Cobija, Filadelfia y Porvenir están más enfrascados en la campaña por la reelección de Evo Morales. Las historias de los afectados están en el aire y las heridas permanecen abiertas

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9 de septiembre de 2018, 23:00 PM
9 de septiembre de 2018, 23:00 PM

Porvenir prefiere olvidar. El río Tahuamanu está tranquilo, sus aguas tienen un caudal bajo y la paz en el lugar transmite seguridad. El panorama es muy diferente a lo que pasó hace diez años cuando se vivió una refriega en un enfrentamiento entre campesinos afines al Gobierno contra “autonomistas” aliados a la Prefectura de Pando. La localidad pandina no quiere recordar y prefiere sumergirse, por ahora, en la carrera política.

Lorenzo Román vive hace 30 años en Porvenir. Ese 11 de septiembre de 2008 estuvo en su casa mientras los hechos pasaban. Prefirió no salir de su vivienda porque cuidaba a su hermana menor. No quiere mencionar la palabra matanza, prefiere decir que lo que pasó fue un enfrentamiento. Mira el Tahuamanu y dice que la columna campesina quería pasar por la parte baja, pero ante la presión tuvo que caminar caudal arriba.

“Yo miraba desde mi casa que los campesinos iban por el sendero, subían y había disparos de ambos lados”, remarca Lorenzo.

El río Tahuamanu cambió su imagen. Hoy quiere ser un atractivo turístico y tres hombres iniciaron el paseo en balsa por el afluente.

David Condori es oriundo de La Paz y tiene poca información de lo que pasó el 11 de septiembre de 2008. Él estaba es la sede de Gobierno hace diez años, pero sus familiares le comentaron lo que sucedió.

El país vivía días difíciles entre agosto y septiembre de 2008. Había movimientos a los que las autoridades llamaban “golpe de Estado cívico-prefectural”. Fue el propio Evo Morales quien admitió que esas acciones afectaron su gestión. Varias instituciones estatales fueron tomadas en los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando.

En el departamento de Pando la crisis se sentía iniciando el mes de septiembre. El Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) fue tomado y el prefecto de entonces, Leopoldo Fernández, posesionó el 9 de ese mes a un nuevo encargado. Eso molestó al Gobierno central.

Los hechos en Pando

Dos días después una columna de marchistas campesinos que se dirigía hacia Cobija para un ampliado que determinaría su autonomía indígena, fue detenida en Porvenir, a 30 kilómetros de la capital pandina. En el lugar, además de funcionarios de la Prefectura, se encontraban simpatizantes del Comité Cívico, opositor al Gobierno. En las siguientes horas se desató la violencia, que al final tuvo 13 fallecidos de ambos bandos.

El 12 de septiembre, la ciudad de Cobija fue militarizada. Otro punto de enfrentamiento fue el aeropuerto, donde los civiles permanecían y los militares dispararon. En ese lugar, un pastor evangélico fue acribillado. La familia de Antonio “Toni” Rivero, que tenía 50 años en esa época, denunció que el pastor recibió un impacto de bala el viernes 12 de septiembre, durante el operativo militar para retomar el aeropuerto de Cobija, Su hermano, Miguel Ángel, afirmó que el religioso fue asesinado por las Fuerzas Armadas (FFAA) y que estuvo desaparecido durante 17 horas. Su cuerpo, sin vida, llegó al hospital un día después del hecho.

El Tribunal Sexto de Sentencia declaró culpable a Leopoldo Fernández y lo sentenció a 15 años de presidio a cumplir en la cárcel de San Pedro, en La Paz. La Fiscalía había solicitado 30 años. La exautoridad era imputada por los delitos de asesinato, terrorismo, homicidio, asociación delictuosa y lesiones graves y leves. El proceso se extendió por más de ocho años y tuvo que superar varios incidentes.

Jorge Tuma navega su balsa y desciende el Tahuamanu hasta el lugar de los hechos. Apunta a los senderos donde los campesinos pretendían cruzar el río, pero ahí fueron sorprendidos. Ahora, en ese lugar trabaja maquinaria pesada sacando arena de la playa del afluente.

El alcalde de Porvenir, Regis Richter, califica como “lamentables” los hechos de hace diez años. Admite que esa acción fue un punto de inflexión en la política pandina y que desde esa época el MAS tomó fuerza en ese departamento.

Leopoldo Fernández dice que la noche antes de ese 11 de septiembre sabía que la marcha campesina se iba a tornar “violenta” y que ya había funcionarios de la Prefectura heridos.

“(Los que causaron las muertes) fueron quienes planificaron aquella marcha, dotándola de armas y autorizando el uso de la fuerza por parte de civiles. No solo quienes lo hicieron desde el Gobierno, sino también algunos políticos locales que pensaron que eso les ayudaría en su proyección personal”, remarca Fernández.

Evo Morales tiene su percepción sobre los hechos de Porvenir. El mandatario considera que la oposición fue derrotada a partir de esas acciones que, según él, buscaban un golpe de Estado “cívico-prefectural” y la “división” de Bolivia.

Fernando Ferreira Becerra es primo de Leopoldo Fernández, pero es senador por el MAS. Su salto político con el enemigo de la familia no le afectó, dice, aunque admite que existe alguna división en sus allegados. Sobre Porvenir prefiere dejar el caso en manos de la justicia, pero cree que esta situación debe ayudar al progreso de la región.

