La comunidad evangélica cree que desde la política se puede luchar por la vida y la familia. Este interés es visto como un riesgo en los avances en igualdad de género

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22 de abril de 2019, 0:00 AM
22 de abril de 2019, 0:00 AM

El trono del poder político no es ajeno para la fe, ese otro tipo de poder que también mueve multitudes y busca cambiar la vida de las personas. Ahora también hay hombres y mujeres de la comunidad evangélica que lo buscan, lo anhelan, sienten que deben llegar a él para que desde las leyes del hombre se pueda evitar que se ejecuten o implementen medidas que creen que van en contra de la sociedad, de las familias y para combatir la ideología de género que se debate con fuerza no solo en Bolivia, sino también en América Latina y el mundo.

La figura más visible que se ha subido al caballo de la política, es Humberto Peinado Méndez, pastor de una iglesia cristiana de Santa Cruz, que compaña como candidato a vicepresidente de Bolivia a Víctor Hugo Cárdenas, por Unidad Cívica Solidaridad (UCS). Ante ello, en Bolivia avanza el debate sobre el papel de la religión en la arena política y las preguntas se hacen más visibles: ¿Qué es lo que persiguen? ¿cuáles son sus fundamentos?, ¿qué es lo que temen?

Peinado habla sin darles vueltas al asunto. Dice, por ejemplo, que junto a Víctor Hugo Cárdenas representan a la línea liberal y conservadora, y que, de llegar al poder, asumirán la llamada ‘agenda valórica’ que implementaron en sus campañas los ahora presidentes Donald Trump en EEUU, Carlos Andrés Alvarado (Costa Rica), Iván Duque (Colombia), Jair Bolsonaro en Brasil y Sebastián Piñera en Chile.

La ‘agenda valórica’, detalla Peinado, trata sobre una forma de luchar contra la pérdida de valores de la sociedad, fortalecer el valor por la vida y la familia, y que se sitúa en el lado opuesto de la agenda de derechos referidos al respeto a la diversidad sexual, la identidad y la igualdad de género y los derechos reproductivos.

“Un grupo de pastores influyentes, el 22 de noviembre, hizo público su apoyo a mi candidatura. Nuestras dos banderas grandes son la defensa del referéndum del 21 de febrero de 2016 y de la vida y familia. La agenda valórica”, aseguró.

En Santa Cruz existe la Asociación de Iglesias Evangélicas, cuyo presidente es Víctor Palma, quien afirma que los evangélicos son atractivos para la política porque se dice, aunque sin la existencia de un censo, que representan un tercio de la población boliviana, cerca de cuatro millones de personas, y que solo en Santa Cruz hay por lo menos 3.000 iglesias evangélicas, con una cantidad de fieles que podría definir un resultado electoral.

Una encuesta de Captura Consulting, realizada en cuatro ciudades del eje, con un margen de confianza del 95% y un margen de error muestral del 3,3% señala que el 20% de los consultados se declara evangélico. En Santa Cruz, la cifra llega al 23%.

“La Iglesia evangélica ha visto que no se está trabajando por el bienestar de la sociedad, que hay una juventud confundida, donde prima solo el tema económico. Necesitamos tener un cambio y creo que eso ha sido la motivación de personas que como Humberto Peinado han asumido el reto de entrar en la política. Creo que la Iglesia evangélica está madurando y no es que nos vamos a meter en política, solo que hay gente profesional adentro, y a ellos hay que prepararlos para que manejen la cosa pública.

El 2016 dije que la Iglesia evangélica no va a votar por aquellos que no son pro vida, pro familia natural. Como líderes estamos preocupados en este sentido”, enfatizó la autoridad de los evangélicos en Santa Cruz.

El periodista Darwin Pinto, que pertenece a una Iglesia evangélica, sostiene que el cristianismo en general y los evangélicos en particular siempre han tenido un recelo público con respecto a la política, debido al aura de corrupción que se ha generado en torno a ésta, que el poder era cosa del mundo y no de ellos, pero que poco a poco esta “cosa del mundo” los empezó a tocar muy de cerca.

