El encuentro en Hanoi (Vietnam) fue una puesta en escena de un Donald Trump golpeado a nivel interno y un Kim Jong Un fortalecido por China, su aliado histórico

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3 de marzo de 2019, 4:00 AM
3 de marzo de 2019, 4:00 AM

Donald Trump viajó en avión 20 horas para reunirse en Hanói con el líder norcoreano Kim Jong Un y prometerle un futuro “estupendo” si abandona su programa nuclear, pero no se pusieron de acuerdo en nada. Algo que no es forzosamente negativo, estiman los analistas.

La cumbre de Singapur, primer encuentro al mayor nivel entre Estados Unidos y Corea del Norte, ocupó las primeras planas.

Pero la declaración que habían entonces firmado era imprecisa, Kim se comprometía simplemente a “trabajar hacia una total desnuclearización de la península coreana”.

Desde entonces las dos partes batallaban sobre el sentido de esta formulación y los analistas esperaban que la nueva cumbre le diera un sentido.

Pero la cumbre de Hanói se pareció más a una obra de teatro que la de Singapur, sin que se firmara un texto común.

Donald Trump explicó que Kim exigía que se levantaran todas las sanciones antes de analizar medidas sobre su complejo nuclear de Yongbyon. Y que tuvo por lo tanto que tomar la decisión de abandonar la mesa de negociación. “Prefiero hacerlo bien que hacerlo rápido”, minimizó Trump.

Sin tercera cumbre

Para los analistas el encuentro forma parte de un proceso largo, y era quizás necesario.

“Este encuentro no es un fracaso”, relativiza David Kim, del Centro Stimson. “Hay que ver la relación Kim-Trump como un drama coreano. Es solo el comienzo de una larga historia de amor” que tendrá momentos “excitantes, decepciones y dolor”.

Pero “el vínculo entre los dos hombres se mantendrá hasta el final” y “podemos esperarnos resultados positivos en el futuro”.

Trump había asegurado que con Kim se habían “enamorado” luego de un intercambio epistolar.

No se fijó una tercera cumbre en este encuentro, pero la Casa Blanca aseguró que el trabajo entre ambas partes seguía.

En su discurso de Año Nuevo, el dirigente norcoreano había advertido que Pyongyang buscaba “otra manera” de defender sus intereses si Washington no hace concesiones a cambio de los pasos que estima ya haber hecho (cese de los disparos de misiles y ensayos nulceares y destrucción de infraestructuras).

Esto aumenta las posibilidades de que Kim Jong Un pida respaldo a su aliado chino.

En Hanói el presidente estadounidense repitió que Corea del Norte podría convertirse en una “potencia económica” si renuncia a su arsenal nuclear.

Los dos países hablaron sobre la apertura de oficinas de contacto, etapa vital de cara a una normalización de las relaciones y la resolución del conflicto.

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