Perú fue corredor aéreo para la llegada a Bolivia del avión mexicano, pero ya no aceptó que haga una parada técnica a la vuelta, solo permitió sobrevolar su territorio. Brasil fue puente

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13 de noviembre de 2019, 3:00 AM
13 de noviembre de 2019, 3:00 AM

Parecía que nada había cambiado. A la una de la tarde, cuando la puerta del avión que lo transportó a México abrió su puerta, Evo Morales asomó la cabeza y, con su mano derecha, saludó a la prensa que esperaba por él en el aeropuerto de la Ciudad de México. Lo recibió con muestras de cariño Marcelo Ebrard, canciller de su ahora país-refugio. 

Pero le bastó caminar pocos pasos para descubrir que sus zapatos estaban desatados. Entregó sus teléfonos a Álvaro García Linera, su vicepresidente y, en un acto mundano y normal, se agachó a amarrarse las trenzas; ya no había nadie para atárselas. Evo Morales pasaba a ser un refugiado político y dejaba de ser el presidente renunciante de Bolivia. 

“Mientras tenga la vida, seguiremos en política, mientras tenga vida sigue la lucha, y estamos seguros de que los pueblos del mundo tienen todo el derecho de liberarse”, dijo luego ante los micrófonos.

Por unas horas, Morales se convirtió en una especie de Odiseo moderno y los cielos de América se cerraron al ‘rescate’ que el Gobierno mexicano pretendía practicar sobre la humanidad del expresidente, refugiado en Chapare. Fueron horas de negociaciones entre países, que concluyeron en una travesía en la que la ayuda vino de los países menos pensados: Paraguay y Brasil. Morales confiaba en Martín Vizcarra. Creía que el mandatario peruano sería su aliado por ser andino, pero al final terminó complicando su huida hacia la CDMX.

“Las dificultades para sacar a Morales de Bolivia obligó a realizar negociaciones con Paraguay, Brasil, Perú y Ecuador, para utilizar el espacio aéreo”, resumió Ebrard ayer, pero lo que hubo detrás fueron horas de negociaciones en las que participaron varios presidentes.

 Las últimas horas

Quienes tuvieron acceso al entorno de Morales tras su viaje de La Paz a Chapare aseguran que el ex binomio presidencial aún tenía la esperanza de ser rescatado por una acción popular, por un levantamiento. Esto nunca llegó o no tuvo la fuerza necesaria para contraponerse a la protesta callejera. 

Morales aún creía que podía negociar una salida con nuevas elecciones. Aseguran que incluso estaba dispuesto a ceder y no ser candidato, pero cometió dos errores finales: no anunciarlo y realizar una convocatoria sobre la base de unas elecciones deslegitimadas (solo a los que habían obtenido representación parlamentaria el 20 de octubre). 

En su entorno no querían reconocer a Luis Fernando Camacho como negociador válido: lo consideraban un golpista. Así, hubo renuncias del entorno más joven de Morales para hacerlo entender que todo había terminado.

Mientras tanto, afuera del país, Manuel López Obrador, presidente de México, y Alberto Fernández, presidente electo de Argentina, comenzaron a tramitar una vía de escape al exilio para Evo. 

Según Clarín, Fernández convenció a Mario Abdo Benítez, presidente de Paraguay, e hizo gestiones con diversos mandatarios de América y Europa para garantizar la seguridad de Morales. Pronto hubo un plan, ruta marítima, escala en Lima.

“La ruta que teníamos pensada para regresar era la misma, por Lima, después, salir a aguas internacionales y desde ahí hasta México.

Pero ya casi por salir (de Chimoré), hora de México 7:30 de la noche, el Gobierno del Perú, vía su canciller, me comunicó que, por valoraciones políticas, se suspendía ese permiso para bajar en Lima a recargar combustible y retornar a México”, contó Ebrard en conferencia de prensa.

Los cielos se habían cerrado para Morales. Mientras lloraba y se despedía de los chapareños, el hombre que más días gobernó Bolivia y que se fue acusado de querer “robarse las elecciones en Bolivia”, no tenía por dónde salir.

Gustavo Meza-Cuadra, canciller de Perú, contó a RPP que, tras salir de Lima, el avión mexicano tuvo que volver al aeropuerto Jorge Chávez de Lima porque Bolivia no daba el permiso para que ingrese.

Tuvo que regresar para recoger a Morales de Chapare. Cuando intentó volver por otra ruta, Meza-Cuadra le sugirió a Ebrard que busque otra ruta. “En ese momento, dada la hora, y que no era el plan inicial, se le preguntó si se podría tomar en cuenta otra posibilidad”, contó Meza-Cuadra. Esa posibilidad fue Asunción de Paraguay.

La comitiva estuvo dos horas cargando combustible y estableciendo un nuevo plan de vuelo. No podía volver a pasar por Bolivia ni aterrizar en Perú, debía volver a México sin escala. 

Así, según el canciller peruano, Brasil dio autorización para sobrevolar su territorio, bordeando el territorio boliviano y Perú, a las 2:00 de ayer, autorizó que Evo cruce el norte de Perú, vuelva al mar y enrumbe hacia el exilio de México. No estará solo. Con él viajaron García Linera y Gabriela Montaño.

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