En Perú se produce el sulfato base y en Bolivia se purifica la cocaína. Luego la droga se lleva al Chaco trinacional. De ahí parte por tierra a la zona turística que comparten Brasil, Paraguay y Argentina.

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17 de junio de 2019, 4:00 AM
17 de junio de 2019, 4:00 AM

El negocio ilícito empieza en la selva peruana. En el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) se produce la pasta base de cocaína y pasa a Bolivia en diferentes modalidades, pero la más utilizada son los narcovuelos.

Es en el oriente boliviano y parte del norte de La Paz donde se purifica la cocaína y de ahí la droga emprende una nueva ruta: la meta es llegar a la triple frontera compuesta por Paraguay, Brasil y Argentina. Las narcoavionetas que hacen este recorrido ahora están acondicionadas para autoabastecerse de combustible en pleno vuelo, lo que permite a los narcos llegar a cualquier parte del Chaco trinacional y de ahí finalizar su travesía por vía terrestre en Ciudad del Este (Paraguay), Puerto Iguazú (Argentina) o Foz do Iguaçu (Brasil).

La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) admite que informes de Inteligencia verificaron que existen avionetas acondicionadas para recargar combustible en el aire, aunque aclara que en Bolivia no se logró confiscar estas naves.

“La Dirección Antidrogas (Dirandro) de la República del Perú no nos pasó ningún informe sobre la presencia de avionetas acondicionadas que transportan droga con una extensión de su autonomía de vuelo en el territorio nacional, en mi gestión ni en años anteriores (…) No obstante, de acuerdo con información de Inteligencia, se tiene conocimiento de la existencia de esas aeronaves”, detalla a EL DEBER el director de la Felcn, coronel Maximiliano Dávila.

Este medio accedió a un informe de la Policía peruana en el que revela que los clanes del narcotráfico acondicionan las avionetas para extender sus autonomías de vuelo.

El documento explica que la pasta base de cocaína sale del Vraem y llega al oriente boliviano. Luego, la mayoría de las naves cambian de mercadería -de pasta base a cocaína purificada- para partir rumbo al Chaco, ya sea de Bolivia, Argentina o Paraguay. De esa zona parten rumbo a la triple frontera vía terrestre.

Ida y vuelta el mismo día

“Pueden salir de Bolivia a las 03:00 de la madrugada, recorren 1.480 kilómetros aproximadamente y aterrizan en la selva central de Pichis-Palcazú a eso de las 07.00 u 08.00 de la mañana.

En tierra permanecen apenas unos diez minutos, tiempo durante el cual cargan la droga y emprenden el retorno a Bolivia. Estas avionetas están acondicionadas para vuelos largos y para autoabastecerse de combustible en el aire”, señala parte del informe. El coronel Dávila remarca que en Bolivia aterrizan desde el Perú estas avionetas para recoger droga purificada.

La Felcn tiene datos de que en localidades del Beni, algunos municipios de Santa Cruz y parte del norte de La Paz existen laboratorios de cristalización de cocaína con sistema colombiano. “Dentro del curso de información que tenemos con nuestros similares, por ejemplo, cuando está (la avioneta) de tránsito en Bolivia hacia otros países, lo que hacen es traer sulfato base y existen laboratorios para cristalizar, entonces, buscan puentes aéreos para sacar la droga”, destaca el coronel Dávila.

Los clanes de narcotraficantes dejaron de utilizar las vías directas hacia Brasil desde el oriente boliviano. Según Dávi la, la Policía brasileña introdujo radares que detectan los vuelos ilegales.

Es por eso que las mafias ahora optan por ir rumbo a Paraguay. De este punto, la cocaína purificada se embarca en buques, especialmente en cargas de soya, hacia Europa, Estados Unidos y el Medio Oriente.

Antes de ese periplo, la droga pasó por técnicas novedosas. Las mafias, con el fin de evitar aterrizajes técnicos, instalan bidones de combustible en el interior de la avioneta para que el piloto pueda recargar en pleno vuelo. Según el informe, este mecanismo no se utiliza en todas las aeronaves por un motivo importante: el peso de la gasolina especial obliga a que haya más carga de cocaína purificada.

Esta técnica no solo es aplicada en la larga ruta de Perú a Paraguay pasando por Bolivia, sino también se utiliza en las vías aéreas que van desde Argentina hacia Paraguay.

Una fuente policial informa que ahora los clanes del narcotráfico buscan evitar aterrizajes técnicos en zonas inhóspitas y prefieren llegar a áreas más cómodas. En el caso de Bolivia, los narcos peruanos utilizan preferentemente los poblados de Beni como puntos de paso obligado, ya sea para recargar combustible, para cambiar aeronaves o intercambiar la carga: de Perú llega el sulfato base y en Bolivia se embarca la cocaína purificada o cristalizada.

Amplía los costos

“Aparecieron avionetas con tanques de combustible improvisados que extienden la autonomía de vuelo de la aeronave. Este nuevo mecanismo encarece la operación de las mafias, ya que pierden capacidad de carga”, detalla fuente policial. 

El policía añade que bajó el precio de la droga que llega de Perú y que ahora cuesta 800 dólares el kilogramo. Dice que en Bolivia llega a costar 1.200 dólares tras ser purificada.

Este descenso del costo, detalla, se debe a que la Policía de Brasil doblegó el control en sus fronteras lo que obliga a que se vaya al mercado paraguayo, donde el circulante es más barato.

Al respecto, el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, afirma que existe una permanente coordinación de labores con las policías de Brasil, Perú y Paraguay. La autoridad insiste en que Bolivia es un país de tránsito de la cocaína producida en la selva peruana.

Cáceres destaca que en el periodo 2010-2018 se aprehendió a 34.890 personas implicadas con el delito de sustancias controladas, se confiscó 231 toneladas de cocaína, 2.770 toneladas de marihuana, se ejecutaron 116.440 operativos, se destruyeron 452 laboratorios de cristalización de droga y se secuestraron 15 avionetas implicadas con el tráfico de cocaína. Ninguna de estas aeronaves estaba acondicionada para recarga de combustible.

Las localidades benianas de San Joaquín, San Ramón, Magdalena y Santa Ana son las zonas críticas. Las avionetas que no fueron acondicionadas aterrizan en estos puntos para cargar combustible y la cocaína purificada. Terminada esa operación, que puede durar solo diez minutos, enseguida vuelven a despegar rumbo a Paraguay. Pero también se hace intercambio de aeronaves en pistas clandestinas, acción que puede durar hasta cinco minutos. La meta es la triple frontera. Y ahí inicia otro relato. Las mafias buscan la droga boliviana para venderla en otros continentes.