Más de 700 personas, en su mayoría corredores aficionados, participaron este sábado en la sexta edición de este ascenso a la China World Summit Wing, un edificio de 330 metros en el que para llegar a la azotea hay que subir 82 pisos

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25 de agosto de 2018, 7:07 AM
25 de agosto de 2018, 7:07 AM

Una vez al año, el rascacielos más alto de Pekín (que está a punto de perder su corona) celebra la Carrera Vertical, una prueba en la que cientos de osados atletas luchan por ser el más rápido en subir sus dos millares de escalones.

Más de 700 personas, en su mayoría corredores aficionados, participaron este sábado en la sexta edición de este ascenso a la China World Summit Wing, un edificio de 330 metros en el que para llegar a la azotea hay que subir 82 pisos (2.041 escalones).

Los ganadores se llevan varios miles de yuanes (cientos de dólares), aunque el premio para muchos es una de las mejores vistas del distrito financiero de la capital, en el sureste de ésta.

Dos veteranos campeones en este tipo de carreras, los australianos Mark Bourne y Suzy Walsham, se coronaron campeones con tiempos de 10:09 y 11:58, respectivamente.

Les acompañaron en el podio el japonés Ryoji Watanabe (10:11) y el chino He Liangliang (19:49) en la modalidad masculina y las locales Chen Linming (13:02) y Jian Muhua (13:18) en la femenina.

Los profesionales compiten en el Circuito Mundial Vertical, que reparte 15.000 dólares en premios y cada año sube a pie algunos de los más altos rascacielos de ciudades como Nueva York, Seúl, París, Manila o Hong Kong.

Para muchos aficionados, en todo caso, la Carrera Vertical es una oportunidad única para ascender al techo de Pekín y llegar hasta la azotea de un rascacielos, pisando el helipuerto y llegando a un lugar prácticamente vetado a los turistas.

El ascenso es duro física y mentalmente, por el claustrofóbico ambiente del hueco de las escaleras, pero cada dos o tres pisos los voluntarios insuflan energía a los participantes con un "jia you" (el grito de ánimo en mandarín, que podría traducirse como "dale gasolina").

En esta carrera los descansillos de las escaleras hacen más honor a su nombre que nunca y sirven para dar tregua a las piernas, y cada 25 o 30 niveles hay un pequeño avituallamiento como si de una maratón se tratara.

Los organizadores aconsejan apoyarse en la barandilla para tener más seguridad al subir, pero la etiqueta dicta que los más lentos deben alejarse de ella para que los rápidos les adelanten por la derecha.

Voluntarios de la organización señalaron a Efe que están intentando que en próximas ediciones la competición pueda trasladarse al rascacielos China Zun, que con 528 metros y 108 pisos será el edificio más alto de la ciudad y el noveno del mundo.

El Zun, con su característico aspecto hiperboloide (mas ancho en su base y en su cima), aún no está terminada y por tanto no entra aún oficialmente en los ránkings, pero su silueta, también en el distrito financiero, ya se ha convertido en un símbolo de Pekín.

El Circuito Vertical Mundial continuará el 14 de octubre con el ascenso al Two Shanghai IFC, y en noviembre y diciembre terminará con carreras en Osaka (Japón), Londres y Hong Kong.