Los herederos del expresidente Alberto Fujimori, Keiko y Kenji, libran una pulseada política de alto vuelo. La batalla fratricida provocó, hace dos semanas, la renuncia del mandatario Pedro Pablo Kuczynski. El Congreso de Perú tratará el desafuero de Kenji 

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8 de abril de 2018, 4:00 AM
8 de abril de 2018, 4:00 AM

En la primera semana de este año, Keiko Fujimori publicó una fotografía familiar en Twitter que la mostraba sentada al lado de su padre, Alberto, el autoritario expresidente de Perú. Del otro lado se encontraba el hermano menor de Keiko, Kenji, quien estaba abrazando a su padre. 
En la imagen, la familia Fujimori parece ser igual que miles de familias felices en el mundo: relajada, unida y disfrutando el nuevo año. Pero los eventos de hace dos semanas mostraron cómo la cámara a veces miente.

La rivalidad entre los hermanos –que creció bajo la superficie de la política peruana durante meses– finalmente estalló. Keiko, líder del principal partido de oposición de Perú, acusó a su hermano de tratar de comprar votos en el Congreso. Kenji, quien renunció al partido en marzo diciendo que carecía de autoridad moral, dijo que su hermana tiene "una actitud criminal". Mientras sus hijos se enfrentan, Alberto, el ‘padrino’ de la familia de 79 años de edad, está en su casa después de haber sido liberado de la cárcel. La historia parece una estrafalaria telenovela latinoamericana.

Antecedentes
La ruptura entre los hermanos Fujimori se remonta a las últimas elecciones presidenciales en 2016. Kenji no votó en la segunda ronda, en la que Keiko perdió por un margen extremadamente estrecho contra Pedro Pablo Kuczynski.

“Hasta entonces, Kenji había sido un fiel seguidor de su hermana, ayudándola a conseguir votos”, dijo David Sulmont, un científico político de la Universidad Católica en Perú. “Pero después de eso fue gradualmente excluido de la toma de decisiones en el círculo interno”. 

En diciembre del año pasado estalló la situación. En una votación de destitución en contra del presidente Pedro Pablo Kuczynski, Kenji se abstuvo, acompañado por casi una docena de miembros del partido de su hermana. Eso fue suficiente para asegurar la sobrevivencia de Kuczynski.

Tres días después, el presidente perdonó a Alberto Fujimori, liberándolo de la cárcel a la mitad de una sentencia de 25 años por corrupción y abusos contra los derechos humanos. El entonces mandatario dijo que tomó la decisión por razones humanitarias, pero parecía ser una recompensa política: Kuczynski aseguró el respaldo de Kenji en el voto de destitución mientras que Kenji ganó la libertad de su padre. Parecía que Keiko había perdido esa batalla con su hermano.

Hace dos semanas, el balance del poder cambió nuevamente. Los seguidores de Keiko difundieron videos grabados en secreto, que según ellos demostraban que Kenji intentó comprar votos en el Congreso a cambio de influencia política. Keiko envió mensajes a través de Twitter para expresar su “profunda decepción”.

“Siento aún más que mi propio hermano esté involucrado en estas prácticas, que nos hacen tanto daño como peruanos y como familia”, escribió Keiko.

El Congreso está considerando retirar la inmunidad parlamentaria de Kenji para que pueda ser investigado sobre los videos. Justo cuando parecía estar saliendo de la sombra de su hermana y haciendo su propia carrera política, ella parece haberlo superado.

“Es un desastre para Kenji. No hay otra palabra para describirlo”, dijo Gustavo Gorriti, un periodista peruano que ha documentado la historia de los Fujimori desde la década de 1990.
La guerra fratricida entre los hermanos Fujimori no ha terminado. Por ahora, Keiko está en la cima, pero enfrenta serias acusaciones de corrupción. El mes pasado, un exejecutivo de Odebrecht dijo que la compañía constructora brasileña donó $us 1,2 millones a su campaña política en 2011. Ella niega los cargos.

Para Kenji, el futuro se ve sombrío. Su aliado, Kuczynski, renunció a la Presidencia de Perú después de una larga batalla sobre cargos similares de corrupción. Martín Vizcarra asumió el cargo prometiendo un nuevo comienzo para el país.

Kenji necesita seguir el ejemplo de algunos de los personajes de los cómics que tanto ama, dijo Gorriti. “Necesita retirarse metafóricamente a las montañas, reagruparse y tratar de volver más fuerte. Veremos si él puede ser el héroe que sobrevive para luchar otro día”.

Perfil de los hermanos

Keiko
Es una figura política férrea y experimentada. De 42 años de edad, la mayor de los cuatro hijos de Alberto fue lanzada al mundo de la política en 1994 cuando sus padres se divorciaron y ella ocupó el cargo de primera dama; tenía 19 años de edad.

Kenji
Es el más joven de los cuatro hermanos. Tiene 37 años y es aficionado de la animación japonesa. En su cuenta de Twitter, se describe a sí mismo como un cruzado con capa y espada, listo para enfrentarse al mundo. Es un ‘nerd’ confeso.