Según el Ministerio Público, en la última década hubo más de 60 víctimas en Bolivia. Tres casos llegaron a sentencia, pero un cura está preso, otro prófugo y otro se suicidó. Investigan otros hechos

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8 de abril de 2019, 6:54 AM
8 de abril de 2019, 6:54 AM

Juana no quiere recordar. Hace diez años confió a su hijo a un sacerdote para que lo educara en un internado religioso. Lo hizo porque sus escasos recursos económicos no le permitían brindar a su retoño (de nueve años entonces) una buena educación. Fue el peor error de su vida. El cura violó varias veces a su niño, quien calló por un buen tiempo los abusos. El religioso cometía los mismos atropellos sexuales con otros 18 niños y adolescentes, entre cinco y 15 años. Fue descubierto y ahora cumple su condena en la cárcel. Hay al menos siete casos de pederastia, cometidos por sacerdotes católicos, por lo que la Conferencia Episcopal ha anunciado una investigación.

El caso del exsacerdote José Mamani Ochoa escandalizó a la opinión pública y logró una revolución en la Iglesia católica. Mamani Ochoa reclutó en 2008 a 19 niños y adolescentes para que convivieran con él en un internado en San Benito, en el departamento de Cochabamba. Las noches de los menores eran tormentosas. El excura abusó sexualmente de todos.

Juana relata que el exreligioso se acercaba a familias de escasos recursos económicos con la promesa de dar buena educación a sus hijos en un internado, que estaba al lado de la iglesia de San Benito. El exreligioso logró reclutar a 19 menores y abusó de todos. Hoy está en la cárcel de El Abra en Cochabamba desde 2009 y debe cumplir 22 años de reclusión.

El vicario judicial del Arzobispado de Cochabamba, padre Miguel Manzaneda, asegura que la iglesia Católica no ocultará hechos de pederastia en su interior y que por eso se creó una comisión que investigue todos los abusos sexuales que tengan como actores a los sacerdotes.

“Hay que reconocer que hubo abusos y la iglesia Católica quiere cortar con toda clase de abusos por parte de sacerdotes que lamentablemente se han dado y se ha castigado a los que cometieron los abusos. Hay un caso en Cochabamba que terminó con 22 años de cárcel. Hay que insistir, tanto la iglesia como el Estado, para que no se cometan este tipo de abusos que van contra la esencia del evangelio”, detalla Manzaneda.

Cumbre en el Vaticano

El papa Francisco encabezó en el Vaticano, en febrero, una cumbre para debatir las medidas que se aplicarán para evitar la pederastia en la iglesia. El líder religioso prometió tomar “acciones concretas” para acabar con el abuso sexual a menores dentro de la estructura católica, incluyendo llevar ante la justicia a sacerdotes que hayan cometido este delito.

A esa cumbre llegó el presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEP), monseñor Ricardo Centellas, quien detalló que en esa reunión se trabajó en un “protocolo de actuación” que considera la recepción de denuncias, la conformación de una comisión eclesial y que se fijen las atribuciones de los obispos ante estas situaciones, entre otros aspectos.

“La iglesia de Bolivia, asumiendo toda la reflexión y las orientaciones del papa Francisco sobre el abuso a menores, trabajará de manera especial a nivel nacional y regional en la prevención; creo que es fundamental que trabajemos en la educación de la consciencia no solamente de los que pueden caer en esto que hiere a toda la humanidad, sino de todos”, remarca el monseñor Centellas.

En Bolivia, según varias investigaciones del Ministerio Público, existen más de 60 víctimas de pederastia cometida por sacerdotes en la última década. De ocho casos conocidos, tres tienen sentencia de parte de la justicia. El primero es el de Mamani Ochoa, que ya está en prisión. El segundo caso es el del sacerdote uruguayo Juan José Santana Trinidad, quien tras ser acusado de cometer “abusos deshonestos” contra menores en un internado de Tapacarí (Cochabamba), huyó a su país. El tercer hecho es más macabro. Se trata del cura boliviano Eduardo Revich, quien tras ser sentenciado en 2013 a 12 años de cárcel, se suicidó.

Revich utilizó la misma estrategia que Mamani. Se contactaba con familias de escasos recursos del municipio de Icla, en Chuquisaca, para introducir a sus hijos al internado del municipio. Violó a 12 menores de edad, según el abogado de las víctimas, Ariel Coronado.

El jurista detalla que los menores tenían miedo a denunciar porque recibían amenazas del sacerdote. El cura medía los miembros sexuales de los niños y luego procedía a los abusos. Fue una profesora quien descubrió el hecho en 2009 y junto a los padres de familia instaló la demanda en Sucre. El día de su condena, Revich se suicidó con una soga de plástico en la parroquia de Zudáñez, Chuquisaca, donde fue destinado.

Los otros casos

Los demás casos sucedieron recientemente. En la iglesia de la Villa Primero de Mayo, en Santa Cruz, se denunció un supuesto abuso sexual por parte de un párroco en contra de un niño de 11 años, que era monaguillo. La Arquidiócesis informó que coadyuvaría en la investigación, de la que no se saben los resultados hasta la fecha. Otro hecho se dio en Cochabamba. El sacerdote Javier Temo Oliva abusó de un niño de 11 años desde 2014. El año pasado el cura fue enviado a la cárcel de El Abra. La Iglesia Católica detalla que Temo Oliva dejó el cargo religioso en 2013.

En Desaguadero, en La Paz, un monaguillo de 15 años es acusado de violar y asesinar a una joven de 14. Guarda detención en el penal para adolescentes de Qalauma. La estructura religiosa ve este caso como aislado.

En un último caso se vio envuelto un sacerdote jesuita, de origen español, de 84 años. Al religioso se lo acusa de haber abusado sexualmente de niños en un internado del oriente boliviano durante la década del 2000. Fue la pasada gestión cuando un exreligioso mostró imágenes en las que se ve al cura español tocar las partes íntimas de varios niños. El acusado niega el abuso sexual y vive en una casa de reposo de la Compañía de Jesús. El secretario adjunto de la Conferencia Episcopal Boliviana, José Fuentes, anuncia que todos los casos serán investigados y que la Iglesia Católica no encubrirá a los acusados. “Son temas que se investigan en cada jurisdicción”, menciona el religioso.

En el aparato político ven con cuidado estos casos. El presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, pide a la Iglesia católica no encubrir los hechos de pedofilia a su interior. “Sabemos que hay varios casos y todos deben tener una investigación detallada. De hallar culpables, deben ser castigados con todo el rigor de la ley”, remarca.

El Ministerio de Justicia es la entidad que indaga estos hechos. No tienen aún una cifra de casos, pero el vicepresidente Álvaro García Linera dijo el año pasado que son “numerosos”.