Precaución, país en reconstrucción

Una de las palabras que más se repite tanto en certámenes de belleza como en discursos políticos es la palabra Paz, sin embargo, algunas preguntas que necesitamos los bolivianos hacernos hoy en día es: ¿podemos entender qué significa la paz?, y, sobre todo, ¿cómo se la construye? Quizás nuestro corto entendimiento muchas veces nos llevó a pensar que la paz es la simple ausencia de conflictos. Probablemente nuestra falta de experiencia en materia de compasión nos hizo creer que solo se hace justicia a través de la venganza y la confrontación.

Comprendo e invito a comprender este tiempo que estamos afrontando, como un paréntesis para mirarnos el espejo y revisar nuestras más precarias e insípidas ideas - también actitudes - sobre la paz y la justicia. Como punto de partida, considero oportunas las palabras de San Francisco de Asís cuando dice: “La paz que proclaman con la boca, procuren tenerla primero en el corazón”.

Al buscar la paz, quizás nos encontremos con un proceso humano que va de adentro hacia afuera, como quien empieza por los cimientos antes de dar forma a la casa. ¿Quieres paz con los demás, con los que construyes la vida? Ten paz contigo mismo. Es preciso tener una relación sana con uno mismo, sin descalificarse ni menospreciarse, así, el efecto pacificador en tu entorno más cercano, será mayor.

Por último, construir paz implica moderar mis convicciones personales, es decir, renunciar a la idea de que todos deben tener las mismas convicciones que yo. Moderarlas, supone convertirse en alguien que tiene convicciones por las que vive, pero que respeta y convive armónicamente con las convicciones de los demás. Puesto que, es mejor primero tener paz, que tener razón.

Siempre es un buen momento para sentirse boliviano, pero no cabe duda que éste, es uno de los más oportunos e importantes de nuestra historia a la hora de reconstruir un país y crecer juntos.