Con capuchas y uniformes de la verde olivo salieron a las calles. Tomaron una estación donde se guardan armas. En San Julián quemaron la casa de un exsenador

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13 de noviembre de 2019, 3:00 AM
13 de noviembre de 2019, 3:00 AM

L. Mendieta / Corresponsales

Un grupo de vándalos, con la cara cubierta con trapos o capuchas y con uniformes policiales, rondaron ayer las calles de Yapacaní. Circularon también en vehículos oficiales de la institución verde olivo ante el asombro y miedo de los vivientes del municipio.

En la zona no hay resguardo policial, pues los disturbios del domingo obligaron a los uniformados a retirarse, luego de que se tomara la estación policial.

La situación en Yapacaní es aún más compleja porque en la infraestructura ocupada había armas y escopetas de la institución verde olivo.

El comandante provincial de Ichilo, Marcelo Pacheco, explicó que, luego que fueron obligados a replegarse, no pudieron retornar ni para verificar dónde están las armas, pues aún no hay garantías. Los efectivos establecieron una sede temporal en la zona de Santa Fe, distante cuatro kilómetros de la zona urbana de Yapacaní.

“Nos reportaron que hay un grupo que está causando miedo, temor y zozobra en la población, pues se quedaron con nuestros equipos”, lamentó.

Pacheco detalló que el grupo de vándalos ilegalmente están ocupando tres vehículos de la institución y para su movilización roban combustible de las personas que compran en bidones.

El grupo que tomó los vehículos policiales afirmaba a gritos a la población que estaban brindando seguridad ante la ausencia de la Policía.

Aún no hay fecha para que retornen los agentes a Yapacaní. Además de la estación policial en el lugar funcionaban oficinas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) y de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), que igual fueron tomadas.

En este municipio, que era uno de los bastiones del Movimiento Al Socialismo (MAS), debido al caos, esta semana las oficinas dependientes de la Alcaldía no abrieron y según los reportes locales, la atención en el mercado fue irregular, por miedo a que se puedan dar saqueos.

Mientras, un grupo afín al MAS bloquea el puente de Yapacaní en rechazo a la movilización cívica.

Como resultado de las confrontaciones aún no hay arrestados, pero se sabe que la Policía ya ha identificado a todos los que participaron en los desmanes durante esta semana.

Hasta ayer dos contingentes militares llegaron para reforzar las tareas de contención en coordinación con la Policía. Aunque hasta el cierre de esta edición aún se analizaba cuándo las dos instituciones retomarán el control de la zona urbana.

Heridos de bala

Por dos días continuos los disturbios no cesaron en esta zona del departamento. Mientras el domingo en la noche se concentraron en el área urbana de Yapacaní, el lunes se desplazaron hasta Santa Fe (San Carlos), donde se registraron nueve heridos que fueron llevados a hospitales.

El alcalde de Buena Vista, Bladimir Chávez, detalló que por el último enfrentamiento se atendió a personas heridas de bala en los pómulos, brazos y piernas, un par aún esperaba cirugía para la extracción del proyectil, pero aseguró que “todos están fuera de peligro”.

A este grupo se suma la más de una decena de heridos, dos por arma de fuego, del domingo, es decir, en total en estos días de disturbios los servicios de salud atendieron a 16 personas.

Incertidumbre en San Carlos

El alcalde de San Carlos, Marco Antonio Áñez, denunció que más de un centenar de personas buscan generar incertidumbre y zozobra no solo en Santa Fe sino también en la urbe de San Carlos, distante a menos de un kilómetro.

“La población de Santa Fe es pacífica, siempre estuvo en convivencia tranquila. No creo que la gente de Yapacaní siga creyendo mentiras sobre este pueblo, con todo esto solo buscan generar confrontación entre dos municipios”, enfatizó.

Queman casa de exsenador

El exsenador por el MAS Félix Martínez denunció que la noche del lunes su vivienda y sus dos vehículos fueron quemados en San Julián por un grupo de más de 120 personas afines al MAS.

Contó que llegaron gritando y lanzando piedras y palos, por lo que tuvo que poner a buen recaudo a su familia y retirarse del lugar.

“Lo que querían era sorprenderme y agarrarme a mí, supuestamente me iban a ejecutar. Yo apagué las luces de mi casa para despistarlos y me retiré al monte esperando hasta que se vayan. Quemaron todo”, denunció.

Ayer el exsenador por el MAS denunció el hecho en la Felcc de la capital cruceña. Afirmó que presentó filmaciones como prueba para las investigaciones.

Resguardo en San Julián

El comandante de San Julián, Marco Antonio Enríquez, explicó que no se pudo brindar resguardo a la casa de Martínez porque está distante de la zona urbana de San Julián.

Aunque aseguró que el resto de las actividades en el municipio se desarrollan con relativa calma y con resguardo de poco más de una docena de efectivos.

Al igual que Yapacaní, el municipio de San Julián era considerado un bastión del MAS.

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