quien le daba instrucciones para bloquear una zona del departamento de Santa Cruz e impedir el ingreso de alimentos a las ciudades. En México hay un sector de intelectuales que cuestiona al presidente Andrés Manuel López Obrador por la protección brindada al ex presidente de Bolivia y a sus estrechos colaboradores que están asilados en la embajada de ese país en La Paz.

También genera incomodidad en Argentina, donde se le advirtió –desde su llegada- que debía acogerse a las normas del asilo y refugio político, referidas a no practicar actividades políticas ni influir en el orden social, recomendación que por cierto no acató jamás. Evo Morales ya tuvo una concentración partidaria en Buenos Aires, sigue haciendo declaraciones públicas de ataque al Gobierno de Bolivia, prepara otro acto político con el MAS y además participó por teléfono de un acto municipal en Tarija. Es decir, ha hecho lo que ha querido ante la mirada condescendiente de la Casa Rosada.

Estados Unidos, a través de sus representantes diplomáticos, ya expresó su protesta ante el Gobierno argentino. “Sobre el tema de Evo Morales, hacemos un llamado a la Argentina para que sea un buen vecino al apoyar la democracia boliviana y llamamos a la administración de Alberto Fernández a trabajar para garantizar que Morales no abuse de su estatus en Argentina”, expresó uno de los voceros de la diplomacia estadounidense. ¿Por qué le debe importar esto a Fernández? Porque su Gobierno necesita negociar su abultada deuda con el Fondo Monetario Internacional y en esto Estados Unidos puede ejercer una importante influencia.

El factor Evo Morales resulta ser nocivo para las relaciones diplomáticas de Bolivia, pues ahora también se ha denunciado la intervención de funcionarios de la embajada de España, legación que debe explicar por qué parte de su personal llegó a la Embajada de México con la intención de que ingrese gente encapuchada. Es una situación que está fuera de toda lógica y que demuestra falta de respeto a la soberanía nacional. ¿Quién la articula? ¿Cuáles son los verdaderos intereses detrás de esta conducta impropia?

Evo Morales se muestra como el indio discriminado por los “golpistas”. Es una pena que algunos países miembros de la comunidad internacional se queden con el discurso lastimero y sesgado y hagan la vista gorda sobre las irregularidades que desencadenaron un fraude grotesco en las elecciones del 20 de octubre y las acciones de violación a los derechos humanos orquestadas por el ex presidente de Bolivia, al ordenar cercos y llamar a movilizaciones para defender su poder. Ni qué decir de los hechos de corrupción que se van develando tras su salida del poder.

En todo caso, lo que Bolivia necesita es que estos países dejen de meterse en los asuntos de los bolivianos. Aquí hubo una movilización masiva para terminar con un Gobierno fraudulento y una sucesión constitucional que debe respetarse. Nadie, con intereses ideológicos y geopolíticos, va a convencer a los pobladores de esta patria valiente de que hubo golpe de Estado, porque solo los bolivianos saben lo que ha significado sacar a un hombre que se creyó superpoderoso y que se aferró al poder aún a costa de vidas humanas.

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