No hay voluntad política para restablecer embajadores y los discursos quedaron en nada. Lo comercial sigue su auge. La presencia de Estados Unidos se limita a cooperación cultural, a educación y a negocios  

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1 de julio de 2018, 12:00 PM
1 de julio de 2018, 12:00 PM

El termómetro político sigue frío. Serán diez años sin embajadores y las voluntades de superar las diferencias parecen que quedaron en simples palabras. Bolivia y Estados Unidos mantienen una congelada relación diplomática que –paradójicamente– no perjudica los negocios, pero a la vez está a la espera de la decisión política de restablecer plenamente los vínculos. Por lo general, Evo Morales no es atento y sigue con los ataques a Washington. Y su colega estadounidense, Donald Trump, simplemente no mira a este lado del planeta. 

El encargado de negocios de la embajada de Bolivia en Estados Unidos, Pablo Canedo, cree que se está avanzando en la intención de restablecer relaciones a plenitud, aunque reconoce que la nueva metodología de trabajo del Departamento de Estado del país del norte no ayuda a lograr el propósito a corto plazo. El diplomático pone los condicionamientos para llegar al pacto final: “Nosotros tenemos la misión de construir puentes con respeto mutuo y dignidad. Son los principios básicos con los que nuestro país quiere relacionarse con Estados Unidos. Que haya un respeto a la política interna, que no haya esa influencia que había con instituciones norteamericanas y se tenga la posibilidad de generar un respeto a la institucionalidad boliviana”, establece.

En 2006 llegó el Gobierno de Evo Morales al poder y no tardó mucho en expulsar a casi a todas las agencias de Estados Unidos. Y en 2008 echó al entonces embajador Philip Goldberg. Lo mismo hizo George W. Bush con Gustavo Guzmán, quien fue el último embajador boliviano en el país del norte. Con la suspensión de la DEA (Agencia Antidroga, por sus siglas en inglés) y de Usaid (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) se limitó la presencia de Washington en el país con ayuda en cultura y educación. 

La mirada de EEUU
En el lado de Estados Unidos, el encargado de negocios de la embajada de Washington en La Paz, Bruce Williamson, admite que las relaciones con Bolivia se limitan a cooperación en ámbitos culturales y de educación, pero a la vez señala que el trabajo primordial se centra en el intercambio comercial. 

“En nuestras relaciones con Bolivia hemos visto progreso en estos últimos años respecto a intercambios académicos, restauración de sitios de patrimonio cultural y emprendimiento.  Desde 2016, más de 5.000 estudiantes bolivianos han viajado a Estados Unidos para cursar estudios de educación superior; en abril de 2018 concluimos un proyecto de cinco años en Cochabamba, que produjo la restauración del convento de Santa Teresa. Y continuamos trabajando estrechamente con nuestros socios: los Centros Bolivianos Americanos (en el país) y la Cámara Americana de Comercio”, destacó Williamson en su discurso por el 242.° aniversario de independencia de Estados Unidos. 

La idea siempre fue restablecer las relaciones, pero todo queda en discurso. El último intento fue en marzo de 2017. El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Fitzpatrick, llegó al país enviado por Donald Trump y comprometió un arduo trabajo para normalizar las relaciones. Casi nada se avanzó, a pesar de que se conformaron cuatro grupos de trabajo. Uno de ellos, la mesa de intercambio comercial, es la más que más avanzó y logró datos inéditos en estos últimos diez años. 

El experto en temas internacionales Andrés Guzmán Escobari ve que las relaciones entre Bolivia y EEUU son “prácticamente nulas” por el discurso antiimperialista que adoptó Evo Morales y eso –dice– afecta incluso a la demanda marítima. 

“Ese discurso antiimperialista, que en otras palabras es anti-Estados Unidos, obviamente impide cualquier relación. Lo malo de esto es que perdemos oportunidades, sobre todo en lo que es el apoyo político que representa Estados Unidos para el tema marítimo. Tenemos una demanda que pide negociar con Chile y para esa negociación el apoyo de EEUU es imprescindible, pero eso no será posible porque la retórica y el discurso lo impiden”, destaca Guzmán.  

