Wisper, el ‘cochala’.. tiene 18 años, participa en Esports en varios países y compite por montos millonarios

10 de noviembre de 2019, 3:00 AM
10 de noviembre de 2019, 3:00 AM

Se encuentra gestionando su visa para viajar a China en estos días. Adrián Céspedes Dobles (18), más conocido por su alias Wisper, participará en el décimo número del torneo insignia de Mars Media, el MDL Chengdu Major, que tiene una bolsa de premios - o‘prize pool’ en la jerga de los videojuegos-, de $us 1 millón.

Este año, hace unos meses, ya estuvo en el país asiático, compitiendo en la novena edición de The International, torneo anual de eSports (deportes electrónicos), organizado por Valve Corporation, el desarrollador del juego Dota 2. 

The International fue el certamen que mayor premio repartió hasta ahora, $us 34 millones, superando los $us 30 millones que se entregaron en total en el mundial de Fortnite.

En la competencia, Adrián, o Wisper, formó parte del equipo peruano, Infamous Gaming, el único de Sudamérica, que quedó en octavo lugar, y se llevó $us 850 mil.

Pese a haber hecho historia al alcanzar el puesto ocho del mundo, los integrantes de Infamous Gaming no quedaron conformes con su participación y creen que pudieron hacer un mejor papel.

En entrevista con el medio peruano Publímetro, tras culminar The International, Adrián ‘Wisper’ Céspedes, el boliviano y único extranjero de Infamous Gaming, dijo que no quedó satisfecho.

“Esperaba quedar en un top cuatro, esperaba más. Con un poco más de experiencia se podría llegar a esos lugares“, mencionó y contó que para llegar a ser un jugador profesional de su nivel ha tenido que dejar algunas cosas, como la familia, ya que los entrenamientos demandan mucho tiempo.

Su trayecto

Desde los 14 años entró al mundo de las batallas digitales, de los héroes y villanos en pantalla, cuando un primo lo invitó a jugar en su casa.

El debut fue suficiente para convertirlo en ‘adicto’ a lo que en otros tiempos se estigmatizaba como ‘vicio’, y que ahora, practicado con disciplina y logros, se llama eSports.

No tenía computadora en casa, empezó a jugar en un ‘lan center’ o, en lenguaje común, café internet. Pasaba cinco horas diarias en ese lugar, con los ojos ‘clavados’ -literalmente- en la pantalla, y las manos aferradas al control. 

Así transcurrieron casi tres años, hasta que empezó a competir en nacionales y a ganarse un nombre en el universo de los videojuegos. Con los premios pudo comprar su primera computadora. Y fue por más. Cuando alcanzó el puesto seis en el ranking norteamericano, atrajo miradas internacionales.

Lo contactaron de Perú, uno de los países sudamericanos más emblemáticos en videojuegos, junto con Brasil, según los entendidos.

Aunque al principio en casa le decían que los juegos eran una pérdida de tiempo y plata, hoy Adrián cuenta con el total apoyo de su familia. Con su destreza para esta actividad, Adrián ha viajado por el mundo y ha ganado más dinero que muchos adultos en toda su vida.

Asegura que no se ha puesto a ver cuánto ganan las demás jugadores, pero reconoce que la comodidad que le dan el mundo de los videojuegos es muy grande y dice que le llama la atención cada vez que camina por el centro de la ciudad de Cochabamba, donde hay varios cafés internet, y jugadores de Dota 2, lo saludan, “es que cuando fuimos a China se hizo muy grande”, comenta.

Dice que empezó a ‘capitalizar el vicio’ cuando comenzó a cruzar fronteras gracias a sus habilidades en eSports. “Creo que fue desde que jugué con los peruanos y clasificamos a Suecia, quedamos en cuarto lugar en ese torneo, ganamos $us 25 mil, ese fue el primer premio de monto alto que recibí, dividido entre cinco personas más la organización. 

Al principio no me emocionaba mucho el dinero, en su momento me decía ‘si gano dinero es un bono’, simplemente me gustaba jugar. En esos tiempos había torneos en La Paz y en Santa Cruz, y como soy de Cochabamba me llevaban, y no me importaba si perdía o ganaba, porque me divertía, iba a jugar con mis amigos”, asegura.

Ha participado en competencias en Alemania, Serbia, Francia, China, Suecia, Alemania, China, Perú, Brasil, etc., por premios que van desde los $us 25 mil hasta los de seis ceros. Solo en The International, en China, el ganador del torneo, el equipo europeo OG, se llevó $us 15 millones.

