El titular del Comité fue frontal con los líderes de la Cainco y de la Federación de Empresarios Privados, a quienes les dijo que no sigan negociando al pueblo. El bloqueo se mantiene

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11 de noviembre de 2019, 7:44 AM
11 de noviembre de 2019, 7:44 AM



El Cristo Redentor, una vez más, fue el escenario elegido para convertirse en el símbolo de la unidad del país. Una multitud de cruceños, aglomerados en las cuatro vías que convergen al lugar, pidieron paz, festejaron la renuncia de los dignatarios de Estado (Evo Morales y Álvaro García Linera) y a pocas horas de iniciar el día 20 del paro nacional en defensa de la democracia, vitorearon el pedido del presidente cívico Luis Fernando Camacho, que pidió dos días más de ‘aguante’ hasta consolidar el movimiento nacional.

Camacho apareció ante la multitud de forma virtual. Un mensaje grabado fue atentamente seguido por la gente, que desde diferentes puntos de la ciudad llegó hasta el Cristo Redentor.

El líder cívico explicó que se iniciarán procesos de responsabilidades a altas autoridades del Estado, como a Morales y García Linera, por las muertes que se dieron en el país.

“Vamos a iniciar procesos de responsabilidades al presidente Morales, al vicepresidente y a todos su ministros. A Romero, Quintana, a todos, porque todos ellos formaron parte de las muertes de nuestra gente. No es odio ni resentimiento, se llama justicia divina”, explicó Camacho en su mensaje.

El cívico expresó su desconfianza en la Asamblea Legislativa Plurinacional y pidió a los manifestantes seguir con las movilizaciones. “Yo sé que queremos suspender el paro, pero ahora necesitamos tener fecha definida del nuevo proceso y claramente un gobierno transitorio. Si lo levantamos ahora, el Congreso puede hacer algo”, expresó.

En su mensaje también hizo referencia a Luis Barbery, presidente de la Federación de Empresarios Privados, y a Fernando Hurtado, de Cainco. “Señor Barbery, no ofenda al sector empresarial, tenga la decencia y renuncie. Usted, como Fernando Hurtado, se opusieron hasta lo último (al paro); Barbery me dijo que era un soberbio, no me siento representado por ustedes. De todo corazón, escuchen a su pueblo, ya no queremos que nos sigan negociando”, sostuvo.

La idea de Camacho es quedarse en La Paz hasta que la renuncia de Morales, Linera y alguno de sus ministros sea aceptada por la Asamblea Legislativa, además quiere llegar a Santa Cruz con la fecha confirmada para nuevas elecciones nacionales.

Una hora antes del esperado discurso de Camacho, desde el atrio del Cristo Redentor, el monseñor Estanislau Dowlaszewicz, calificó en su homilía como un día histórico para el país el vivido este domingo y agradeció a todos, en especial a los jóvenes de toda Bolivia, por el sacrificio y la movilización en las calles.

“Hoy es la resurrección de una nueva Bolivia, es un día histórico para nuestra patria. Debemos seguir con la misma fortaleza y la perseverancia. Mantengamos la paz y estemos atentos a lo que aún puede venir, sin revanchas”, dijo Dowlaszewicz ante la multitud que llenó el histórico Cristo Redentor, punto de encuentro para la movilización.

El prelado en representación de la Iglesia cruceña, pidió mantener por encima de todo la dignidad humana y recordó que la verdad tiene que ser el bien mayor de todos, como una marca de la imagen de Dios en cada uno de los movilizados y no movilizados.

“Hay que actuar pensar y desear como ser humano para mantener la dignidad. Hay que defender la verdad incluso si esto cuesta mucho. La verdad a través de los hechos, la verdad pronunciada y defendida con palabras cuesta. El que traiciona la verdad se traiciona a si mismo”, subrayó Estanislau.

Finalmente el sacerdote dijo: “Sigamos el camino de la verdad, la justicia y la libertad. Gracias por recuperar la democracia. Gracias Santa Cruz por pacificar a nuestra nación y a nuestra ciudad. Gracias por el sacrificio a lo largo de los paros y los bloqueos. Gracias a los policías y a las fuerzas armadas, y gracias a los jóvenes de Santa Cruz y Bolivia. Gracias por su testimonio, fortaleza y valentía y por su entrega, porque ustedes luchaban por su presente y futuro”.

El monseñor cerró su homilía pidiendo ante un mar de banderas cruceñas y bolivianas, apoyo a la Virgen de Cotoca, patrona del oriente boliviano y para quien la población rezó un Ave María.

Festejo en las calles

A las 16:50 en las calles, avenidas y rotondas de la capital cruceña, las explosiones de cohetes, los aplausos y el grito de “si se pudo”, eran la señal más clara de que las ‘pititas’ y las lanitas resistieron, hasta ayer, 19 días del histórico paro cívico indefinido en todo el país y lograron su cometido porque, justo a esa hora, Morales renunciaba a su cargo de Presidente de Bolivia y minutos después lo hizo el vicepresidente Álvaro García Linera.

Ver y escuchar a través de un mensaje grabado a un Evo motivó que la gente en las calles salte, grite y entre risas y llanto, besen y hagan flamear la tricolor boliviana y a cantar a todo pulmón la tradicional cueca de Viva mi patria Bolivia.

No había puntos de bloqueos en el que no se escuchara estribillos como el de “si se pudo”, “viva Bolivia libre y democrática”, “quien se cansa, nadie se cansa. Quien se rinde, nadie se rinde” y “hermano policía, el pueblo esta contigo”.

Mientras eso sucedía en diferentes puntos de la ciudad de los anillos, en el corazón de la urbe, la plaza 24 de Septiembre, las campanas de la Basílica menor de San Lorenzo empezaron a repicar sin parar.

Poco a poco los ‘bloqueadores’ empezaron a dar más libertad a los conductores que salieron en sus vehículos y que a punta de bocinazos se sumaban al festejo.

La plaza poco a poco fue recibiendo a todo los que llegaban allí con la tricolor y la bandera cruceña en alto, mientras se apostaban frente a la Catedral para elevar una oración por la salud de más de 300 personas heridas y en memoria de los fallecidos en defensa de la democracia.

En el atrio de la Catedral estaban los integrantes del coro Santa Cecilia que interpretaban sin parar el Himno Nacional, la cueva Viva mi patria Bolivia y el taquirari Viva Santa Cruz.

Hasta ese lugar un grupo de indígenas de tierras bajas se sumó al festejo tras la caída de Morales, pero el momento más emotivo fue cuando un contingente de efectivos policiales llegó al corazón citadino y en medio de aplausos y abrazos de los ciudadanos, una vez frente al atrio religioso, se pusieron de rodillas y empezaron a rezar el Padre Nuestro.

No solo ese gesto conmovió hasta las lágrimas a muchos, también pasó lo propio con otros policías que aseguraron que cuidarán a la población.



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