El informe se dio en Bogotá. Un 64% de los casos de esta enfermedad los causa el tabaco y un 36% la inhalación de humos y gases que contaminan el aire. Se requiere la detección temprana del mal y el acceso ágil al tratamiento de salud

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19 de septiembre de 2018, 4:00 AM
19 de septiembre de 2018, 4:00 AM

El cáncer de pulmón es la enfermedad neoplásica más mortal en América Latina. Ocasiona 60.000 muertes al año en la región, según refleja un informe dado a conocer el lunes en Bogotá (Colombia) con datos de doce países elaborados por la unidad de inteligencia de la revista británica The Economist y patrocinado por la firma Roche.

La investigación analizó datos de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay. Los hallazgos indicaron que esta enfermedad produce más de 60.000 muertes cada año en dichos países, con un costo anual superior a $us 1.600 millones.

El tabaco es el riesgo predominante, pero está lejos de ser el único. La Organización Mundial de la Salud estima que, en los países estudiados, el tabaco es la causa del cáncer de pulmón en el 64% de los casos y el 36% se debe a factores no relacionados con el tabaco, tales como contaminación del aire interior (uso de leña y otros combustibles para cocinar y calentar) y exterior: gas radón residencial, y la presencia de arsénico en agua potable.

Impacto social

Martin Koehring, editor en jefe y líder en salud global de la Unidad de Inteligencia de The Economist, enfatizó que a los costos directos se deben sumar los indirectos que son aquellos que impactan en el ámbito social e individual de quien padece la enfermedad. “Las personas no pueden ir al trabajo, se mueren tempranamente, no pueden colaborar con la sociedad”, recalcó.

Rolf Hoenger, presidente de Roche en Latinoamérica y uno de los impulsores del estudio, señaló que el número de muertes al año que causa la enfermedad en América Latina merece la atención de la opinión pública sobre este padecimiento.

“Pensar que 60.000 personas mueren en esos doce países investigados de cáncer de pulmón y que es la primera causa de muerte (en la región), y nadie prioriza el cáncer de pulmón, eso da que pensar”, reflexiona Hoenger.

Ricardo Pérez Cuevas, participante en el reporte y director general adjunto del Centro de Investigación de Sistemas de Salud en México, destacó que el estudio presenta al cáncer de pulmón “como un cáncer de segunda clase”, lo cual se traduce en que no ha habido suficiente “atención para el desarrollo de la capacidad institucional para atenderlo en inversión, infraestructura o capacitación de personal”.

En Uruguay, Argentina, Brasil, Paraguay, México y Bolivia la mortalidad por cáncer de pulmón ocupa los primeros lugares de mortalidad.

Respecto a la metodología del estudio, el especialista de The Economist detalló que la unidad de investigación analizó las investigaciones y las políticas de las 12 naciones participantes.

Esta suma de datos y la opinión de los especialistas identificaron tres áreas principales: control del tabaquismo, diagnóstico temprano y la tercera fue el acceso a los tratamientos y a la salud. Además de estas variables los expertos detectaron otras adicionales: tratamiento y prevención de factores de riesgo no asociados al tabaquismo como la polución del aire, la presencia de radón y polución interior en las casas ocasionada, por ejemplo, por la quema de leña.

Koehring detalló que cada país fue calificado con una clasificación similar a las luces de un semáforo, donde la luz roja significa que un tema requiere de mucha atención, la amarilla quiere decir que hay un espacio para mejorar y la verde que existe una fortaleza.

En el semáforo del cáncer de pulmón, los 12 países son analizados en ocho ítems. En el apartado de luces prioritarias, Bolivia tiene amarillo en control del tabaco y rojo en acceso y diagnóstico temprano. En el acápite de luces importantes, nuestro país acumula rojos en tratamiento, en servicios no curativos, en prevención no relacionada con el tabaco, en información y apoyo, y en calidad de los datos.

La impresión más inmediata tras la aplicación del sistema de semáforo es lo mal que se está desempeñando la región en general. Ningún país está teniendo un buen desempeño: solamente hay 14 luces verdes en medio de muchas más luces amarillas (42) y rojas (40), en cantidades casi iguales.

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