La locomotora económica cruceña se ha puesto a la vanguardia y está asumiendo mayor poder político. El liderazgo del Comité pro Santa Cruz ha sido clave en esta lucha por la recuperación de la democracia y la renuncia de Evo Morales, tras más de 13 años de estar en el Gobierno

24 de noviembre de 2019, 3:00 AM
24 de noviembre de 2019, 3:00 AM

En medio de la crisis de Estado -luego del fraude electoral que desencadenó la renuncia del expresidente Evo Morales-, Santa Cruz no solo ratificó su condición de locomotora económica del país, sino que también impulsó el poder político a escala nacional, y pone en la palestra nuevos liderazgos que están tomando protagonismo en este difícil momento.

Los analistas coinciden en que la lucha por la democracia tomó fuerza desde Santa Cruz hacia el resto el país, mostrando unidad, y por eso se consiguieron resultados. 

El Comité pro Santa Cruz, a la cabeza del presidente Luis Fernando Camacho, embanderó la defensa del voto ciudadano y luego de 21 días de paro se consiguió no solo la renuncia de Evo Morales, que se encuentra asilado en México, sino que también se establezca un Gobierno constitucional de transición, bajo el mando de Jeanine Áñez. Cinco de los 20 ministerios están comandados por cruceños, aunque hay otros que han trabajado años en Santa Cruz y también son parte del gabinete.

La participación ciudadana de Santa Cruz y el resto del país fue clave en la defensa de la democracia y en el respeto del voto del 21 de febrero de 2016, cuando los bolivianos rechazaron una cuarta repostulación presidencial de Evo Morales. El fraude comprobado por una auditoría de la Organización de Estados Americanos dio la razón a la desconfianza en los miembros del Tribunal Supremo Electoral, a quienes de forma permanente se les pidió su renuncia.

El departamento cruceño también es el más poblado de Bolivia. De acuerdo con las proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en este momento tiene 3.297.483 habitantes.

En consolidación

El analista Carlos Hugo Molina destaca que indiscutiblemente la convocatoria a la defensa democrática ha tenido en Santa Cruz el punto más fuerte, la más creativa y efectiva. 

“Hubo una dinámica de relacionamiento social, de comunicación entre la gente, de presencia movilizada en ambiente de respeto y de firmeza cívica que se vio acompañada de los encuentros permanentes en el Cristo, de encuentros culturales producidos en las rotondas, de plazos que antes no se habían hecho efectivos de la manera tan rotunda como la iniciativa de llevar adelante un proyecto de renuncia, que concluyó finalmente con la salida de Evo Morales. Esto ha significado un momento muy alto, un pico en término de capacidad de movilización y liderazgo”.

De acuerdo con Molina, hay que analizar este tipo de coyuntura porque para que puedan ser permanentes, tienen que estar acompañadas no solo de eventos o de situaciones extremas, sino consistentes y permanentes. “Esto quiere decir representación política, organización, liderazgo consolidado que pueda tener respuesta a escala nacional, y eso está en construcción en este momento”, resalta el analista.

También considera que Santa Cruz está en un proceso de transición, y esto tiene que expresarse en la organización y articulación; además, de una presencia real en el ámbito nacional.

Cree que en la nueva convocatoria a elecciones se tendrá una posible modificación del escenario político, porque ya no estará Evo Morales ni Álvaro García Linera, y el MAS se verá obligado a buscar candidatos.

Y en el lado que antes era opositor, también va a tener que hacerse algunos estudios y propuestas, que permita responder a la coyuntura que existe en este momento en el país, que es la de mantener la unidad y la concertación.

De su lado, el ex líder cívico Carlos Dabdoub está convencido de que hoy, más que nunca, se demuestra el valor cívico que tiene el Comité pro Santa Cruz con todos los logros que alcanzó en sus años de vida, como el 11% de las regalías petroleras, la elección de los alcaldes, la elección de prefectos y gobernadores por voto popular e impuso la autonomía, entre otros. “Creo que los cruceños, en los últimos 50 años, de cierta forma, hemos marcado la agenda política del país”, dijo.

Para Dabdoub, en el Cabildo cruceño del 4 de octubre se levantaron las banderas de libertad, democracia y federalismo y, finalmente, se le reconocía a Santa Cruz el liderazgo de marcar una nueva agenda política para Bolivia.

El exconcejal Leonardo Roca, que fue designado por el Ministerio de Gobierno como coordinador general de la Secretaría de Coordinación del Consejo Nacional de Lucha Contra el Tráfico de Drogas (Conaltid), cree que el poder político cruceño tenía que llegar por una u otra forma. “La teoría dice que donde está la economía, está el poder y eso se está empezando a dar”, apuntó.

Roca considera que lo que está pasando “es una prueba de fuego para el liderazgo político cruceño; tenemos una tarea importante, de demostrar que Santa Cruz puede gobernar Bolivia”, sostiene.

El exconcejal resalta que el peso específico que ahora muestra Santa Cruz se lo ganó en esta lucha y eso se verá aún más reflejado en los próximos comicios. “La participación cruceña va a definir quién es el nuevo presidente de Bolivia”, concluye.

Liderazgo rebelde y bravucón

El constitucionalista José Luis Santistevan destaca que Santa Cruz siempre ha tenido influencia en el poder político nacional, porque una larga lista de cruceños han sido parte en diferentes momentos históricos.

Algunos de los últimos hechos que, en su criterio, marcaron un antes y un después fue el cabildo del 4 de octubre - donde se congregaron 1,5 millones de ciudadanos-, porque puso al frente liderazgos jóvenes, rebeldes y bravucones. “Lo que está haciendo el Comité pro Santa Cruz es parir un nuevo liderazgo con Luis Fernando Camacho, junto a muchos otros hombres y mujeres”.

Asegura que la ‘musculatura económica’ se mantuvo en aumento, a diferencia del político que fue disminuido después de la lucha que se tuvo en 2005, cuando en ese momento se puso en agenda el tema de la autonomía y se produjo una lucha cívica-política donde también brotaron liderazgos, como la del expresidente cívico y actual gobernador cruceño, Rubén Costas.

Santistevan hace notar que no es la primera vez que hay cruceños en puestos decisivos. Como ejemplo citó la gestión de Gonzalo Sánchez de Lozada, cuando seis ministerios estaban conducidos por cruceños y se tomaron en cuenta varios elementos, como el modelo económico de la región.

El también constitucionalista resalta que en 1985 los cruceños renovaron la política con el poder económico en agenda; en 2005, con la autonomía; y en 2019, con la recuperación de la democracia planteando el federalismo y el fin de un gobierno abusivo en el ejercicio del poder, centralizador y destructor del sistema autonómico.

Sostiene que el Comité pro Santa Cruz ha tenido que incursionar en las decisiones políticas. “Santa Cruz siempre avanzó por actos de rebeldía, pero esperó casi 14 años, porque hubo un aguante que explotó con un proceso de fraude electoral (del 20 de octubre).”

Este cambio, al igual que los anteriores, es traumático más ahora que se ha logrado la salida de un presidente. Después de que se supere la crisis, anticipa que los bolivianos terminarán en una asamblea constituyente para discutir el federalismo.

“Hay un cambio revolucionario de liderazgos políticos, y ahora es más notorio, porque se está dando un cambio traumático por la concentración de poder que había”. Concluye que de aquí para adelante es imposible que un presidente gobierne sin Santa Cruz porque esta región se ha puesto a la vanguardia. “Este proceso es de gran avanzada cruceña a escala nacional”.

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