Y en ese afán la política no ensucia los negocios. A pesar del duro y permanente discurso de Evo Morales contra Washington y el trato casi nulo de parte de la Casa Blanca a Palacio Quemado, el comercio entre ambos países va en ascenso desde que el mandatario boliviano llegó a la Presidencia. Expertos ven que la relación económica puede mejorar.

Cuando Morales llegó a Palacio de Gobierno, Bolivia exportaba productos a Estados Unidos por valor de 360 millones de dólares; hasta 2017 la cifra creció cerca de tres veces más: esa gestión se comercializaron mercancías al país del norte por valor de $us 965 millones.

En cuanto a las importaciones, Bolivia, en 2006, compró a Estados Unidos un valor de $us 346 millones. Esa cifra casi se triplicó hasta la pasada gestión, ya que el país importó 817 millones de dólares en productos hechos en el país norteamericano. 

Las estadísticas

Los datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE),  basados en información oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE), confirman que Estados Unidos se convirtió en el cuarto país en la lista de importaciones hacia Bolivia. Está luego de China, Brasil y Argentina.
Este sitial demuestra que lo político no afecta en la relación comercial.   

En el análisis de Gary Rodríguez, gerente general del IBCE, Estados Unidos, pese a la diferencia ideológico-política, es el principal mercado para muchos países catalogados como socialistas. “China Popular y Vietnam encuentran en Estados Unidos su principal mercado. Y para Bolivia,
Estados Unidos pasó a ser uno de los principales socios comerciales con las crecidas de las exportaciones e importaciones”, destaca el experto.

En el país hay una entidad que maneja esa relación comercial cada día. La Cámara Americana de Comercio de Bolivia (AmCham Bolivia), institución que es el brazo comercial de la embajada de Estados Unidos, destaca que de 2006 a 2016 Bolivia exportó al gigante del norte 9.324 millones de dólares, lo que significa un crecimiento del 193% en los últimos diez años.

Los combustibles, entre ellos el diésel, son los productos que más importa Bolivia desde Estados Unidos. Lo hace por un valor de $us 91.412.763, según datos del IBCE. Le siguen turbinas de gas, oro en bruto, aviones y aeronaves, aceites lubricantes, trigo en grano, máquinas y aparatos mecánicos, máquinas de sondeo o perforación, vehículos para transporte de mercancías y camperos 4x4.
Son 3.766 productos que Bolivia importó desde EEUU por un valor de $us 817.190.648, de acuerdo con los informes del IBCE de la gestión 2016.

El excanciller Javier Murillo de la Rocha califica estos datos económicos como “contundentes”. El diplomático cree que el discurso político “poco afecta” a los negocios y que se deberían mejorar algunos acuerdos para el bien de los grandes, micro y pequeños empresarios.
Canedo destaca que a la legación boliviana en Washington llegan empresarios de Estados Unidos para hacer consultas a fin de poder invertir en los ámbitos de minería, litio y petróleo. 

Los negocios mejoran y lo político se cae

Acuerdo aduanero
En julio de 2017, Bolivia y Estados Unidos firmaron el Acuerdo Aduanero de Asistencia Mutua de Aduanas (CMAA, por su sigla en inglés). Este convenio facilita la colaboración en materia de seguridad y facilitación del comercio entre ambas naciones. 

Medida positiva
En febrero de esta gestión, el Congreso de Estados Unidos aprobó, por tres años, la renovación de las rebajas arancelarias previstas por el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP). 

Libres de arancel
El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) informó que con este esquema preferencial, durante la gestión 2017, más de 300 millones de dólares de exportación se beneficiaron de las rebajas arancelarias. Ahora, más de 5.000 bienes pueden ingresar libres de arancel al mercado estadounidense.