“La justicia ya tomó su decisión (en el caso de Leopoldo Fernández). Porvenir debe cambiar y ahora busca ser un municipio turístico”, remarca Ferreira.

Los refugiados

Tras los hechos de Porvenir, se estimó que más de 900 personas afines al pedido de autonomía departamental que vivían en Cobija cruzaron a las poblaciones brasileras de Epitaciolandia y Brasilea para refugiarse. Hasta el año pasado quedaban 150 personas que se quedaron a vivir en Brasil y que tienen refugio político.

Ana Melena, por ejemplo, que el 2008 era la presidenta del Comité Cívico de Pando y que cruzó la frontera con su esposo, Carlos Suzuki, y sus hijos para refugiarse en Brasil, es una de las tantas personas que buscó diversas formas de ganarse la vida. El año pasado se dedicó a reparar los domingos lechón al horno y picante de pollo, dos platos que han conquistado el gusto de los brasileños que acuden a su casa para comer algo diferente a la cultura gastronómica de ese país.

Las historias de afectados

Las familias de las 13 víctimas prefieren el silencio. Con la sentencia a Fernández creen que se hizo justicia, aunque hay también afectados del lado contrario al MAS, como los allegados de Pedro Oshiro, en esa época funcionario de la Prefectura, quien fue la primera víctima mortal, lo torturaron y mataron.

Celedonio Basualdo era dirigente campesino del municipio de Filadelfia. Participó de la marcha y ese 11 de septiembre falleció producto del cruce de disparos. Félix Alipez es primo de Celedonio. Vive en Filadelfia y lo recuerda como una persona aguerrida y humilde. No cree que los homenajes de cada año ayuden a las familias y culpa a Leopoldo Fernández de todo lo sucedido en Porvenir. Testimonios posteriores de allegados al exprefecto señalan que los campesinos también portaban armas de fuego.

Juan Carlos Zabala es el alcalde Filadelfia. El burgomaestre considera que los afectados por los hechos de Porvenir están a cientos de kilómetros de la capital pandina y que sus voces están prácticamente apagadas.

“Han quedado personas con marcas para el resto de sus días y existen personas que no se las siente porque viven en comunidades que están a cientos de kilómetros de las zonas urbanas, en las entrañas de la Amazonia”, señala Zabala, aliado del MAS.

Asunta Peña estaba en su casa de madera cuando escuchó el ruido de las balas que causaban pánico en Porvenir. Ella recuerda casi todo, rememora esa hora trágica en la zona.

“Veía a señoras con hijos que cargaban sus bolsones. Había pánico, mucho susto por los tiros que obligaron a que nos quedemos en nuestras casas, muchos entraron a la mía”, relata Asunta.

Porvenir vive la política

La política invade las calles de Porvenir. La propaganda oficialista está en muchas paredes. Hay sectores sociales que quieren que Evo Morales y Álvaro García sigan siendo gobernantes hasta el 2025. Están en ese plan y tienen el respaldo del aparato político de la región. La Gobernación es masista y 13 de los 15 municipios de Pando son oficialistas. Los otros dos ahora se aliaron al MAS.

“En todos los municipios de Pando hay progreso, existen escuelas, postas de salud, hospitales. No como antes, que solo el progreso se veía en algunas partes de Cobija, porque el patrón Leopoldo tenía su mansión ahí”, exclama Ciro Cordero, dirigente campesino.

Las banderas que alientan la repostulación de Evo y Álvaro están en casi todas las cuadras de Porvenir. La junta de vecinos se encargó de pintar las paredes con la leyenda a favor de Evo. Las obras nuevas tienen las banderas tricolor que representa al MAS. Con toda esa tarea política la tragedia de hace diez años queda en el recuerdo. Por ahora, la misión de las autoridades del MAS es que el líder oficialista gane afectos en Pando.

Y tiene el aparato. El gobernador pandino, Luis Flores, apunta a la cohesión sectorial para que Evo siga al frente. El alcalde de Cobija, Luis Ribeiro, saltó la vereda del MAS. Ambos quieren que Morales continúe hasta el 2025. De Porvenir, solo se invaden los recuerdos y las historias.

La cronología del caso Porvenir, los hechos que originaron la violencia el 11 de septiembre de 2008

10/09 El entonces prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, mandó a cavar zanjas para impedir el paso de los marchistas campesinos; una a la altura de Cachuelita (entre Filadelfia y Porvenir) y otra en Tres Barracas (entre Puerto Rico y Porvenir).

11/09 Se originó el enfrentamiento armado. Un funcionario del Servicio Departamental de Caminos, Pedro Oshiro, fue devuelto muerto por un disparo de bala. También murieron 13 campesinos de la marcha que iba de Porvenir a Cobija.

12/09 La ciudad de Cobija fue militarizada. Otro punto de enfrentamiento fue el aeropuerto, donde los civiles permanecían y los militares dispararon. En ese lugar, un pastor evangélico fue acribillado. Acusaron a las Fuerzas Armadas (FFAA) de abatir al religioso. Había una tensa calma en Porvenir y Filadelfia.

16/09 El exprefecto Leopoldo Fernández fue detenido por un contingente militar, que lo escoltó al aeropuerto de Cobija con un alto sistema de seguridad. En el lugar estaba el exministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana, que lo despachó en un avión rumbo a la ciudad de La Paz.