Opinión

cara a cara

15 de noviembre de 2019, 3:00 AM
15 de noviembre de 2019, 3:00 AM

14417.png La bancada oficialista quedó en offside en la crisis política que hemos vivido. Acostumbrados a legislar sin resistencia, gracias a su abrumadora mayoría, los parlamentarios masistas dejaron en evidencia que se movían en bloque siguiendo consignas partidarias. Difícil que de un rebaño hayan podido surgir líderes genuinos, con carácter y pensamiento propios.

Adriana Salvatierra pudo haber marcado la diferencia, dada su formación y juventud, pero optó por sumarse a la agitación callejera. Pudo haber utilizado la máxima palestra representativa para lidiar con el vacío de poder en un momento álgido, algo que además era su responsabilidad. 

Las circunstancias la encontraron perdida en la defensa estéril del caudillo caído, obviando que la democracia es más que una sola persona.

 

14420.png Ahora es cuando el país requiere que sus líderes actúen con la mayor grandeza y desprendimiento en aras de la pacificación. Hay que ceder, conciliar, escuchar, proponer, encontrar puntos de coincidencia en esta etapa de transición. 

Unas nuevas elecciones –transparentes y equitativas para todas las fuerzas políticas– debería ser suficiente aliciente para deponer las actitudes intransigentes. 

Ahora, más que nunca, necesitamos apegarnos a la Constitución y las leyes y alejarnos del revanchismo. 

De por sí, ya está en curso una necesaria renovación de liderazgo en las instituciones del Estado y ya vendrá el momento en que las autoridades salientes deberán rendir cuentas de sus gestiones.



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