El fin de semana, más de un centenar de súbditos de Haití fueron retenidos en Oruro y Santa Cruz. Hay seis que serán presentados ante un juez cautelar, acusados por el delito de trata y tráfico de personas

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11 de septiembre de 2018, 4:30 AM
11 de septiembre de 2018, 4:30 AM

La intervención policial del fin de semana a dos buses con 85 ciudadanos haitianos que pretendían salir del país por Santa Cruz hacia Brasil y a 16 que intentaron cruzar, en dos grupos, a pie la frontera desde Chile hacia Oruro, puso al descubierto el drama humano de estos inmigrantes y la red criminal que se mueve detrás de ellos para movilizar, de forma ilegal, personas de un país a otro.

Pero el punto más duro de esta realidad se produjo el sábado, cuando Ambroise Idony, de 22 años, murió como consecuencia de un paro cardiaco, producido por un cambio brusco de la presión arterial por la altura. El cuerpo del extranjero aún está en la morgue de Oruro, donde terminó el periplo que inició al salir de su natal Haití y pretender llegar a Brasil.

El responsable de las oficinas de Interpol en Oruro, Juan José Álvarez, y de Interpol en Santa Cruz, Paúl Saavedra, explicaron que esta no era la primera vez en este año que se intervenía este tipo de movimientos de haitianos.

Álvarez dijo que hay al menos otros 16 casos similares al descubierto el fin de semana, que ellos conocieron en lo que va de esta gestión, con parecida cantidad de involucrados. Saavedra también precisó que el caso reportado el domingo por la madrugada no era el primero de 2018 y acotó que ellos, como Interpol, actuaron en al menos otra decena de hechos en Santa Cruz.

Si bien en Oruro los agentes de la Dirección Nacional de Fronteras (Dinafron) detuvieron a cuatro haitianos, del grupo de los 16, que viajaban hacia la ciudad en compañía de un connacional, ninguno quedó detenido y todos fueron expulsados a Chile.

En el caso de lo ocurrido en la capital cruceña, seis, de los 85 súbditos de Haití, han sido detenidos y derivados al Ministerio Público, que se espera los presente hoy ante la jueza cautelar Livia Alarcón, por la supuesta comisión del delito de trata y tráfico de personas.

Las investigaciones del Centro Especial de Inteligencia Policial (CEIP), en coordinación con Interpol, dan cuenta de que la salida de los haitianos de Chile tiene como principal causa la finalización de la época de la cosecha de frutas, especialmente las uvas.

Además, los investigadores lograron encontrar indicios de que uno de los integrantes de este grupo hace las veces de ‘capataz’, ya que habla español y otros idiomas, los mismos que maneja hábilmente, por lo que la Policía cree que hay gente que está detrás de estos grupos en nuestro país, en Brasil, Perú, Ecuador y otras regiones de Sudamérica, donde se encargan de ‘moverlos’ de forma ilegal y evadiendo los controles.

El director departamental de Migración, Henrry Baldelomar, informó de que todos los haitianos detenidos el domingo fueron expulsados a Chile. La autoridad precisó que su ingreso fue ilegal y 33 de ellos tenían permiso de permanencia en tierras chilenas.

Baldelomar además señaló que este cruce de haitianos por nuestro territorio para pasar de Chile a Brasil se da desde abril, mes en el que las autoridades chilenas dispusieron acciones migratorias más rígidas para los migrantes de Haití que están en su territorio.

Periplo constante

Tras el terremoto de 2010 que destruyó Puerto Príncipe, los haitianos buscaron la forma de llegar a otros países para dar una mejor vida a sus hijos, lo que provocó que ellos vivan un periplo constante por diversos Estados, donde muchas veces son discriminados y explotados.

Uno de esos destinos fue Chile, hasta que se implementaron disposiciones migratorias y de visado que los obligaron a salir. Luego optaron por intentar llegar a Brasil, aunque en los caminos que eligieron terminaron siendo descubiertos en su paso ilegal por las fuerzas de control de Bolivia, Perú y Ecuador, países en los que hacían escalas frente a la lista de opciones que se les presentaban.

En este caminar tortuoso, los haitianos se someten a diversas situaciones extremas, como caminar tres kilómetros en medio de bajas temperaturas (cuando pasaron a pie la frontera de Chile para subir a los dos buses que los trajeron hasta Santa Cruz) o escuchar gritar a sus hijos de hambre en los vehículos, haciendo que los agentes cruceños de Interpol busquen la manera de callar el dolor de los pequeños consiguiéndoles alimentos, aunque sea de forma provisional.

Las autoridades migratorias de nuestro país no descartan la posibilidad de que nuevos grupos de haitianos intenten usar el suelo nacional como plataforma de salida a otros países, por lo que se mantienen abiertas las líneas de investigación que se activaron para descubrir estos casos y dar con sus responsables.

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