Hay problemas críticos en localidades tarijeñas donde se construyeron megaobras que ahora están abandonadas. No hay acceso a agua potable ni a la salud y eso provoca que el índice de la pobreza crezca. El MAS trabaja en el Chaco edificando hospitales.

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6 de enero de 2019, 4:00 AM
6 de enero de 2019, 4:00 AM

Nila Rengifo agarra una botella de plástico. A simple vista parece chicha de maíz, pero asegura que es agua que sale del grifo de su casa. En Uriondo, municipio del valle tarijeño, la población sufre por la contaminación del agua. La gente está obligada a comprar el líquido elemento de las cisternas que llegan desde Tarija. Similar situación pasa en localidades donde existen megaobras abandonadas y que padecen por la carencia de servicios básicos, salud y hambre.

En Uriondo muchas familias no conocen el alcantarillado, la energía eléctrica y optan por acudir a centros de salud de la capital tarijeña. Rengifo es la líder cívica de esa localidad y reclama que no haya atención en servicios básicos. “Primero que se cumplan las necesidades básicas del pueblo y luego que se construyan esas obras grandes”, reprocha la dirigente.

Según datos del Censo del INE de 2012, el 30% de las familias de Uriondo tiene problemas en el acceso al agua potable. De las 4.162 viviendas, en 845 se utiliza agua proveniente de lluvia, ríos o vertientes; otras 227 de piletas públicas y 136 de pozos.

Otro problema respecto a servicios básicos en este municipio es la cobertura de energía eléctrica: el 23,7% de las familias no tiene cobertura de este servicio.

Datos en contra

El alcalde de Uriondo, Álvaro Ruiz, también presidente de la Federación de Asociaciones Municipales (FAM) de Bolivia, promete acabar con el problema de acceso a agua potable con la cooperación alemana.

En Yacuiba la situación es similar. Los datos del censo de 2012 lanzan que en esta localidad chaqueña el 34,4% de la población vive en situación de pobreza. Este porcentaje se divide en 26.963 personas en situación de pobreza moderada y otras 2.843 en calidad de indigentes. Además, los problemas más importantes están vinculados a la salud y vivienda.

En Yacuiba, ciudad fronteriza con Argentina, se construyeron dos obras que ahora están abandonadas: un campo ferial que costó 72 millones de bolivianos y un rodeo, que tuvo una inversión de Bs 47,7 millones.

El secretario de Coordinación Institucional de la Gobernación de Tarija, Waldemar Peralta, explica en su libro Elefantes en Tarija que con el dinero que se utilizó para la construcción del rodeo se hubiera resuelto en gran parte el problema de acceso a la vivienda en Yacuiba y con la inversión del campo ferial se podía haber construido un hospital de segundo nivel.

“El principal hospital de Yacuiba es el Rubén Zelaya, que tiene varias décadas y está colapsado. Con los 72 millones de bolivianos del campo ferial se podría haber construido un hospital de segundo nivel como el de la zona de Cotahuma, en la ciudad de La Paz”, remarca Peralta.

El ejecutivo regional del Chaco, José Quecaña, de filas del Movimiento Al Socialismo (MAS), reclama que el gobernador de Tarija, Adrián Oliva, dilata los trámites para que empiece a funcionar un hospital de tercer nivel en Yacuiba, que prácticamente está concluido.

“Momentáneamente los trámites pasan por Tarija: Nosotros elaboramos las planillas y no sé por qué motivo se queda a dormir unos tres meses. Quiero pedirle al gobernador (Oliva) que deje de jugar con el Gran Chaco, que agilice los procesos, no quiero pensar que se opone al hospital de tercer nivel, porque esta infraestructura es del pueblo chaqueño, ya que está siendo construido con recursos de la región”, destaca Quecaña.

Mientras, el gobernador tarijeño, Adrián Oliva, recuerda que inspeccionó a inicios de 2017 la obra de Yacuiba junto a Quecaña y que la Gobernación tiene una contraparte económica. “Me extraña que José (Quecaña) nos acuse. Nosotros estamos muy interesados de que ese hospital funcione, ya que se concluyó con recursos del fedeicomiso que obtuvo la Gobernación de Tarija”, destaca la autoridad.

En el municipio de Entre Ríos el 60,8% de la población vive en situación de pobreza. De esa cifra el 51,3% vive en pobreza moderada y el saldo en situación de indigente, que es un 9,3%.

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