“El advenimiento de doctrinas como la Ideología de Género, que a través del Estado afectan principios relacionados a la defensa de la vida (es pro aborto) y a la familia (interviene sobre los hijos mediante la educación), hizo que a nivel continental este segmento poblacional importante salga de las iglesias y los templos, y junto a ateos y agnósticos con principios pro vida y familia, decidan elegir y ser elegidos haciendo uso pleno de sus derechos ciudadanos a través del voto.

Se puede decir entonces que la Ideología de Género movilizó a los cristianos del continente para enfrentarla en la arena política, porque cree que actúa desde el Estado, a través de las leyes. No había otro camino para hacerlo”, dijo Pinto, que considera que la lucha por el país que quieren para sus hijos ya no se hace solo desde las redes sociales o desde la agitación de calle. “Se hace desde los curules parlamentarios y desde los Palacios de Gobierno. ¿Qué son anti derechos? Basta decir que por fundamento están a favor de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, el principal y más importante de todos los derechos, porque de éste salen los demás”.

El pastor evangélico Juan Pablo Montoya, dijo que la comunidad cristiana no tiene ningún partido político, recordó que estaban levantando firmas, en su momento, cuando querían formar una agrupación, pero que no se consolidó.

“La iglesia, en general, es apolítica, pero sus miembros, como ciudadanos, tienen derecho a tener participación en la arena politica”, enfatizó.

Al otro lado de la vereda, para la líder de la organización Mujeres Creando, María Galindo, esta situación, que las iglesias evangélicas busquen espacios en la política, significa un retroceso de la política boliviana, que directamente atenta contra la población trans, gay, lesbiana, entre otros, y del divorcio, que en Bolivia fue conquistado hace 90 años.

Galindo enfatiza que es una cuestión peligrosa y conducente a un proceso conservador en Bolivia, donde la identidad religiosa de una persona no tiene nada que ver con la visión politica. La líder de Mujeres Creando está en contra de la aprobación dela Ley de Libertad Religiosa, recientemente promulgada en el país. A través de ella, sostiene, se garantizan privilegios para sectas cristianas que son un arma ideológica del imperio, muchas financiadas desde EEUU para predicar la sumisión de las mujeres, contra la cosmovisión de los pueblos indígenas, una fuerza conservadora que en este momento transita del ámbito religioso al estatal.

Galindo, informada como está, sostiene que se trata de una corriente que es similar a la ocurrida en Brasil y en otros países de la región, donde las sectas se dedican a penetrar diferentes estratos sociales y es ahí donde quieren captar a los partidos políticos.

Para Galindo, los supuestos logros que se consiguieron en la lucha por los derechos de igualdad de género, son retóricos. Por citar un ejemplo, lamentó que no se haya despenalizado el aborto.

“Los evangélicos están respondiendo a una instrucción permanente. He podido verificar cómo entrenan a jóvenes en Brasil para la prédica. Predican sobre sus objetivos: penetrar el Estado, contra las libertades de las mujeres, de los gays. Penetraron los medios de comunicación, hay radios de corte evangélico, a partir de la medianoche algunos canales de televisión les fletan espacios a las iglesias. De la penetración de los medios están pasando a la educación y al Estado. Se trata de un proyecto”, dijo Galindo.

Alex Bernabé, director de la Fundación Igualdad y miembro del movimiento Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgéneros (LGBT), cree necesario de separar el Estado de la religión.

“Históricamente, el Estado ha cometido la irresponsabilidad de no cumplir con toda su responsabilidad en salud y educación. Esas carencias las fueron cubriendo las iglesias. No fue ayuda gratuita, sino condicionada en apoyo, lealtad electoral y ahora quieren tomar el poder político partidario”.

