El control que iniciaron las policías de Perú y Brasil obligó a las mafias a reducir el costo de la droga. Antes un kilogramo llegaba a costar hasta $us 1.300

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5 de noviembre de 2017, 4:00 AM
5 de noviembre de 2017, 4:00 AM

Es un negocio y, como todo negocio, el narcotráfico tiene sus altas y bajas. Hoy, este movimiento ilegal pasa por uno de sus peores momentos, al menos para los capos peruanos. La pasta base de cocaína producida en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) bajó de precio: el kilogramo cuesta ahora $us 800, cantidad que hace un mes estaba cotizada en Bolivia a $us  1.300.

Y la cocaína purificada sigue el mismo camino. El producto cristalizado llegaba a costar en el mercado boliviano hasta $us 2.200, pero ahora ese valor se redujo  un 50%. Los proveedores pagan $us 1.100. Estas cifras son manejadas por fuentes policiales bolivianas, que argumentan que este descenso se debe al poco circulante de dinero que hay en el país y en Brasil. 

“El valor de la pasta base peruana no se duplicó, más bien rebajó. ¿Por qué? Porque no hay circulante, no se puede meter mucho dinero por los controles que se están realizando, muchas veces se cierran las fronteras de Brasil y Perú y eso asfixia, no hay droga ni dinero, y al ver que no hay mucha demanda, baja el precio. Ahora llegó a costar $us 800 el kilo, lo que antes costaba $us 1.300”, revela la fuente policial. 

Mientras, un informante que trabaja para la Policía boliviana coincide en que el descenso del precio de la droga peruana obliga a que los productores bolivianos tengan que reducir el valor. Sin embargo, esta fuente señala que la droga boliviana -sobre todo la cocaína cristalizada- es más demandada en el exterior. 

“Esto es un negocio y se actúa de acuerdo a la demanda y los precios. En Perú bajaron el precio y eso implica que en Bolivia también disminuyan sus precios. Las mafias se mueven así, pero ya en Europa o Estados Unidos valoran más la droga boliviana y colombiana. Es como comparar un chocolate ordinario con un suizo, así es la calidad entre la droga peruana con la boliviana o colombiana”, destaca el informante. 
Según datos que brinda la fuente policial, la pasta base peruana es requerida por su precio, y su precio varía de acuerdo al país donde se transporta. En España, por ejemplo, un kilo puede llegar a costar $us 5.000. Y así el valor se altera según la nación. 

La Encuesta Global sobre Drogas 2016, publicada en España, revela la escala de precios de la pasta base de cocaína en países europeos y de Oceanía. Austria y Suiza son las naciones de Europa donde más se paga por esta droga. En la primera el kilogramo cuesta $us 10.000 y, en la segunda, $us 83.000. 

Mientras que Australia y Nueva Zelanda son los países donde el precio de la cocaína es el más elevado. En la primera nación un kilo puede llegar a costar $us 205.000, mientras que en Nueva Zelanda se valora en $us 220.000. 

La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), en Trinidad, Beni, evitó dar datos sobre los precios de la droga que llega de Perú. En La Paz, el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, señaló que los valores varían de acuerdo a la calidad y el país donde se exportará la sustancia ilícita.

El departamento de Beni es una zona de paso obligado de la pasta base de cocaína que se produce en Perú. Aparte de ingresar droga producida en el Vraem, ahora se experimenta el tráfico de la cocaína elaborada en la localidad peruana de Cuatro Letras, que está en plena selva y muy cercana a la frontera con Bolivia.       

La política ingresa al debate
El diputado Tomás Monasterio dice que las mafias extranjeras de narcos mandan en Bolivia y cuestiona al sistema judicial. Mientras que en el oficialismo destacan la labor antidroga que ejecuta el Gobierno de Evo Morales 

El sistema político ingresó al debate sobre la lucha contra el narcotráfico. La oposición culpa al Gobierno que lidera Evo Morales de permitir la irrupción de las mafias extranjeras en el oriente boliviano, mientras que el Movimiento Al Socialismo (MAS) destaca los logros en el tema antidroga.  

El diputado Tomás Monasterio, de filas de Unidad Demócrata (UD), tiene documentación que ratifica la presencia de narcos peruanos, brasileños y colombianos en zonas orientales del país. “En Bolivia no manda el MAS, manda el narcotráfico”. Con esa frase el legislador opositor culpa al Gobierno de no ejecutar políticas para erradicar este flagelo, que recauda millones de dólares en todo el mundo. 

“La justicia deja mucho que desear. Condeno y responsabilizo al Gobierno de Evo Morales por no actuar de manera oportuna en la lucha contra las mafias de narcos”, dice Monasterio. 

Mientras, el diputado David Ramos, jefe de bancada del MAS, destaca la labor del Gobierno en tareas contra el narcotráfico. “Veamos solamente las cifras oficiales de Naciones Unidas, Bolivia está mejor sin la injerencia de Estados Unidos en materia de lucha antidroga”, remarca el asambleísta.