La Virgen de Cotoca recibió con los brazos abiertos a sus fieles. Compartieron una misa en la plaza y la procesión por las calles del pueblo. Una multitud llena de fe

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9 de diciembre de 2019, 5:05 AM
9 de diciembre de 2019, 5:05 AM
Roberto Navia

Cuando el monseñor Sergio Gualberti terminó de dar el sermón de la misa, en Cotoca, dos hombres que estaban entre la multitud coincidieron en que justo lo que dijo el sacerdote era un sentimiento que muchos comparten.

Gualberti ofició la misa desde la tarima levantada afuera del templo, para que la gente se reúna en la plaza, tal como cada año forma parte del programa de la fiesta de la Virgen de Cotoca.

“Confiados en tu amor de madre amorosa, recurrimos nuevamente a tu protección, para que nos ayudes a recibir en nuestra vida, en nuestra casa, en nuestro hogar, en nuestra familia, al Señor... Que nos ayudes de verdad a tener un hogar unido, de paz, donde nos sintamos bien, con armonía entre todos. También que nos ayudes en el proceso de reconciliación y paz, el recuperar, descubrir, establecer una democracia participativa y estable en nuestro país”, dijo Gualberti, que también puso énfasis al decir que “el camino es todavía muy largo, estamos en los inicios. Ojalá no haya más enfrentamientos, más problemas entre nosotros. Por eso tenemos que pedírselo a la Virgen María. No caigamos en la tentación de caer en los errores del pasado. Lo que hemos vivido es porque hemos cometido errores. Evitemos esto. Ya no, basta de odio, de miramientos, de que yo soy colla, tu eres camba. Somos todos hijos de este pueblo de Dios. Todos hermanos entre nosotros”.

El efecto de las palabras del monseñor también fue notorio cuando tocó darse la paz. La multitud se fundió en abrazos y apretones de manos.

Después de las 11:00 empezó la procesión. La Mamita de Cotoca era llevada por las calles del pueblo, abrigada por una multitud emocionada que caminaba a su lado, y otras personas esperaban su paso a los costados, en las veredas.

En el patio del templo, en el lugar destinado a prender velas, muchas personas oraban y estaban concentradas. Habían llegado para darles las gracias por tantas cosas, y también para elevarles sus plegarias.

En las calles del centro los comerciantes buscaban las formas para atraer a los compradores. Los productores de artesanías aprovecharon para ofrecer una gama variada de productos, que iban desde macetas hasta adornos de jardinería.

La oferta gastronómica era abundante: algunos comensales pedían majadito, otros, picante de gallina, patasca o pacumuto.

Ayer en la mañana se veía caminar a muchas personas por los costados de la carretera, yendo desde Santa Cruz hasta Cotoca. Eran quienes no pudieron ir a la romería tradicional del 7 de diciembre, que esta vez cayó sábado.

Para el próximo sábado también está programada la peregrinación al santuario de la Virgen de Cotoca, mamita de los cruceños.