Es secretario general del Partido Comunista Chino y la Asamblea aprobó el mandato presidencial indefinido. Mantiene una feroz lucha en contra de la corrupción

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18 de marzo de 2018, 4:00 AM
18 de marzo de 2018, 4:00 AM

Mao Zedong era conocido como el ‘Gran Timonel’. Xi Jinping, que suma las comparaciones con el fundador del régimen chino, es a veces llamado ‘presidente de todo’ por su capacidad para acumular cargos y títulos honoríficos. 

A los 64 años, Xi Jinping consiguió que la Asamblea Popular aprobara el domingo pasado una revisión de la Constitución que le permitirá ocupar el poder sin límite de tiempo. De esta forma se convirtió en el presidente chino con mayor poder desde hace al menos un cuarto de siglo, ya que podrá permanecer al frente del mando del gigante asiático más allá del término previsto de 2023. 

La enmienda también introduce en el artículo primero de la Constitución ‘el Pensamiento Xi Jinping’ y ‘el rol dirigente’ del Partido Comunista Chino (PCC).

 Xi también es el todopoderoso secretario general del PCC desde su elección por el comité central (el ‘parlamento’ del partido), el 15 de noviembre de 2012. Aprovechó el cargo para lanzar una campaña anticorrupción que ha afectado a 1,2 millones de dirigentes del PCC y para colocar a sus hombres en puestos estratégicos.

En criterio de analistas internacionales, esta disposición puede provocar un recrudecimiento de la represión contra los opositores, que pueden ser acusados de ataque a la Constitución simplemente por criticar el control del PCC.

El límite de dos mandatos fue impuesto en 1982 por el líder Deng Xiaoping, para evitar una vuelta al régimen dictatorial de la era Mao Zedong (1949-1976).

Además, la reforma constitucional también contempla la creación de un nuevo ‘superministerio’ anticorrupción que puede aumentar los abusos del régimen, según indicaron organizaciones de derechos humanos.

La nueva institución, que algunos observadores interpretan como un cuarto poder alternativo a los tradicionales Legislativo, Ejecutivo y Judicial –aunque en China sería más adecuado hablar de Partido, Gobierno y Ejército–, se llamará Comisión Nacional de Supervisión y desde el domingo está incluida en la Constitución.

En la práctica, según expertos, esta comisión implicará que las medidas que el Partido Comunista usa contra los acusados de corrupción entre sus miembros, que incluyen detenciones de sospechosos incomunicados sin juicio o métodos expeditivos como la tortura, se extenderán a todos los funcionarios públicos, incluyendo médicos o maestros.