Por el momento Adrián es ‘patrimonio’ de una organización internacional. “Hay contratos por cierto tiempo, como en el fútbol, compran tu pase, pero puedes irte a otro equipo, depende del jugador, si no se siente cómodo jugando con los integrantes de su grupo y busca algo mejor. Hay situaciones en las que se paga por el pase y otras en las que no, hay jugadores que ya no quieren estar en la organización en la que están y se van a otra, sin necesidad de que se les pague el pase”, explica Adrián.

Con una parte de lo ganado quiere cumplir un sueño, la casa propia de su familia, conformada por sus padres, su hermana mayor y un hermanito de tres años.



El ‘team’. Los cinco integrantes de Infamous Gaming

Alternativa, pero millonaria

Los mismos protagonistas del ámbito de los videojuegos suelen llamarle cultura alternativa, porque no es parte de los fenómenos de grandes masas, sin embargo, eso no le resta impacto económico. Mueve cifras millonarias, especialmente en otros países.

“Es una cultura alternativa porque no es reconocida todavía, en otros países esto de los videojuegos sí es mucho más grande, hay más apoyo. Valve Corporation va armando torneos como The International, que se hizo en China, y el monto siempre sube. El año pasado fue de $us 14 millones y este 2019 aumentó $us 3 o 4 millones”, dice Adrián.

En Bolivia, hay organizadores de eventos de este tipo y empresas, como las telefónicas, que auspician las competencias y los encuentros, aunque los montos de premios están alejados de los seis dígitos, como los de China, que recién hace un par de años incorporó a Sudamérica en sus categorías; o Fortnite, en Nueva York.

“Compito en torneos nacionales desde 2017. En Bolivia los montos de dinero que se ganan, dependiendo de que sea primer, segundo o tercer lugar, no eran premios muy grandes, al menos en ese tiempo que empecé, el monto completo creo que llegaba a Bs 28 mil y el primer lugar ganaba Bs 11 mil”, recuerda.

Para Wisper, el talento no es algo que falte en Bolivia, sino otras cosas. “Los jugadores tienen mucha habilidad individual, potencial, lo único que podría faltarles es perseverancia. El problema es que pierden una clasificatoria, se separan y buscan otros jugadores.

Es ideal quedarse juntos un buen tiempo, con una organización que los apoye y así lograrían bastante, un claro ejemplo son los de Santa Cruz, que se llaman Omega Gaming, tuvieron la suerte de encontrar quién los apoye y clasificaron a un torneo en China. Es muy diferente jugar todos juntos en un sitio, que online, en el juego necesitas tener confianza en tu equipo, caso contrario no puedes jugar”, opina.

Para Wisper, algunos chicos lo toman como un pasatiempo, cuando juegan y no hacen nada más, ni ganan algo con eso. 

“Si te gusta hacer algo siempre tienes que sacarle alguna ventaja, no es que lo vayas a hacer simplemente para perder tu tiempo, porque podrías estar haciendo mejores cosas. 

Hay chicos que pasan horas y no ganan nada, y sin embargo, en el Dota 2 hay ligas, mientras juegas más y eres bueno, mejoras tu nivel y subes de liga, y las empresas que contratan siempre buscan jugadores que estén en el último nivel o liga, en la mejor. No todos quieren ser buenos, hay quienes solo lo toman esto como pasatiempo”, dice.

Futuro

En primera instancia, Adrián es un eterno agradecido por nacer en esta época, “si hubiera nacido 10 años atrás, probablemente no habría tenido esta oportunidad ni hubiera logrado tanto”, argumenta, aludiendo a la existencia de los videojuegos, que se han convertido en su fuente de placer, de ingresos económicos, y de estrés. Dice que los niveles de ansiedad y nervios en las competencias son muy grandes.

Este año sale bachiller y aún no sabe qué carrera universitaria elegirá, cree que algo relacionado con computadoras, “quizás algo como Ingeniería de Sistemas”.

No tiene mucho apuro, “tengo 18 años y en Dota 2 la mayoría de jugadores han estado hasta los 30, hasta ahora no me está yendo tan mal, podría estar un tiempo más, seguir jugando y estar tranquilo, podría estudiar la carrera, pero no me sería muy necesario trabajar todos los días. Esto te da una estabilidad económica muy buena, te pone tranquilo”, opina.

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