En su informe, el Cebec dijo que el hueco fiscal del país cerrará el 2019 con un 9% del PIB, el más alto desde 2002. El crecimiento será de un 2%. La actividad empresarial aportó con $us 27.600 millones

27 de diciembre de 2019, 3:00 AM
27 de diciembre de 2019, 3:00 AM

A días de que se termine el 2019, Bolivia cerrará esta gestión con el déficit fiscal más alto en los últimos 17 años, el dígito de esta variable marcará un 9% del Producto Interno Bruto (PIB). El dato lo lanzó ayer el Centro Boliviano de Economía (Cebec), dependiente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco).

La última vez que Bolivia registró una variable similar fue en 2002 cuando tuvo un desequilibrio fiscal del 8,8%. Analistas consultados, alertan que la proyección todavía es conservadora y sostienen que la cifra puede llegar a dos dígitos. Además, el Cebec, informó de un estancamiento del sector público y una expansión de la actividad privada. En este contexto, la institución señaló que la tasa de crecimiento será de un 2%.

El término déficit fiscal, en economía, refiere a cuando los gastos del Estado superan a los ingresos. Esta situación se da por sexta vez consecutiva en el país. En 2014 el hueco financiero del Estado llegó a un 3,4%; para 2019, esta cifra se elevará a un 9%; es decir, casi se triplicará.

Para Juan Pablo Mendieta, director del Cebec, el 2019 fue un año complicado no solo para Bolivia si no para el resto de la región, en especial para las principales economías del continente.

Sobre el déficit fiscal, Mendieta apuntó que obedece a una menor recaudación del Estado para mantener el nivel de gasto. De acuerdo con datos de la Fundación Jubileo la renta por los hidrocarburos cayó en 18%, pasando de Bs 12.045 millones a Bs 9.767 millones. La misma tendencia a la baja presentan las recaudaciones tributarias que disminuyeron un 3,5%.

El 9% del déficit, significa unos $us 3.753 millones, del total del PIB que llegará a $us 41.700 millones. “Esto (el déficit) necesita ser urgentemente corregido en aras de la estabilidad de la economía. No podemos estar tantos años en este desbalance”, dijo Mendieta.

Para achicar el gasto, desde el Cebec, indicaron que es necesario que el Gobierno de transición se ajuste los planes de inversión, priorizando los proyectos que generen un efecto multiplicador.

“La inversión pública debe ajustarse de manera tal que no genere conflicto ni desempleo. No podemos seguir gastando más de lo que tenemos”, dijo.

El informe también detalla un déficit comercial de un 5,1%. Hasta octubre, la balanza comercial; entre importaciones y exportaciones, según el Ministerio de Economía, llegó a los $us 748 millones.

Mendieta también alertó de una reducción de liquidez del sistema financiero producto de los conflictos sociales que vivió el país en la crisis generada por el fraude electoral del 20 de octubre.

Pero pese a ello, según el especialista, es uno de los sectores más sólidos. Recomienda ajustar el encaje legal y desregular las tasas activas fijadas en determinados productos financieros.

PIB público se estancó

El informe del Cebec refleja también un estancamiento en el PIB público desde 2014, cuando llegaba a $us 14.700 millones. Ya en 2019 lo generado por el Estado llegó a $us 14.100 millones.

Los principales ingresos del Estado boliviano provienen del sector de hidrocarburos y las recaudaciones impositivas.

Todo lo contrario, pasó en el sector privado que desde 2014 registra un ascenso importante en la composición del PIB. En ese año, el sector aportaba con $us 18.500 millones.

Pero esta cifra se disparó en un 49,19% en 2019, llegando a los $us 27.600 millones.

Para Fernando Hurtado, presidente de la Cainco, estos datos reflejan que, pese a una serie de restricciones impuestas por el anterior Gobierno, -el control de las exportaciones- la empresa privada sigue siendo el principal actor de la economía.

