Santa Cruz inspira a escritores y poetas. La belleza de su gente, su cultura y tradiciones están reflejados en el poema escrito por Óscar Barbery

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1 de septiembre de 2019, 4:00 AM
1 de septiembre de 2019, 4:00 AM

Santa Cruz es muy diversa: social, económica, cultural, urbanísticamente. Tiene personalidad múltiple.

Es diversa también en la emoción que provoca: la ciudad de mis abuelos; la ciudad en donde mis padres fueron protagonistas; mi ciudad, aquella, la de mi joven familia y mis amigos; y la ciudad actual, la de mis hijos. Cada una de ellas, con sus gentes y sus modos de vida estableció su trama, su urdimbre de penas y alegrías; de fracasos y logros; entonces su telar, como bandera, me imponen imágenes recurrentes que he tratado de convertir en poemas y en canciones.

Por ejemplo, el patio del viejo caserón abierto al cielo, con su hamaca: “Y abrí mi patio al cielo//bendita sea la hora//y recibí a la noche//y agasajé a la aurora//y agradecí a este mundo//con el alma extendida//en mi hamaca tejida//. Meciéndose en cantares amor ha sostenido//y alivianó pesares y promovió el olvido//En el vaivén pausado de sus rítmicas alas//se acurrucó mi gente y así como una cuerda//contra el horcón la amarra-no vamos a olvidarnos-//Al corazón del patio, con cuerdas y guitarras/supo la hamaca atarnos”.

LA CIUDAD QUE AMO

Santa Cruz de la Sierra es una ciudad que amo y por amor ¿acaso no pueden perdonarse sus errores y pecados? Sus contrastes apasionan de diferente manera.

Quizás esta canción exprese lo que digo: “Ciudad de mis amores, las casillas girando//tus anillos rumores y la suerte esperando//tus anillos carriles de variados perfiles//tus anillos ruletas con casillas secretas//. Tus anillos tornados cual volutas de humo// son propicios los hados o es adverso el insumo// Alegrías y pesares, ciudad de los azares// Santa Cruz cara o cruz”.

RECUERDOS DE LA ESCUELA

Imágenes: el colegio Obispo Santisteban en la primaria y, en las afueras de la ciudad, el Colegio Nacional Florida me evocan amistades, desafíos, peleas en las esquinas; maestras y maestros que me inculcaron un civismo que hasta hoy perdura.

Y ligados a ellos, cierta historia aprendida, forjadora de esta imagen: “En su conjuro//España arrojó la piedra//que en vuelo rasante//golpeó la llanura//-ese lago-//y provocó estas ondas//estos anillos de centro a periferia//Circuito en donde nos encontramos//y nos desencontramos//siempre.

TIERRA AMADA

Santa Cruz es este territorio al que pertenecemos y que nos pertenece integrado por la idea de la identidad. No sé si fue Borges el que dijo que ser argentino es una cuestión de fe. ¿Acaso ser cruceño no es una cuestión de fe? Preguntas como estas crean otra imagen: “Acontecer, concurrir, transcurrir// vivir en la ciudad de la cruz//Santa Cruz, pervivir// Ser de algún lugar es pertenecer; su razón tendrá, se es, se está//vida tras su luz// pena a contraluz//mi ciudad será// ya es, ya está// Hoy como ayer//sentir, entender//que ella es también//tu bien, mi bien”.

DESARROLLO

Para los que hemos visto colocar las primeras losetas en las arenosas calles de Santa Cruz y hemos visto-en contraste- el crecimiento de la mancha urbana extender su pavimento hasta invadir la campiña y llegar aún más allá, cerca del horizonte, tememos al fenómeno como si fuera un monstruo: “Soy la ciudad//me he bebido el río//he devorado árboles//cubro con mi manto espejado las montañas// pretendo tener la dimensión de los océanos//mis venas están con miel pavimentadas//soy como un gigantesco cazamoscas//me he comido a mis padres//Mi corazón palpita con ritmo de bocinas.

RIQUEZA NATURAL

Pero la situación no es solo lo urbano con su aliento tropical. Esta la fauna, la flora, el viento. La infancia y juventud de vacaciones en la quinta de algún amigo o familiar. Y surge una fruta como símbolo de cruceñidad: “Achachairú que ha nacido//para endulzar a mi boca//el buen sabor lo he sentido//después lo amargo me toca//Acido el gusto y dulzura//Mejor que el marayaú//mi corazón se apresura//al besar tu achachairú”, manto espejado las montañas// pretendo tener la dimensión de los océanos//mis venas están con miel pavimentadas//soy como un gigantesco cazamoscas//me he comido a mis padres//Mi corazón palpita con ritmo de bocinas.

TRADICIONES

Santa Cruz es mi madre, profesora de música en el colegio Warnes, tocando el acordeón para sus alumnas en danzas tradicionales y esta es una escena recurrente que me es evocada por la música de esta ciudad de festivas costumbres.

Entonces todo baile es la danza “como en el baile del sarao//uno es el mástil del trenzao//te abrazan cintas de colores//y son los días encantadores//No siempre es así la vida//pero a veces es sentida// con sorprendente intensidad//y entonces es eternidad”.

LIBERTAD

Llega septiembre. A pesar del dolor que nos provoca la Chiquitania, nos la arreglaremos para festejar el aniversario de nuestra libertad. Es curioso: no hay una sola canción que le cante a la libertad del 24 de septiembre. ¿No hay? Hay una: Es 24 de septiembre//ella se llama Libertad//alma pasión y una costumbre//de un pueblo en buena vecindad//En una gesta libertaria//nació esta dama extraordinaria//que en días de revoluciones//ella enamora corazones// Y libertad es bautizada//con esta sangre apasionada//de Santa Cruz en primavera//que de cadenas se libera”. 

AÑORANZAS

Nos preguntan ¿qué época fue mejor? No lo sé. Me surge una imagen con intensidad: “Caminaré otra vez esas radiales//con vocación de rosa de los vientos//Circunvalando a pasos tus anillos//desandaré avenidas encontrando//a todas las edades de este devenir de tu cemento//¿En qué ciudad de todas las que has sido radicará mi alma?

Y vendrá el futuro, uno tremendamente incierto después del desastre de la Chiquitania. Dicen que habrá una Santa Cruz de cuatro millones de habitantes en la ciudad ¿Se puede uno imaginar eso? Yo no, y por lo tanto, el futuro es inaccesible para mí. Me quedo con la Santa Cruz que hasta hoy conozco y amo. Y la imagen de un poema me surge, finalizando esta nota: Te amo tanto que cuando yo muera un gusano soñará contigo.