Políticos y analistas dicen que es necesario pacificar el país. La Iglesia se pronunció

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1 de noviembre de 2019, 3:00 AM
1 de noviembre de 2019, 3:00 AM

La muerte de dos personas ocurridas el miércoles en Montero pueden marcar el inicio para instalar el diálogo, entre oficialistas y opositores, a fin de encontrar una salida al conflicto a través de la nego­ciación política, opinan polí­ticos y analistas.

El abogado y exdiputado Jer­jes Justiniano opinó que estos hechos violentos abren un es­pacio de reflexión.

“El único camino consiste en establecer una negociación política a la crisis sobre la base de la nuli­dad de las elecciones, porque están plagadas de vicios y hay desconfianza ciudadana.

Tie­ne que haber una entidad me­diadora que negocie un gran pacto entre el Gobierno y los comités cívicos, porque estos son los protagonistas”, dijo. Jerjes remarca que Evo Mo­rales manifiesta que hay una conspiración para un golpe, pero se está demostrando que es una reacción espontánea y eso es peligroso “porque no sa­bemos dónde va a terminar”. Justiniano dijo que hay que hacer los esfuerzos para que las muertes sean el último ac­to que permitan encontrar un camino de solución.

El exdiputado manifestó que con tan solo un anuncio de que se va a anular las elecciones “bastaría para suspender el paro, para restablecer la paz social en el país y continuar la negociación que tiene que derivar en algún camino de salida política en el país”. Por su lado, el analista po­lítico Alfonso Coca también cree que el Gobierno, a través del presidente Evo Morales, debe llegar a una reflexión y evitar más derramamiento de sangre.

“Hay una propuesta de los cívicos, de que se anulen las elecciones, que se cambie todo el Tribunal Supremo Electoral y se hagan unas elecciones trans­parentes; esa es la mejor solución para pacificar”, dijo Coca. De no buscar solución, puede desencadenarse más violencia, porque el pueblo ya no le inte­resa la auditoría, sino que pide pacificación y que el presidente muestre humildad anunciando nuevas elecciones.

La mirada crítica

El repudio a la violencia fue gene­ralizado. Los obispos de la Iglesia católica se solidarizaron con el dolor de las familias de las per­sonas que murieron en Montero y, al mismo tiempo, exigieron a las autoridades que se haga justicia. Por su lado, el Comité pro Santa Cruz condenó el ataque violento y exige una investigación trans­parente.

El líder cívico, Luis Fer­nando Camacho, expresó que, si el presidente Evo Morales quiere pacificar Bolivia, debe renunciar. Camacho pide la intervención de la Iglesia católica, de la ONU y de países vecinos para evitar más derramamiento de sangre.

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