De acuerdo a datos hasta agosto del Ministerio de Economía y Finanzas, las principales actividades privadas que aportan a la economía son agrícola (7,1%), los servicios financieros (5,2%), la industria manufacturera (4,1%), el comercio (5,2%) y la construcción (3,5%).

“Es importante reactivar la industria, el comercio, y eso solo se puede lograr, a corto plazo, levantando medidas para facilitar la actividad en estos sectores y complicar al informal”, dijo Hurtado.

El informe del Cebec, prevé que para 2020 la tasa de crecimiento llegará al 2,5%, que puede ser remontado si se reactiva al sector productivo. La cifra discrepa con la proyección estimada por el Presupuesto General del Estado (PGE) que estima una tasa del 4,26% para el próximo año.

“El 2020 tenemos que hacer funcionar el motor más fino de la economía, el del sector privado, un motor que funcionaba a medias y que tiene la oportunidad de hacerlo en toda su capacidad para levantar la economía”, dijo.

Hurtado dijo que es necesario que el actual Gobierno siente las bases para lograr un acuerdo por la productividad, con los actores económicos, además de fortalecer la institucionalidad dentro del Estado y la estabilidad macroeconómica.

Cifras conservadoras

El economista, José Alberti, señaló que las cifras reflejadas por el Cebec y la Cainco, con relación al déficit fiscal, son conservadoras.

El especialista afirma que el hueco fiscal en estos momentos, supera los dos dígitos. “Equivale a más de $us 3.000 millones y eso nos permitirá crecer un 2%, dados los niveles de inversión pública y privada”, señaló.

Con relación a las proyecciones para 2020, el economista aseguró el primer semestre de la próxima gestión será difícil, debido al contexto político que vivirá el país a raíz de las elecciones generales.

“Vamos a tener un año duro, la economía estará estancada y paralizada, en especial el sector productivo, y ahí necesitamos la ayuda del Estado”, afirmó.

Al igual que Mendieta, Alberti, sostiene que desde el nivel central se tiene que priorizar la inversión en sectores que generen mayor impacto en lo social.

Considera necesario hacer varios ajustes en los gastos, pero ve difícil que el Gobierno transitorio pueda hacer recortes, tarea que deberá atender en calidad de urgencia la nueva administración que sea elegida en las elecciones, que aún no tienen fecha.

“Sabemos que hay supernumerarios en la función pública en los tres niveles del Estado, pero en el nivel central se ha incrementado. Yo creo que por ahí debe haber el ajuste fiscal, debemos ser muy austeros”, señaló.

Mientras que un informe de Fundación Jubileo señala que los gastos del Estado hasta 2018 llegaron a Bs 130.000 millones, cuando el anterior Gobierno asumió el poder los egresos del aparato estatal sumaban Bs 32.000 millones.

“Se debe hacer una política de austeridad. Hay ministerios que tienen en sus planillas gastos muy elevados. Hay que apretar el cinturón”, sostuvo.

El también economista, Germán Molina, sostuvo que el anterior Gobierno estableció una política que priorizó el gasto, fruto de los altos ingresos registrados por el incremento de los costos de las materias primas que se registraron entre 2006 y 2014.

Recordó que desde el nivel central se ejecutaron inversiones en proyectos estatales; como el ingenio San Buenaventura y proyectos para la industrialización del gas natural. Sin embargo, al terminar la bonanza, mucho de los compromisos asumidos por el anterior régimen se cubrieron con deuda interna y externa.

Hasta agosto de este año, los compromisos externos del país llegaban a $us 10.747 millones. Por otro lado, la deuda interna, hasta octubre de este año, según el Ministerio de Economía, llegó a los $us 5.950 millones.

Para el economista, la anterior administración manejó cifras que no eran confiables, y que tampoco reflejaban la realidad.

“Por ejemplo el Tesoro General de la Nación no está atendiendo los desembolsos de pagos de los proyectos de inversión. Ahora, recién estamos conociendo la realidad. No éramos la potencia que nos querían hacer creer”, dijo.

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