Las preferencias cambiaron y la mayoría aspira a tener un emprendimiento propio o desempeñarse como profesional autónomo. La situación laboral para este sector de la población es muy precaria

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29 de abril de 2018, 4:00 AM
29 de abril de 2018, 4:00 AM

Las nuevas generaciones juveniles ya no quieren depender de un empleador. El 66% de los jóvenes prefiere un trabajo independiente, unos como emprendimiento y otros como profesionales autónomos. Solo el 34% aspira a trabajar como dependiente: la mayoría en el sector público (20%) y un 14% en el sector privado. 

Esta realidad se sustenta en un estudio realizado por IDEA Internacional, en coordinación con la Gobernación de Santa Cruz, que  identificó los principales problemas percibidos por la juventud que nació y creció durante el gran salto de la tecnología digital. 

Esta generación cuestiona implacablemente la política tradicional y, por ende, el desempeño de los partidos políticos en la gestión del Estado.  
El analista Gustavo Pedraza explica que también existe inclinación por las carreras técnicas y  apego a la tecnología y a la forma del ejercicio laboral, por lo que las carreras administrativas, humanidades y leyes no están dentro de su preferencia como sí lo está lo referido a medioambiente, ingenierías y tecnologías. Por eso también ya se escucha que quieren ser youtuber, blogger y desarrollador de aplicaciones.
El cambio se ve marcado cada año que pasa, porque antes el profesional buscaba un trabajo estable, donde el empleador  solvente le dé estabilidad, seguro social y jubilación digna.

Empeño y realidad
El esfuerzo de Luis Andrés López (21) muestra a esta generación. Cursa el séptimo semestre de la carrera de Turismo, pero a los 15 años incursionó en el negocio de la tecnología. Como regalo de cumpleaños y navidades pedía  parlantes y luces, incluso solicitó un curso de DJ, lo que le permitió animar fiestas. Recuerda que al principio tocaba gratis a sus compañeros y su primera ganancia fue Bs 200, pero ahora cada fin de semana saca entre 100 y 150 dólares, por lo que gana un promedio de $us 500 mensuales. 

Paralelamente trabaja en una agencia de viaje como diseñador gráfico, pero lo hace en medio tiempo o en su casa, por lo que no debe estar encerrado en una oficina. El dinero recaudado de este rubro le permitió comprar dos equipos el pasado fin de año y ahora está empleando a otros amigos. Quiere viajar a Argentina  para realizar un curso corto sobre sonido y luego conformar en Santa Cruz su negocio de organización de eventos.

El empleo juvenil es uno de los cinco desafíos que lanzó Evo Morales para esta gestión. La Red de Líderes para la Democracia y el Desarrollo (Relidd) realizó en 2017 una encuesta sobre la juventud en el ámbito laboral. El estudio destaca que el 30% de los jóvenes no tiene trabajo estable porque no cuenta con experiencia, el 27% cree que no existen políticas públicas para emplear a los jóvenes y, los encuestados entre 25 y 28 años, aseguran que pueden conseguir trabajo teniendo algún “aval político”.  

La encuesta también detalla que solo el 16% de los jóvenes que tienen trabajo firmaron contrato, un 34% tiene contrato con fecha de culminación, un 35% no firmó ningún tipo de contrato y el 15% tampoco firmó contrato, pero tienen algún tipo de acuerdo.

Situación precaria

La situación de los jóvenes en el país es muy precaria. El estudio de la Red de Líderes por la Democracia y Desarrollo señala que la tasa de desempleo en la población juvenil es dos o tres veces que la de la población adulta. Muestra que de cada 100 personas ocupadas aproximadamente 25 son jóvenes; y por cada 100 personas desempleadas, cerca de 55 son jóvenes para el año 2015. 

Cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revelan que para América Latina y el Caribe las tasas de desempleo juvenil en 2017 alcanzan el 18,3% y que en esta gestión ese indicador seguirá subiendo. También hay 9,9 millones de personas entre 15 y 24 años que buscan un trabajo sin conseguirlo, de acuerdo con datos difundidos en el marco de un foro regional en Santiago de Chile, en mayo de 2017.

Entre 1997 y 2017, la población joven aumentó en 139 millones de personas, mientras que la fuerza de trabajo juvenil disminuyó en 35 millones de personas.

Los últimos datos muestran que el 76,7 por ciento de los jóvenes que trabajan lo hacen en empleos informales, para los adultos el porcentaje es del 57,9 por ciento. En comparación con los trabajadores adultos, los trabajadores jóvenes se sienten más cómodos con las nuevas tecnologías y es probable que se adapten más rápidamente a ellas.

La investigadora Silvia Escobar, del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), ve crítica la situación de los jóvenes en
Bolivia, pese a que el país cuenta con una población mayoritariamente joven. “La falta de oportunidades de empleo y la baja probabilidad de encontrar entre los jóvenes tienen raíces estructurales,  asociadas con el patrón de especialización primario exportador del país, escasa diversificación productiva, el atraso tecnológico y la concentración del  aparato productivo en pequeñas unidades económicas que producen bienes o prestan servicios diferenciados para competir con precios bajos antes que por calidad”, destaca Escobar.