Las mafias utilizan vehículos y a los ‘cargachos’ para introducir la pasta base al país. También usan lanchas para cruzar el lago Titicaca.

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16 de junio de 2019, 4:00 AM
16 de junio de 2019, 4:00 AM

Puno y Juliaca, en el altiplano peruano, son puntos críticos del narcotráfico. Estas localidades reciben la pasta base de cocaína que es producida en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) -selva del Perú-. En estos dos municipios se inicia una segunda travesía para introducir la droga a territorio boliviano. Los clanes utilizan vías terrestres clandestinas, pero también operan por el lago Titicaca.

Desde Puno y Juliaca la droga llega a Desaguadero. Según la Policía del Perú se utilizan diversos mecanismos para cargar el sulfato base. Los más aplicados son los “cargachos”, personas que cargan la droga en mochilas y pasa al lado boliviano, vehículos donde se acondiciona la pasta base y lanchas que llevan la cocaína sumergida en el lago.

Según el portal IDL-Reporteros de Perú, los clanes familiares de la droga inician su periplo en varias localidades de la selva peruana. Una de ellas es Kimbiri, en la parte oriental del Cusco. La droga es transportada en las tolvas y tanques de gasolina de camionetas. Cada vehículo -se estima- lleva el valor de 400.000 dólares en sulfato base, lo que puede equivaler unos 150 kilos.

La Dirección Antidrogas (Dirandro) de Perú, según el portal, señala que más del 80% de la droga del Vraem sale por el Cusco en camionetas, camiones de carga y vehículos de transporte. Las camionetas de doble cabina son las más empleadas porque es el tipo de motorizado que utilizan las empresas mineras.

“Para evitar asaltos y soplos a la Policía, ninguno de los eslabones de la cadena de distribución elegida por el clan familiar sabe el destino final de la carga ni quiénes son los compradores de la cocaína”, dice el informe policial publicado por el medio.

Los ‘cargachos’

Otra modalidad de ingreso es a través de los “cargachos”. Estas personas llegan a Desaguadero, Juliaca o Puno para recoger la droga y su misión es traspasar la mercancía ilegal a Bolivia. Pueden cruzar la frontera caminando o utilizan transporte público. Llegan a la ciudad de El Alto y dejan su cargamento, que no pasa de 15 kilogramos.

La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) realiza diversos controles en la frontera con Perú. El “tráfico hormiga”, como se conoce a estas modalidades, es el más aplicado y por eso la Policía Boliviana ejecuta controles a partir de la localidad de Desaguadero.

Otro mecanismo es la penetración al país de pasta base por el lago Titicaca. Los narcos “cuelgan” los bultos de droga en una lancha y son transportados sumergidos en el agua. Eso lo hacen para evitar mostrar la pasta base encima de la embarcación. Las mafias hacen sus operaciones por la noche y llegan a poblados cerca al lago.

Los códigos de la cocaína

Los clanes del narcotráfico utilizan símbolos en los paquetes de la droga. Utilizan rostros de personalidades, figuras de animales, letras, marcas de automóviles, escudos de equipos de fútbol, etcétera.

Los clanes del narcotráfico sellan su mercancía con marcas diferentes. En Paraguay, el pasado miércoles, la Policía de ese país secuestró 457 kilogramos de cocaína en el Chaco paraguayo. La droga fue transportada en una avioneta proveniente de Bolivia. Esta sustancia controlada tenía como sello en su envoltorio el escudo del club de fútbol Real Madrid. La droga tenía la palabra “MADRID”.

En 2017, una de las mafias del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), en la selva peruana, tipificaban la droga con dos sellos: el paquete que tenía un delfín era pasta base de cocaína, que necesitaba su refinación en suelo boliviano, y el dragón desvelaba que la sustancia ya fue refinada en Perú.

Ahora, los sellos se expandieron y aparecen diferentes como los rostros de Lionel Messi, Bob Marley y Pablo Escobar, escudos de equipos de fútbol, superhéroes, etcétera.