Bernabé dijo que todo esto es muy peligroso porque corren riesgo los pocos avances y conquistas que se dieron en Bolivia a nivel de Estado en lo referentes a los derechos humanos, la diversidad sexual y de las mujeres.

“No solo se corre el riesgo de que estas iglesias vayan en contra, sino que se retrocedan estos logros. Me queda el optimismo de que cuando hay sectores conservadores que quieren retroceder, existen activistas dispuestos a movilizarse”, indicó Bernabé.

Para Bernabé, el interés por la comunidad evangélica no es exclusivo de la oposición, puesto que -considera- la ausencia de Estado en la solución de varios problemas hace que algunas iglesias tomen un rol protagónico en el oficialismo.

El analista Carlos Cordero, sostiene que la religión y las iglesias están fuertemente vinculadas con la política, el poder y que, en nuestra historia, en la de América Latina, las iglesias evangélicas se han organizado políticamente, han creado siglas o colocado candidatos en partidos políticos con a clara finalidad de acceder el poder.

“Hace tiempo tuvimos la participación de la sigla Arbol en una elección nacional. Las iglesias evangélicas tienen como objetivo ampliar su universo de fieles y acercarse al poder para presionarlo y obtener algún tipo de beneficios, como, por ejemplo, la Ley de Libertad Religiosa que estuvo apoyada por una parte de las iglesias evangélicas.

El presidente Evo Morales promulgó el jueves 11 de abril la Ley 1161 de Libertad Religiosa, Organizaciones Religiosas y Creencias Espirituales, que reconoce la actividad de esas instituciones en plena igualdad de derechos.

“Por Constitución, y ahora con esta ley, todas las iglesias tienen los mismos derechos, hay igualdad, no hay iglesias de primera y de segunda, no hay iglesias clandestinas como era antes. En cualquier iglesia podemos casarnos y bautizarnos, esa es la igualdad”, destacó Evo Morales.

El ministro de Relaciones Exteriores, Diego Pary, resaltó que la disposición garantiza la libertad de profesar y enseñar la fe, evitando la injerencia del Estado y respetando la independencia de dichas organizaciones.

Cordero detalla que cada vez que ingresan en la política, los evangélicos son una especie de guerreros defensores de valores éticos cristinanos, reivindican el respeto a la familia desde el momento de la concepción de la vida, el matrimonio heterosexual y son adversarios de la ideología de género.

Erwin Bazán, director de prensa de la Arquidiócesis de Santa Cruz, dijo de manera categórica: la Iglesia católica no está participando en política de forma partidaria. Después dio otros detalles. “La Iglesia católica no son solo los pastores y obispos, sino todo el pueblo de Dios, que incluye a los laicos y todos los fieles. Considera que estos últimos están llamados a hacer política partidaria. No así la iglesia con sus obispos.

“La Iglesia con sus pastores y obispos, hace política cuando busca la justicia y el bien común, que se respete la dignidad del ser humano. Es mentira que no se debe meter en política. Todo lo que hace el ser humano le interesa a la Iglesia. La política es el ámbito más especial para el ejercicio de la caridad”, enfatizó Bazán.

Para Cumplir

LA MADRE DE LAS NORMAS
La Constitución Política del Estado (CPE) aprobada en 2009, en su artículo 4, declara la separación entre la Iglesia y el Estado, por lo que Bolivia dejó de ser un Estado confesional para convertirse en uno laico.

LEY DE LIBERTAD RELIGIOSA
Esa norma, que tiene 14 artículos, dos disposiciones transitorias y una disposición final, tiene el objetivo de establecer un marco jurídico de derechos y deberes para el ejercicio de la libertad religiosa y creencias espirituales en Bolivia.

LA PARTE ECONÓMICA
Establece la obligación de informar a las autoridades competentes, respecto a las actividades administrativas, financieras, legales, sociales y religiosas o espirituales que realizan, además que en ningún caso sus ingresos y patrimonio podrán ser distribuidos directa o indirectamente entre los miembros o integrante.