Opinión

Democracia intercultural y elecciones subnacionales

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9 de diciembre de 2019, 5:05 AM
9 de diciembre de 2019, 5:05 AM

Israel Quino - ABOGADO Y PERIODISTA

Con los 120 días dispuestos para celebrarse los comicios generales, se tiene que el periodo constitucional 2015-2020 será extendido tanto para el Ejecutivo como para el Legislativo más allá del 21 de enero de la siguiente gestión. Dada esta coyuntura no puede existir un vacío de poder en ambos órganos, y por ello la necesidad de su coexistencia en razón de: la naturaleza de equilibrio de poderes, estructura funcional del Estado y la atribución fiscalizadora de los actos de la administración pública. Este criterio tendrá lugar en el Órgano Legislativo mediante ley en consulta con el TCP (como supremo intérprete de la Constitución) a raíz de los tiempos emergentes de la sucesión presidencial; lo que implicará, a partir de un control de constitucionalidad, que el periodo 2015-2020 debe extenderse no solo hasta la transmisión del mando presidencial en cuanto al poder político nacional, sino hasta el desarrollo de los próximos comicios subnacionales.

De no fusionarse ambos procesos electorales, las elecciones subnacionales tendrán lugar cuando menos en 90 días posteriores a la asunción del nuevo binomio presidencial, tiempo en que: concejales, alcaldes, asambleístas departamentales y gobernadores continuarán en funciones en todo el país. Uno de los principales desafíos: la consolidación de la democracia intercultural.

Como democracia protagónica o revolución ciudadana es conocido este modelo en la corriente del neoconstitucionalismo latinoamericano. Este instituto en el derecho electoral boliviano se asienta a partir de tres pilares: interrelación, complementariedad y plurinacionalidad.

La democracia intercultural es el eje de transversalidad de las formas de democracia: representativa, participativa y comunitaria; por ello la interrelación entre éstas (en igualdad jerárquica) proyecta un modelo de articulación garantista del pluralismo político, diversidad sociocultural, diálogo y autogobierno entre otros.

Sobre la complementariedad se tiene que las tres formas de democracia superviven una respecto de la otra. Esta articulación recogerá por ejemplo desde lo liberal de la representación política, la consulta activa del pueblo participando en sus formas de decidir (cabildos) y derecho consuetudinario por así ejemplificar la comunitaria.

Finalmente decimos plurinacionalidad porque no es hasta los comicios de 2010 con la elección de representantes Indígena Originario Campesinos en asambleas legislativas: nacionales (5% en diputados por escaños de circunscripciones especiales) y departamentales (entre 5 y 15% según región y diversidad de naciones), que se tiene legitimada la garantía de participación activa en el poder de los IOC no solo en su representación sino con sus procedimientos propios de selección. El debate entonces está en construcción académica con el análisis de la “demodiversidad”, desafío transversal que tendrá lugar en la reconstrucción del poder subnacional en Bolivia.



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