El presidente dio un mensaje en la radio San Gabriel de El Alto. El cívico cruceño sorprendió incluso al resto de los cívicos y del Conade con su plazo de 48 horas. Mesa pide una nueva elección y dice que Evo tiene en sus manos la solución

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4 de noviembre de 2019, 6:18 AM
4 de noviembre de 2019, 6:18 AM

Los protagonistas del conflicto siguen moviendo sus fichas. Evo Morales dio ayer un mensaje en la radio San Gabriel de El Alto, de fuerte llegada a los aimaras, para pedir el respaldo de La Paz y El Alto para seguir en el poder.

 Mientras tanto, Carlos Mesa, candidato de Comunidad Ciudadana, agradeció los más de 2 millones de votos que recibió dos semanas antes, y pidió nuevas elecciones, con un nuevo Tribunal Supremo Electoral y la supervisión de la comunidad internacional, como forma de salir de la crisis.


 Hoy se acaba el plazo de 48 horas dado por Luis Fernando Camacho para la renuncia de Morales, un ultimátum del que no sabían nada el resto de los representantes cívicos que se reunieron con él el sábado.


Morales eligió una radio con mucha llegada rural en La Paz para dar su mensaje de domingo al país. Lo primero que dijo fue que el supuesto golpe de Estado que se estaba gestando no era contra él, sino contra el pueblo. Siguió jalando de la nacionalización -estaba en El Alto, una ciudad muy sensible con este tema desde 2003- para decir que los primeros patriotas son los que recuperaron los recursos naturales, no los privatizadores, que aseguró que son los que generan violencia para tratar de volver al poder.


Durante toda su permanencia en la radio, Morales mantuvo un tono muy calmado, con poco volumen y hablar lento, casi susurrante. Incluso cuando se refirió al plazo de 48 horas dado por Camacho. Dijo que tenía información de que instalarían grandes pantallas en el Cristo para tratar de sacarlos del poder porque tenía “mucha confianza en el pueblo boliviano” y en el proceso de cambio.


 Sobre los muertos de Montero, por el que hay media docena de detenidos, todos militantes del Movimiento Al Socialismo, Morales aseguró que, así como hubo muertos en la ciudad del norte integrado, también la oposición busca muertos entre militares y policías, todo para echarle la culpa a su Gobierno. “Entre compañeros, entre hermanos estamos golpeándonos”, lamentó.


 Fue ahí cuando se jugó su carta de permanencia en el poder: la auditoría de la Organización de Estados Americanos al proceso electoral. Pidió que se espere los resultados de esta, y que, si se demuestra que hubo fraude, convocará a segunda vuelta. Algo que rechazan los cívicos y políticos de todo el país.


Ahora la oposición no lo acepta. Primero fue segunda vuelta, después anulación de elecciones y ahora fuera Evo”, se quejó.


En ese mismo sentido, Carlos Romero, ministro de Gobierno, calificó el ultimátum como un golpe de Estado y buscar sangre. El canciller, Diego Pary, aseguró que el llamado de Camacho a los militares y el plazo de 48 horas era sedición. A eso, Camacho respondió que el único golpista es Morales, ya que no respetó el voto del pueblo el 21 de febrero.


Ahí salió Morales que se refugia en sus bases, en esa que creen que nunca lo van a abandonar, los movimientos sociales. Anunció que pidió una reunión con la Coordinadora Nacional del Cambio, su ‘confederación de confederaciones’, para analizar la situación y tomar medidas. Fue ahí que se encomendó a los escuchas.


“Hago un llamado al pueblo paceño y alteño porque son consecuentes con la democracia. El pueblo estaba confundido por el fraude, pero ahora, cuando se pide fuera Evo, ahora no es cuestión de fraude sino de golpe de Estado”, dijo.


Morales parece estar a la defensiva y da su brazo a torcer. Prueba de ello fue la abrogación del decreto supremo de la industrialización del litio en un proyecto conjunto con una empresa alemana.

Con esta medida, Morales no consiguió absolutamente nada. Marco Pumari, presidente cívico potosino, aseguró que la abrogación del decreto del litio será puesto a consideración del consejo de del Comité Potosinista, pero no cree que esto desmovilice a su región, ya que la protesta se ha vuelto nacional. Aseguró, además, que hay varios sectores sociales, como los cooperativistas mineros, que han comenzado a revisar su relación con el Gobierno.

Sorpresa de Camacho

 El ultimátum dado por Luis Fernando Camacho, presidente cívico cruceño, tomó por sorpresa incluso a los cívicos y representantes de plataformas que habían estado reunidos con él el sábado. Así lo aseguró Rolando Villena, exdefensor del pueblo y dirigente del Consejo Nacional de la Democracia (Conade), que ayer aseguró que el plazo de 48 horas fue una decisión tomada solo por Camacho.

Quitándole dramatismo al plazo, aseguró que es algo que se enmarca en el tiempo político, que no hay que asumirlo como algo jurídico, sino como acciones que tienden a generar molestias en los que detentan el poder, con la intención de debilitarlo. “Este régimen se especializó en debilitar las movilizaciones populares y quedaban en nada. El plazo tiene que ver con lo que hemos ido promoviendo, la desobediencia civil, que está reconocida por la Constitución Política del Estado”, explicó Villena.

Añadió que el proceso de desobediencia se iría dando en las diferentes regiones del país, midiendo los tiempos políticos y que el anuncio de Camacho no fue consultado con sus colegas de otras regiones, quizá porque la dirigencia fue llegando a cuenta gotas y que recién ayer pudieron organizar una plenaria y analizar “el supermiting” del sábado.

La tendencia del movimiento cívico nacional y el Conade, es concentrar las movilizaciones sociales en La Paz, con marchas de todo el país desde mañana que se acercarían hacia la sede de Gobierno, algo parecido a lo que pasó en 2003 y 2005 cuando se produjeron las renuncias de Gonzalo Sánchez de Lozada, primero, y de Carlos Mesa después.

Mesa pide nuevas elecciones

Comunidad Ciudadana se reunió ayer en La Paz, al margen de la Coordinadora por la Democracia y pidió nuevas elecciones, con nuevo Tribunal Supremo Electoral y nuevos tribunales departamentales. “Evo Morales tiene en sus manos la pacificación del país y la salida democrática a la crisis. Morales no tiene el valor para hacerlo y está provocando el pedido de su renuncia, llevando al país a una situación límite”, dijo Mesa.

Al cierre de esta edición, Morales estaba reunido con la Conalcam en la Casa Grande del Pueblo, mientras en el Cristo, la Iglesia católica celebraba una misa a la espera de que los cívicos anuncien nuevas medidas contra el Gobierno.

Hoy a las 19:00, Camacho ha citado a un cabildo a los pies del Cristo. El escenario está construido y allí ha prometido revelar qué hará para tratar de obligar a Morales a renunciar a su cargo y a un nuevo mandato hasta 2025.

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