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El miedo del retorno del MAS al poder

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16 de diciembre de 2019, 3:00 AM
16 de diciembre de 2019, 3:00 AM

Eduardo Gutiérrez M.

ADMINISTRADOR DE EMPRESAS​

Para que el MAS no vuelva al poder, ¿qué debemos hacer? Antes que nada, definir exactamente qué queremos decir cuando decimos que NO queremos que el MAS vuelva al poder, solo estando claros del mal a vencer podremos tener un combate efectivo.

En ese sentido, primero debemos diferenciar del MAS como ideología y corriente política que se proclama de izquierda - en esto están en todo su derecho siempre y cuando se apeguen al Estado Constitucional de Derecho y al orden democrático - del MAS como gobierno totalitario, corrupto, que practicaba injusticias, gozaba de impunidad y que por último pretendió desconocer la voluntad soberana del pueblo, pues son dos cosas aparte. Imagino que es a esta segunda a lo que la gente se refiere o por lo menos a la que yo me voy a referir de aquí en adelante. Y es que en Bolivia quedó demostrado en las urnas y en las calles que no queremos dictadura, ni totalitarismo, ni autoritarismo, peor corrupción, vengan de donde vengan, ni de derecha ni de izquierda, ni de mestizos (blancos) ni de indígenas. Estamos cansados del robo a mano armada y de la impunidad que gozaron la mayoría de aquellos que se toparon con algo de poder.

Estoy convencido de que estos fueron los conceptos que nos movieron a salir a las calles y comenzar a recuperar nuestra democracia. Digo comenzar porque no basta con sacar al tirano, ahora toca restablecer los poderes y su independencia para establecer los pesos y contrapesos, y asumir las responsabilidades necesarias, cada uno desde su lugar correspondiente, de poner en marcha el sistema republicano al cual hemos acordado sujetarnos.

Identificado el enemigo: corrupción, impunidad, autoritarismo, totalitarismo, dictadura o todo lo que se opone al Estado Constitucional de Derecho, que se resumen en que todos somos iguales ante la ley, debemos ver qué hacer para no volver a caer en lo mismo. Yo sugiero que se comience a educar mejor y demandar más a la clase política. Exigir que los partidos se fortalezcan y modernicen, generen doctrina, verdadera militancia y propongan soluciones. De esta manera tendrán que hacer verdaderos pactos y no solamente los típicos acuerdos de poder que tanto daño le han hecho al país.

Hay algunos que creen que, para dejar atrás al MAS, hoy la “unidad” y un “frente único” sería el camino, y aunque sí estoy a favor de las alianzas, no comparto que se concentre el poder en una sola persona o grupo. Fue justamente eso lo que permitió que se cree un MAS. ¡El poder corrompe y el poder absoluto corrompe aún más! Los 2/3 en el Congreso es lo peor que le ha pasado a Bolivia y sería triste repetirlo sin darle al pueblo una verdadera posibilidad de elegir. Otro peligro es que a nombre de la unidad vengan los dedazos y los viejos políticos tradicionales se reciclen, negando así la verdadera posibilidad de cambio y renovación de cuadros que tanta falta hace. Aclaro que por viejos políticos tradicionales no me refiero a la edad ni a la antigüedad en función pública sino a aquellos que siempre han visto de la política un medio para servirse ilegalmente y no de servicio a su gente.

Por lo expuesto considero lo mejor apoyar una verdadera elección democrática con competencia. Que sea el libre mercado, la oferta y la demanda la que determine y no el monopolio. Varios partidos garantizan mayor y mejor representación social pues el pueblo tendrá la opción de elegir, y en la Asamblea Legislativa generará la fiscalización, debate y balance que necesitamos.

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